Ternium tiene historial de acusaciones en México: El caso de Karla muestra su poderío

marzo 23, 2023
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FOTOGRAFÍA: FB TERNIUM MÉXICO

Ciudad de México.- Karla Beatriz Castro Delgado, una joven ingeniera industrial, fue víctima de un accidente por la presunta falta de medidas de seguridad en el interior de la planta industrial de Ternium, ubicada en el estado de Nuevo León, el 13 de junio de 2017. Desde el año 2018, ella ha buscado que las empresas Siemens —quien la tenía contratada— y Ternium México —dueña de la planta donde se accidentó— se responsabilicen y sean castigadas por “negligencia” en la seguridad de los trabajadores, además de la indemnización correspondiente.

Sin embargo, han pasado casi seis años del accidente laboral que le dejó severas quemaduras y daños permanentes, y no ha podido acceder a la justicia, debido a que la demanda civil ni siquiera ha sido admitida a trámite. Luis Cervantes Muñiz, abogado de la víctima, consideró que el hecho de ser una mujer que trabajó en una posición que mayormente ha sido ocupado por varones le ha valido no ser atendida por las autoridades judiciales en su reclamo de justicia, además de apuntar de que detrás de la inacción en su caso está el poder y corrupción del gigante multinacional.

“Seis años después del accidente (apenas) estamos por lograr que se admita a trámite la reclamación de Karla, algo que es verdaderamente inaudito e indignante, es una violación al derecho humano de acceso a la justicia […] o sea, seis años después del accidente Karla ni siquiera ha logrado que su demanda sea admitida, pero han sido años de mucho sufrimiento para ella físico y emocional. Yo creo que más que un aspecto físico es el aspecto emocional, de dignidad”, señaló en entrevista con SinEmbargo.

Ternium México, la dueña de la planta donde se accidentó Karla, forma parte del Grupo Techint, una firma multinacional que ha obtenido contratos multimillonarios para realizar obras en el sector energético en México y es una de las cuatro empresas que la Secretaría de Energía (Sener) seleccionó para que integren la licitación para la construcción de la Refinería de Dos Bocas, Tabasco.

No obstante, el grupo Techint y en concreto la empresa Ternium carga con un historial de señalamientos de corrupción, problemas sociales y ambientales.  El señalamiento más reciente es la desaparición del activista Ricardo Arturo Lagunes Gasca y el profesor Antonio Díaz Valencia, líder de la comunidad indígena de Aquila, en Michoacán, a mediados de enero pasado en un momento de conflicto legal entre las comunidades locales y esta compañía por un presunto impago de regalías de acuerdos de ocupación temporal firmados en 2012 y 2017.

Por ese motivo, los familiares de los defensores, comuneros y habitantes de esa localidad de Michoacán acusan a la empresa siderúrgica Ternium, en colusión con el crimen organizado, como responsables de la desaparición.

El pasado 23 de febrero, la empresa Ternium publicó un comunicado de prensa en el que aseguró que se encuentra “colaborando activamente” con las autoridades mexicanas para contribuir y ayudar a las autoridades locales, estatales y federales en relación con la desaparición de Antonio Díaz Valencia y Ricardo Arturo Lagunes Gasca. A su vez, negó el involucramiento de la planta Ternium en estos hechos.

“Como se contempla en su Código de Conducta y en su Política de Derechos Humanos, Ternium está comprometido a conducir sus operaciones de una manera ética y transparente que es consistente con los principios de derechos humanos, cultivando y promoviendo el respeto por los derechos fundamentales y la dignidad de las personas”, aseguró.

No es el único caso. En el año 2013, al menos 11 trabajadores murieron luego de la explosión ocurrida el 22 de julio de 2013 en la planta Guerrero, ubicada en San Nicolás de los Garza, Nuevo León. El siniestro se registró tras una fuga de gas en la línea de alimentación de uno de los hornos de fundición dentro de la planta, que dejó 14 trabajadores heridos de gravedad, de los cuales, 11 murieron.

Además, la firma también ha sido señalada con los casos de corrupción de Petrobras, en Brasil, donde se le ha acusado de pagar sobornos a cambio de contratos, calculados en al menos 8.5 millones de dólares.

“¿Por qué la castigan (a Karla) de esa manera, las empresas transnacionales que, muy legítimamente vienen a hacer negocios aquí en México? Creo que está bien que esas empresas vengan a  hacer negocios, pero que los hagan con ética y responsabilidad, y si hay una negligencia y eso tiene un produce un accidente, pues que enfrenten las consecuencias y no —abusando de sus recursos, poder y dinero— manipulen a las autoridades negándole a Karla o cualquier otro habitante de la República Mexicana en elemental derecho de justicia”, abundó el litigante.

EL ACCIDENTE

Karla Beatriz, ingeniera en Automatización, egresada del Instituto de Estudios Tecnológicos de Monterrey, empezó a trabajar en el año 2011 en la empresa Siemens Servicios como contratista para la empresa multinacional Ternium, productora de aceros planos y largos que pertenece al Grupo Techint.

“Karla es una joven cuya vocación y pasión es la ingeniería, la industria, las fábricas industriales y ahí es donde se estaba empezando a desarrollar, trabajando para Ternium y Siemens, en una planta que maneja sustancias altamente corrosivas y flamables, muy peligrosas”, explicó Cervantes.

El abogado detalló que Karla había alertado a la empresa de que esas sustancias peligrosas estaban incorrectamente expuestas en la empresa, pero su denuncia no fue atendida.

“Karla hizo ver a su empleador que esas sustancias peligrosas podrían ser una amenaza muy seria para los trabajadores, pero su denuncia no fue atendida. Además, hubo inspecciones por parte de la Secretaría del Trabajo y del Seguro Social, y por actos de corrupción, porque no encuentro yo otra explicación, jamás hubo acción alguna (a esas denuncias) se continuó con el manejo de las sustancias de forma peligrosa y un día sucedió que Karla resbaló”, narró el abogado.

El caso de Karla Beatriz ha sido expuesto y su familia ha denunciado la negligencia de la empresa desde hace años. Adriana Delgado, madre de Karla, dijo en una entrevista realizada en 2019 con SinEmbargo que lo que busca la familia es que el caso no quede impune.

“No pueden suceder las cosas y que las empresas no tengan ninguna responsabilidad […] El tema de fondo es la negligencia impresionante –de dos empresas– y no se han hecho caso de eso, ni de la responsabilidad”, detalló la madre en ese entonces.

El 13 de junio de 2017 fue el día en que le cambió la vida a Karla, ya que en esa fecha cerca de las 15:30 horas la joven, que caminaba por el acceso general, cuando resbaló con unas bolas de polvo de hierro HRD [Hierro de Reducción Directa] que estaban esparcidas en el piso, en donde no había señalamientos de precaución.

La falta de acordonamiento que alertara de la presencia de material caliente y la falta de barandales que permitieran a Karla sujetarse provocó el accidente.

“Al entrar el material quemó la piel. Se fundió la sustancia con la piel y fue un verdadero infierno para Karla”, detalló el abogado Cervantes.

La joven inmediatamente presentó quemaduras de segundo y tercer grado profundo del pie derecho, el dorso y en el tercio distal de la pierna izquierda; pero en el lugar ni siquiera había ni un botiquín a una distancia cercana, en 300 metros no había material de curación o para emergencias, de acuerdo con el relato que dio la familia.

La profesionista se ha tenido que someter al menos a ocho cirugías y a un largo proceso de recuperación, para el cual tuvo que trasladarse a la Ciudad de México y dejar planes que ya tenía contemplados en Nuevo León.

“La recuperación ha tomado varios años de estar tirada en la cama con los pies en alto, recibiendo injertos de piel de otras partes del cuerpo para poco a poco ir reconstruyendo sus pies. Esto ha sido un infierno para una joven profesional”, detalló el abogado.

La falta de medidas de seguridad en la planta quedó constatada en la inspección realizada por la Dirección General de Inspección Federal del Trabajo al centro de trabajo de Ternium de México el 22 de junio del 2017, nueve días después del accidente.

El Acta de Inspección Extraordinaria en Materia de Seguridad e Higiene determinó que la empresa “no contaba con las medidas adecuadas para el desarrollo de las labores que realizaba Karla Beatriz Castro Delgado, esto es, fue negligente en establecer los señalamientos adecuados y las medidas necesarias para que pudiera llevarse a cabo las labores en un centro de trabajo seguro”, afirmó la parte afectada.

LUCHAR CONTRA UN GIGANTE

Karla inició una lucha legal busca de una indemnización para que las empresas sean responsabilizadas por su presunta negligencia. En el caso de Ternium, por no contar con las medidas suficientes de seguridad en sus instalaciones y en el caso de Siemens porque “no verificó que los empleados que mandaba a Ternium estuvieran en las mejores condiciones de seguridad”, detalló la familia.

El 11 de diciembre del 2018, Karla promovió una demanda contra de Ternium México, y Siemens Servicios, donde reclama responsabilidad civil objetiva y subjetiva en que incurrieron y el pago de los daños. Sin embargo, las compañías en lugar de reconocer la responsabilidad la evadieron.

“Yo presenté la demanda firmada por Karla, en el Juzgado 27 Civil de la Ciudad de México, demandando el pago por daños por responsabilidad civil objetiva y por daño moral, y después de tenerme dos meses esperando las noticias de Alemania o Argentina (de la empresa) me dijeron que llegaron a la conclusión de que no tenían responsabilidad alguna y no iban a atender la reclamación de Karla bajo ningún concepto y que nos veíamos en los tribuales”, detalló el litigante.

El 7 de febrero del 2019, la empresa Siemens Servicios contestó a la demanda que “no se incurrió en responsabilidad alguna ya que el accidente se debió a la negligencia inexcusable de Karla. Que se trata de un asunto de materia laboral y no civil y que Ternium cuenta con todas las medidas adecuadas y exigidas en materia de seguridad en el centro de trabajo”.

El expediente, detalló Cervantes, se admitió en la Ciudad de México, pero en el año 2020 la empresa planteó una apelación señalando que quien era competente era el Juez de Nuevo León y no de Ciudad de México.

“Bajo no sé qué trampas o qué cantidades de dinero que hayan pagado a los tribunales, se obtuvo una resolución a favor de Ternium señalando que no era competente el Juzgado de la Ciudad de México y que era competente del Juzgado de Monterrey en Nuevo León”, narró.

El abogado señaló que el caso de Karla se turnó a Nuevo León, sin notificarle a la quejosa.

“Allá (en Nuevo León) no existe un juicio igual o equivalente al juicio que se había planteado aquí en la Ciudad de México, que era un juicio ordinario civil, allá la instancia que existe es un juicio de civil de procedimiento oral, con reglas distintas. Ese juzgado en 2020 ordenó que notificara a Karla personalmente de la radicación de este expediente, pero por alguna oscura razón, que no debe ser otra más que la corrupción, la notificación no se hizo y se arrancó el juicio”, detalló.

Cervantes explicó que se enteraron de manera fortuita que en Nuevo León estaba el caso y que ya había iniciado un juicio, por lo que interpusieron un amparo.

“El amparo fue porque se ordenó emplazara de manera personal para conocer la naturaleza del juicio en el estado de Nuevo León y resulta que no le notificaron personalmente a Karla”, dijo.

El amparo fue inicialmente desechado con el argumento de que la representación de Karla debió haber agotado otros medios de defensa ordinarios, “lo cual es totalmente falso porque: ¿Cómo iba agotar un medio de defensa ordinario si no se había notificado de la existencia de este procedimiento?”.

Al ser desechado el amparo, los abogados de Karla interpusieron un recurso de revisión entre un Tribunal Colegiado en Nuevo León, quien finalmente dio la razón a la representación de la víctima y devolvió el expediente para que el juez de amparo le ordene al juez de primera instancia de Nuevo León que sí admita la contestación de Karla y le dé oportunidad de defenderse.

“En resumen, seis años después del accidente (apenas) estamos por lograr que se admita a trámite la reclamación de Karla, lo que es que verdaderamente inaudito, indignante, es una violación al derecho humano de acceso a la justicia. Llevo seis años trabajando en esto y ni siquiera he logrado que permita la reclamación, por la corrupción de las empresas y de los tribunales de la Ciudad de México y de Nuevo León, por el poder que tiene una empresa del tamaño de Ternium, que manipulan todo a su antojo”, abundó el abogado.

Finalmente, Cervantes destacó que espera que la empresa acepte la responsabilidad que tiene porque Karla merece, como todos los mexicanos, acceso a la justicia.

SinEmbargo

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