No son pocos los coahuilenses que colocaron al estado en lo más alto del mundo, pero Ricardo Torres se lo tomó literal y a finales de los años ochentas se convirtió en el primer mexicano y latinoamericano en llegar a la cima del Monte Everest. Te contamos la historia de Ricardo Torres Nava, el coahuilense que llegó a la cima más alta del mundo.
En aquella ocasión Ricardo colocó la bandera de México y el nombre de Coahuila en el llamado techo del mundo, hazaña que se sigue recordando a día de hoy.
¿Cómo lo hizo?
Fue precisamente un 16 de mayo de 1989, cuando el alpinista Ricardo Torres logró el sueño de muchos, al llegar a la cima del Everest. Según explicó en una entrevista, la historia comenzó 3 años antes, cuando estaba en el Aconcaga, la montaña más alta de América, donde conoció a McConell, quien tenía el proyecto de alcanzar el Everest y lo invitó a lograrlo.
‘Mira si puedes conseguir patrocinios, sino solo preocúpate por tu preparación, tu entrenamiento, haz todo tu ciclo previo y vamos a estar en contacto’ fue lo que McConell le comentó en aquella ocasión. En aquel entonces era complicado conseguir patrocinios por lo que la invitación de McConell vino con un: “si no puedes conseguir recursos, bienvenido, sino, en este momento te estamos asignando un lugar, una participación, y ya eres miembro de la expedición”
Los obstáculos de Ricardo para subir el Everest
Más allá del reto que suponía subir el Everest, Ricardo se topó con otro obstáculo: la burocracia, pues el mismo Presidente de la Federación de Montañismo y quien debía extender la autorización.
“¿Por qué Torres Nava?, ¿Por qué la invitación no fue para otra persona? Entonces en lugar de apoyarte y lejos de ayudarte, te lo complicaban, pero aún y con eso fue una experiencia muy bonita esos tres años de entrenamiento, sin la presión de llevar ningún logotipo, porque las situaciones cambian y muchas veces cuando llevas marcas también se convierte en una responsabilidad».
Cuando la expedición es por parte de una firma los alpinistas arriesgan más de lo que deben, lo que propicia los accidentes de alpinistas que quieren quedar bien con las marcas y patrocinadores: “las empresas te apoyan para traer resultados, no puedes regresar y decir que hubo tormentas, que no se pudo, que será el otro año y es muy difícil de entender y comprender, aún y cuando te hayas quedado a 50 metros de la cumbre, entonces bajo esa presión la gente arriesga mucho más de la cuenta», explica Torres Nava.
Ricardo Torres y la escalada al Everest
Torres ha comentado que la tensión se hizo presente desde antes del 16 de mayo, pues, Scott Fisher quien era su jefe inmediato, y uno de los mejores maratonistas de momento, lo dejó fuera de la subida a la cumbre, diciendo `Nada más va Estados Unidos’.
Esto molestó a Ricardo, pues él hizo todo el entrenamiento y era parte del equipo a lo que Fisher respondió: “es la decisión que estoy tomando en este momento, y si no te gusta, pues la montaña es muy grande para que te bajes».
«Imagínense la frustración, el coraje, después de tres años de preparación y de estar esperando la oportunidad de tu vida, y que un gringo de repente te diga, no vas, yo me sentía yo muy mal, y hable con el doctor McConell, y me dijo, no te preocupes, deja que estos hagan lo que tengan que hacer, nosotros nos vamos a preocupar por lo nuestro, y fue así como se dieron las cosas. Era tal el ego que tenían estos tres, que ni siquiera entre ellos se ayudaban, y cuando salieron por la cumbre, nunca la alcanzaron», relata Ricardo.
La travesía se hizo con Ricardo, McConell y dos sherpas. Durante el trayecto comentó que sintió miedo por un momento, pues buscó sus botellas de agua, de té. Las había olvidado junto a su bolsa de dormir,
Fue entonces cuando les dijo a los sherpas que sí ellos se habían acabado su agua, pues en su mente la pregunta era ¿Hasta dónde voy a tener la fortaleza física de hacer este esfuerzo sin deshidratarme?
Sin embargo, las cosas se dieron, y con un verdadero trabajo en equipo y tras trece horas de estar trabajando, finalmente pudieron llegar a la cumbre.
“La temperatura era de menos 36”, comenta Ricardo, “había nubosidad y por radio me preguntabas ¿qué ves? , les decía veo mis instrumentos, veía también la curvatura de la tierra, de manera ¡hermosa¡, seguía yo platicando por radio, y me preguntaban que más veía, un tanque de oxígeno que habían dejado los yugoslavos ; Sin embargo predominaba el temor, era un temor bien fundado” uno de los Sherpas que tomó fotos, perdió la vida a las dos horas tras una mortal por un exceso de confianza.
«Fue una temporada muy difícil, dado que éramos 95 alpinistas, de los cuales 14 alcanzamos la cumbre, y de ellos siete perdieron la vida, el 50 por ciento, entonces de alguna forma te das cuenta que la situación era de muy alto riesgo, fue muy difícil, pero mi concentración y preparación de esos tres años me llevaron arriba, porque iba determinado a dar mi 100 por ciento o más, pues en ese momento estaba saliendo para regresar con bien.
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