Por Brenda Macías
Señoras y señores(os), bienvenidas al nuevo orden en Coahuila, al mundo feliz. Las oriundas de estas tierras nos congratulamos con la asunción del autodenominado “Gobernador de las Mujeres”. Atrás, allá lejos, quedó el “Gobernador de la Gente”, el bailador.
Este rostro nuevo hará que en el estado las subjetividades feminizadas nos “echemos pa’delante” con créditos y empleo. No con dádivas. No con derechos. Con apoyos, porque Manolo Jiménez nos enseñará a pescar.
Con ultra poderes, el “Gobernador de las Mujeres” cuidará de nosotras de forma integral gracias a una Policía Violeta y con refugios para mujeres que han/hemos sido víctimas de la violencia. Con políticas públicas viole(n)tas caerá todo el peso de la ley sobre los agresores de nuestra vida.
Incluso, en su infinita apertura política, el “Gobernador de las Mujeres” hará alianza con el supremo líder o suprema lideresa que ocupe el Palacio Nacional para acabar con las violencias habidas y por haber. La Guardia Nacional seguirá de avanzada, porque en este país la violencia se aplaca con más violencia.
A partir de ahora los medios de comunicación serán democráticos y los reporteros no basarán sus opiniones en la reproducción de los estereotipos de género ni en agendas provida ni en misoginia y machismos.
En todos los diarios de Coahuila se hará periodismo en libertad. El “Gobernador de las Mujeres” está abierto al escrutinio público, él aguanta vara, no busca portavoces ni propaganda, sino críticas constructivas para mejorar.
Incluso, la categoría feminista del sentir/pensar va a permear en todo discurso y boletín de prensa. A partir de este momento las dimensiones emocionales y cognitivas de la experiencia humana estarán cubiertas por nuestro gobernador. Nuestro… El “Gobernador de las Mujeres”.
Para muestra, un botón: Habrá un gran festival cultural internacional nunca antes visto para recuperar el tejido social.
Más pronto de lo que canta un gallo, las mujeres alcanzaremos la paridad salarial respecto a los hombres. Gracias al “Gobernador de las Mujeres” conoceremos el empoderamiento y cualquiera que se sienta mujer vivirá segura y feliz en este idílico lugar que ha preferido al malo por conocido que al bueno por conocer.
Y así, con gran expectativa y esperanza, este nuevo orden comienza en Coahuila.
Votos de esperanza sin ironía
Ya. En serio. Fuera de ironías. Espero que las promesas de campaña no se disuelvan, que el verdadero rostro del poder no revele su farsa, que no prevalezca el autoritarismo y que no se imponga la necesidad de unos cuantos por encima del interés general.
Hago votos para que los créditos no se conviertan en cargas económicas para las madres autónomas y que las dádivas no sean para el control de votos. Deseo que nuestros males no duren más de cien años.
En seis más, cuando la democracia electoral se reinicie para la gubernatura de Coahuila, haremos un recuento de los (d)años. Por lo pronto, desde esta Comarca de Letras, estaré atenta y crítica ante el mundo feliz que está llegando.
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