Ciudad de México.- Manuel Velasco Coello personifica la esencia del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) de entender la política desde el pragmatismo y el negocio. Al igual que su partido pasó de un sexenio a otro de ser aliado de Enrique Peña Nieto a decirse un fiel del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ahora, bajo esa misma fórmula que es vista como oportunismo político se ha inscrito en la carrera presidencial de la Cuarta Transformación. Él, claro, asegura que tiene posibilidades. Pero no figura en las encuestas y sobre todo carga a cuestas un historial de señalamientos de corrupción, malos números como Gobernador en su paso por Chiapas, y dudas sobre su desempeño en el Senado.
Aún así el exgobernador de Chiapas pidió licencia para participar en la encuesta que definirá al candidato.
En un acto de prensa le preguntaron si eran reales sus aspiraciones esto luego de que parte de su partido arropó a Marcelo Ebrard y días después,hizo lo mismo con Claudia Sheinbaum. Respondió que no importa a quién apoya el Verde, si a Claudia o Ebrard, que se medirá en la encuesta. Y en ese punto un reportero insistió: “¿por qué los de su partido llaman a votar por otros si usted es el candidato?”. Dijo que él está acostumbrado a ganar, como en Chiapas… que su candidatura no es una simulación, que sí tiene apoyo.
Velaso ha insistido de tiempo atrás en hablar de sus supuestos en Chiapas, cuando fue Gobernador de 2012 a 2018. De ese tiempo sólo han trascendido sus apodos como “príncipe Disney”, “el otro playboy de la política mexicana”, “Gobernador de telenovela”, “Gobernador light”, “góber de las estrellas”, “el “Güero” de los escándalos” o “el Peña chiapaneco”, de acuerdo con lo recopilado por el periodista Francisco Cruz en su libro Los Juniors del Poder.
Basta hacer un balance de su gubernatura frente al combate a la pobreza, uno de los principales problemas de Chiapas, para entender su gestión. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), durante la gestión de Manuel Velasco aumentó la pobreza: recibió la entidad con el 74.7 por ciento de pobres y lo dejó con 76.4 por ciento; la cantidad de personas en esa condición pasó de 3 millones 782 mil a 4 millones 174 mil 392 mil personas.
Los otros cargos que Velasco guarda en su currículum son los de Diputado local en Chiapas (2001-2003); Diputado federal (2003-2006) y Senador (2006-2012) y de nueva cuenta Senador en la actual legislatura a la que acaba de solicitar licencia.
Pero los datos muestran que su paso como congresista durante más de 15 años fue opaco y faltista.
En este último periodo como Senador presentó 40 iniciativas y faltó a 4 de cada 10 votaciones con un total de 120 ausencias registradas. Tuvo siete posicionamientos en el pleno: una en 2018, tres en 2019 y otras 3 en 2020, en donde habló de dirigirse con respeto, que declinaba hacer reservas, pidió minutos de silencio y pidió a las fuerzas políticas que se unificaran.
En su cargo de 2006 a 2009 no fue distinto: presentó 8 iniciativas y de 363 votaciones, faltó a 105.
En ese periodo, tuvo 21 posicionamientos en el pleno, la mayoría para defender al entonces Gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero.
El Verde cumplió 30 años de ser un partido que se dedica a acordar alianzas con otros partidos, en concreto a los partidos grandes para figurar a nivel nacional. Desde 2019, meses después de la derrota que pasó con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se puso la camiseta de la izquierda y anunció su alianza con Morena.
LO QUE SE SABE DE MANUEL
Con su corta trayectoria a sus 43 años, Manuel Velasco protagoniza capítulos que lo pintan como político.
“El cinismo rampante de los verdes los ha hecho célebres”, escribió en 2019 Santiago Nieto Castillo, entonces titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), en referencia al Partido Verde.
Su libro Sin filias ni fobias (Grijalbo, 2019), se volvió un referente para hablar de este político “verde”. Ahí cuenta lo que ocurrió en las elecciones intermedias de 2015 con ese partido y una serie de tuits que personas famosas subieron a sus redes sociales en apoyo al partido en plena veda electoral.
Era 2015. Santiago Nieto en ese entonces era el titular de la Fepade. En esa elección fueron personalidades de la farándula y del deporte las que “alquilaron” sus cuentas de Twitter para que éstas fuera utilizadas para difundir mensajes de apoyo al Partido Verde: “algunos mensajes fueron más explícitos que otros, pero había una constante en el diseño. Era cándido pensar que estos ‘líderes de opinión’ emergentes estuvieran así de politizados. Se trataba de un modelo armado para incidir en la decisión de los votantes. Qué duda cabe”, escribió.
Detalló que una Ministerio Público de la Fepade se encargó de integrar una averiguación previa y se les mandó un citatorio a los famosos. Menciona a Miguel Herrera, exfutbolista, que acudió a la Fiscalía para rendir declaración: “en pocas palabras no sabía nada y el PVEM no lo había contratado. Vaya”. Otro de los declarantes fue Jean Duverger, conductor de un noticiero deportivo. Él informó que lo habían buscado para ofrecerle dinero de parte del Verde pero que no sabía quién había sido porque el contacto fue telefónico.
Ese es el contexto de la reunión que Nieto tuvo con Velasco, en lo que describió como “la historia de mi efímero y desagradable encuentro con el mandatario chiapaneco”, acompañado de adjetivos como arrogante, ruin, ordinario y simplón.
El motivo de la reunión fue para establecer un acuerdo de colaboración para las elecciones de Chiapas en 2015 y la cita fue en la casa de gobierno de Chiapas, ubicada en Tuxtla Gutiérrez. Manuel Velasco llegó a la sala de juntas acompañado por Arturo Escobar, quien era a su vez investigado por la Fepade por el reparto de tarjetas durante el periodo de campaña, en la misma en la que utilizaron a perfiles famosos para la difusión de tuits a favor del Verde.
“Velasco, ordinario, me recibió con una pregunta inverosímil, seca, gélida: ‘¿Sabes que tu jefa es mi amiga?’ Se refería a la entonces titular de la PGR, Arely Gómez, quien duró poco más de un año en el cargo. Mi respuesta fue automática, sin titubeos; amable, pero firme: ‘Sí, gobernador’. Al ver que no logró intimidarme, el mandatario arremetió: ‘¿Y sabes que es mi tía?’ Mi respuesta fue idéntica. Cierta tensión se apoderó del momento, pero permanecí inamovible”, cuenta Santiago Nieto.
Y prosigue: “A pesar de que había más gente presenciando el encuentro, Velasco, incapaz de ser diplomático, volvió a la carga dirigiéndose sólo a mi: ‘¿Qué quieres?’, soltó altanero, metálico, pero el comentario bravucón no hizo mella en mi ánimo […] No habían pasado más de cinco minutos de mi explicación cuando Velasco me interrumpió de forma abrupta. Su pregunta fue contundente, majadera, indigna de un cargo como el suyo: ‘Está bien, ¿cuánta lana quieres?’ El cuestionamiento fue grotesco, absurdo, fuera de lugar. Le respondí que lo que le solicitaba era poder trabajar con sus secretarios […] Velasco endureció el rostro, se le enrojecieron las mejillas y puso su mejor cara de decepción”.
EL JUNIOR DE CHIAPAS
Francisco Cruz describe a Manuel Velasco como un político “descendiente de priistas de abolengo […] que gasta en imagen los dineros de un gobierno millonario para mantenerse activo en la cultura del spot”.
Escribió en su libro Los Juniors del Poder, que el ascenso del “Güero” sólo es comparable con el de Enrique Peña Nieto: “Nacido el 7 de abril de 1980 en Tuxtla Gutiérrez, se le conoce como el Gobernador de las revistas del corazón y la socialite; forastero exótico entre los chiapanecos, pues hasta 1999 muy pocos, fuera de su entorno familiar y algunos círculos de la Universidad Anáhuac, sabían de su existencia y secretas ambiciones. Es nieto del extinto priista Manuel Velasco Suárez, quien gobernó Chiapas de 1970 a 1976, recordado por ser el responsable de devastar la Selva Lacandona al negociar cientos de miles de pies cúbicos de caoba, cedro blanco y rojo, fresno, encino, roble blanco y rojo, abedul, nogal, sauce y otras maderas finas que fueron a parar a Europa durante su administración”.
“Bajo los parámetros de la juniorcracia, Velasco escaló posiciones de manera vertiginosa durante el gobierno de Salazar Mendiguchía y se encumbró en el de Juan Sabines Guerrero. Primero lo hicieron líder estatal del Partido Verde, en 2001, el Diputado más joven en la historia del Congreso de Chiapas; fue parte de la Junta de Coordinación Política y secretario de la Mesa Directiva, y presidió la Comisión de Ecología. Un año antes de terminar su encargo, solicitó licencia y en 2003 saltó a una diputación federal, en la que fue vicecoordinador y coordinador del grupo parlamentario Verde, secretario de la Comisión de Vigilancia y presidente de la Comisión de Concordia y Pacificación. Fue asegurando cada puesto en el siguiente escalafón del poder”, agrega Paco Cruz en el capítulo destinado a Manuel Velasco Coello.
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