Dicen que el amor y el dinero no se ocultan. Así como la felicidad, ¿o no? Y bueno, quien anda muy feliz es ni más ni menos que Arlette Silva Magaña, exintegrante de la Ayudantía del presidente AMLO y hoy flamante gerente de Contrataciones y Proyectos en Pemex.
Con decirles que esta ex-gacela, desde que asumió el cargo, el 8 de marzo de 2021, disfruta de una holgada vida, producto no sólo del salario bruto mensual que recibe y que supera los 160 mil pesos, sino de su estrecha relación con el primer mandatario, como ella misma lo presume.
Es tal el hartazgo que hasta se atrevieron a subir un audio en Twitter, el 8 de noviembre de 2022, en el cual se escucha supuestamente a Arlette -acomódense bien para seguir leyendo-.
Escuchamos:
Que acepta estar haciendo contrataciones fuera de la normatividad, pero asegura que con sus influencias en Palacio Nacional puede evitar que se le sancione por lo que está haciendo. Además, hace referencia a la mala relación que hay entre Rocío Nahle y Octavio Romero, al cual tacha de ridículo, y afirma que se la pasa mintiéndole al Presidente. ¡Quihúboles!
La supuesta simpatía de la que estaría gozando, dijeron, se vería reflejada en su meteórica carrera en el servicio público. Y es que antes de ser asistente de la Ayudantía de AMLO, Silva Magaña trabajó únicamente dentro del sector privado, en empresas como Inte del Golfo, Buffete de Mantenimiento Predictivo Industrial y Fugro Chance México.
A meses de despachar en Pemex, Silva Magaña ya había autorizado millones de pesos en contratos para tres refinerías como gerente de Contrataciones y Proyectos de Pemex, donde tiene la tarea de “coordinar los trabajos relacionados con la elaboración, implementación y evaluación de las estrategias de contratación en el Sistema Nacional de Refinación”, proyecto prioritario del gobierno federal.
En cuatro meses, Silva autorizó 31 contratos por un monto de 551.3 millones de pesos para las refinerías de Minatitlán, en Veracruz; Salina Cruz, en Oaxaca, y Cadereyta, en Nuevo León, detalló Pemex en respuesta a una solicitud de información fechada el 25 de mayo, disponible en la Plataforma Nacional de Transparencia junto con dos centenares de solicitudes referentes a la contratación y desempeño de Arlette Silva.
Atrás dejó aquellos días en los que corría al lado de la camioneta del Presidente, para, desde las oficinas de Pemex, manejar millones de pesos en contratos relacionados con las refinerías de la empresa productiva, y también para ejercer un severo y sistemático acoso sobre su mismo personal, según acusaron.
Y, aunque no están para saberlo, les cuento que el sindicato de Ricardo Aldana tiene muy mala relación con esta servidora pública, pues los conflictos entre Pemex y los trabajadores sindicalizados se acrecentaron debido a que la excolaboradora de AMLO se empoderó en áreas que antes se acordaban entre ambas partes, lo que está generando, me cuentan mis fuentes, un grave problema de personal subutilizado.
De acuerdo con una serie de denuncias hechas por los trabajadores, la funcionaria tendría entre sus principales aliadas a Claudia Ernestina Ponce Ramírez, quien en los registros oficiales aparece como coordinador especialista B en la Gerencia de Contrataciones para Producción, Comercialización y Confiabilidad, donde su función principal es la supervisión de adjudicación de contratos.
En su declaración patrimonial puede leerse que Ponce Ramírez, licenciada en sistemas computacionales, cuenta con un especial gusto por comprar joyas, ropa, zapatos y bolsas. Un tesoro personal que fue cuidadosamente enumerado en su declaración patrimonial y donde las marcas que más se repiten son Tous y Michael Kors.
En las denuncias por hostigamiento, que tengo en mi poder, los trabajadores comisionados a la gerencia y a la empresa filial SNR Infraestructura, Mantenimiento y Servicios, solicitan la intervención de la Coordinación de Relaciones Laborales y Recursos Humanos de Pemex y, por supuesto, del Sindicato de Trabajadores de Confianza.
Las casualidades no existen
Entre los principales señalamientos está el que los obligan a laborar en jornadas extenuantes, más allá de los horarios establecidos, en días de descanso obligatorios y fines de semana; además, los forzarían a realizar actividades que no corresponden a su puesto o cargo, con amenazas constantes, vejaciones, humillaciones, malos tratos y más.
Derivado de esta situación, de acuerdo con los correos de los trabajadores, tienen que acudir a atender su salud física y mental, pues supuestamente enfrentan episodios de ansiedad y estrés laboral.
Las denuncias están fechadas en 2023, y aunque aparecen los nombres y apellidos de los firmantes, ellos solicitan discreción por temor a represalias.
Lo que unas ganan otras pierden. Arlette Silva Magaña tiene en sus manos el poder para contratar personal. En tanto, el sindicato de Ricardo Aldana perdió fuerza en la contratación de personal. En tanto, Pemex y miles de trabajadores han quedado atrapados entre la grilla sindical y la directiva.
Entre ayudantías te veas… que Dios te agarre confesado…
Pues además de Arlette, está el caso del Almendra Ortiz en el ISSSTE, y con ella las responsabilidades son penales, porque, por contratar por su negocio y capricho a Imedic, hay miles de derechohabientes afectados por la falta de estudios de imágenes durante seis meses y trágicamente otros varios fallecieron.
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La columna se publicó originalmente en El Financiero reproducida aquí con permiso de la autora.
Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.