CDMX.- En México las educadoras representan para niñas y niños el primer contacto con el sistema educativo, aún con la importancia de la labor que desempeñan, trabajan en condiciones negativas que incluyen bajos salarios y falta de reconocimiento.
Cada 21 de abril se conmemora en México el Día de la Educadora, labor que llevan a cabo miles de mujeres en todo el país. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), un total de 283 mil 873 personas se desempeñan como docentes en educación preescolar. En ese sentido, señala que de esa cifra, 94 de cada 100 son mujeres.
Sin embargo, aunque son mayoría, los salarios de las mujeres educadoras son los más bajos del sector educativo, destaca la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) de 2018.
Y es que, por ejemplo, las personas ocupadas como docentes que se desempeñan en la enseñanza secundaria obtienen mayores ingresos mensuales, aproximadamente 11 mil pesos; le sigue la población docente en primaria, con poco más de 10 mil pesos y, finalmente las personas docentes de preescolar, que prácticamente perciben nueve mil pesos al mes.
La importancia de las educadoras en el desarrollo de niñas y niños
La académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María Susana Eguía Malo, destaca que, a pesar de su importancia, el trabajo de las educadoras no ha sido reconocido, profesional ni laboralmente,” por ello es necesario destacar el esfuerzo que las docentes de educación preescolar realizan para dotar a los menores de tres a cinco años de las habilidades y competencias necesarias para cursar la primaria”.
Ya que son las educadoras quienes promueven la autonomía y seguridad personal de las y los menores, además, señaló, es una labor que requiere “dedicación, concentración y tiempo”.
Con ayuda de las educadoras, explica María Susana Eguía, las niñas y niños adquieren reglas de convivencia, de socialización, comprenden las reglas y límites, “que son importantes para su desarrollo personal y social”.
La universitaria precisó que el nivel preescolar es una etapa rica en aprendizajes, estímulos, experiencias de desarrollo que van a permitir a los niños y niñas que al egresar a los seis años tengan las capacidades para enfrentar los retos de la escuela primaria, con un bagaje emocional y habilidades sociales competentes.
“La función de las educadoras debe ser promover la autonomía y seguridad personal de los infantes, así como permitir y estimular su creatividad y su expresión espontánea para que promuevan sus capacidades individuales”, sentenció.
Por todo ello, concluyó Eguía Malo, es importante que en México se reconozca la labor e importancia de las educadoras, “que en ocasiones no se toma en cuenta ni se valora”.
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