Por Luciano Campos Garza
¡Que viva México!, 2023
Netflix
La película mexicana más esperada de los últimos años es un intento por presentar un retrato de la realidad política y social del país, mediante estampas conocidas de la pobreza, la corrupción y la apatía de los mexicanos.
En el universo del director Luis Estrada, los mexicanos son huevones,irresponsables y tontos. La corrupción los llama permanentemente para solucionar sus problemas por el camino fácil, y su destino es trágico, pues, al final, terminan jodidos por su mala estrella, si no es que los gringos les ganan la partida.
En forma de comedia política, la cinta pretende ser una crítica social sobre la forma en que gobierna el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, el intento se queda corto, pues solo hay referencia al Mandatario de Morena y el grueso de la película se concentra en presentar un retrato bufo de cómo es el paisanito en el entorno rural.
Continuación de la sólida trilogía de su autoría, La Ley de Herodes (1999), El Infierno (2010) y La Dictadura Perfecta (2014), esta nueva cinta parece hecha con 50 años de atraso y se remite a las mismas inquietudes que presentaban los realizadores con el cine de autor que antes era censurable.
La historia es mínima: una pareja de jóvenes de clase acomodada, Aflosno Herrera y Ana de la Reguera tiene que ir al pueblo de donde salió él para ver el asunto de una herencia cuantiosa que ha dejado su difunto padre. Al llegar encuentran a una familia numerosa, de gente bruta y rústica que les pelea el legado que los sacará de pobres.
Tienen papeles múltiples Damián Alcazar y Joaquín Cosío. También aparecen Ana Martín, Luis Fernando Peña, Leticia Huijara, Fermín Martínez, entre otros.
Es una cinta que incumple con lo que promete.
(NC-17. No apto para menores de 18)
@LucianoCamposG
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