Por Ana Castañuela
A partir de las 15 horas comenzaron a llegar a la explanada del Tecnológico de Saltillo, ubicado en Avenida Universidad esquina con el boulevard Venustiano Carranza, grupos de mujeres de todas las edades con pañuelos verdes y morados y acompañadas de carteles con frases como “no es no”, “no somos histéricas, somos históricas”, “américa latina será toda feminista”, entre otras.
Mientras llegaban al lugar, el bloque negro (mujeres encapuchadas con ropa de color negro), megáfonos, y banderas de diferentes colores guiaban a las mujeres para acomodarlas en el bloque correspondiente.
Las víctimas, familiares de víctimas y de desaparecidas fueron el bloque que encabezó la marcha; detrás de ellas se encontraban las madres feministas acompañadas de sus hijas, después las mujeres, seguido del bloque trans incluyente, y finalmente el bloque de mujeres motociclistas, quienes escoltaron y cuidaron a las participantes de la marcha hasta finalizar.
Desde las 16 horas, antes de avanzar, ya se podían escuchar los gritos de mujeres eufóricas por que la marcha diera inicio.
Entre gritos de emoción, acompañadas del sonido de tambores, carteles hechos a mano, un sahumerio, y la consigna “escucha hermana, esta es tu manada” aproximadamente a las 16:20 horas las manifestantes comenzaron a avanzar por Avenida Universidad, para posteriormente dar vuelta en Venustiano Carranza, mientras el bloque negro las protegía por las laterales con el uso de un listón.
Las paredes de algunos muros y locales del boulevard comenzaron a llenarse con frases: “nos están matando”, “ni una más”, “fuimos todas”, plasmados con aerosoles de colores morado, verde, rosa, negro y azul, por el bloque negro.
Al llegar al paso a desnivel ubicado en la calle de Allende, algunas mujeres comenzaron a llenar sus manos de pintura morada, para plasmarlas en las paredes del túnel. “Fuimos todas”, gritaban otras manifestantes para motivarlas.
Continuaron su recorrido entre brincos y consignas: “el que no brinque es macho”, “la policía no nos cuida, me cuidan mis amigas”, “señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”.
En la calle de Allende, el bloque negro pidió que el contingente se dividiera en dos e hicieran espacio en medio de la calle pintada de morado y rosa por bengalas que traían consigo algunas manifestantes, para permitir al bloque de mujeres motociclistas pasar al frente.
El punto final del recorrido fue la Plaza Nueva Tlaxcala, en donde las manifestantes comenzaron a dispersarse para abrir paso a los bloques que venían detrás.
El bloque negro comenzó a pintar con pinturas en aerosol la “Fuente de la Conquista Tlaxcalteca”, ubicada en la plaza Nueva Tlaxcala, de frases y símbolos feministas de color negro, rosa y morado.
Frente a la plaza, y al finalizar la marcha, se construyó una tarima, a la que madres, hermanas, primas y familiares de víctimas de violencia, feminicidio y desaparecidas subieron para dar su testimonio, mientras otras mujeres gritaban “no estás sola”, como símbolo de empatía y sororidad, y posteriormente se dio un minuto de silencio en honor a las víctimas.
Al finalizar, el piso de la plaza Nueva Tlaxcala quedó plasmado de frases: “no quiero vivir, quiero sobrevivir”, “hoy haremos revolución”, “somos historia”; y el palacio de gobierno cubierto entre carteles que fueron colocados por las manifestantes.
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