Alétheia
Por Jesús Gerardo Puentes Balderas
Como ya lo mencionamos en la entrega anterior, el proceso electoral en Coahuila transcurrió sin causar emoción en el electorado; incluso, la jornada de votación así lo refleja con la apatía de más de un millón de ciudadanos coahuilenses (43%) que no ejercieron su derecho ni cumplieron su obligación.
Sin miedo a equivocarme, en los ciudadanos prevaleció el voto del miedo sobre el voto consciente; renunciaron voluntariamente a sus anhelos a cambio de su seguridad, lo que constituye una muestra clara del predominio de las emociones sobre los argumentos.
En cuanto a la participación ciudadana, en 12 municipios fue superior al 60%, destacando entre ellos tres de la comarca lagunera: Matamoros (68%), San Pedro (67%) y Francisco I. Madero (66%). Asimismo, cinco presentaron una participación menor o igual al 50%, resaltando Ocampo (48%), Ramos Arizpe y Zaragoza con 49%.
En términos generales, el total de sufragios fue del orden de un millón 344 mil, de los cuales 766 mil fueron para la alianza PAN-PRI-PRD (57%); 288 mil para Morena (21%); 179 mil para el PT (13%) y 81 mil (6%) para la coalición PVEM-UDC.
Definitivamente, el gran triunfador fue el PRI, que –haiga sido como haiga sido– obtuvo 635 mil votos (47%), 85 mil más que en la pasada elección y 185 mil más que el promedio en las últimas cinco elecciones, incluidas las federales.
El tricolor, por sí solo, ganó en todos los municipios y en los 16 distritos electorales. La ventaja respecto a Morena, su más cercano seguidor, fue del orden de los 348 mil votos (26%). Es más, sólo con la votación obtenida en Saltillo y Torreón superó con 36 mil sufragios (11%) a lo alcanzado por Guadiana.
Lamentable y tristemente el PAN, el cual se distinguió por ser el partido de oposición más grande y formador de ciudadanía; progresista, democrático en su interior y luchador incansable por hacer realidad la democracia en nuestro país, se perdió en el camino.
No existe justificación para esta alianza, la cual sólo le restó votos y simpatías al PAN al colocarlo en el vergonzoso y deshonroso cuarto lugar general, con la menor votación histórica obtenida en nuestra entidad.
Acción Nacional, en cuatro distritos electorales obtuvo menos votos que el PRD (1, 2; 4 y 7), en seis perdió con el PVEM (1; 4; 7; 12; 15 y 16) y, en doce con el PT (1 al 4; 6, 7 y 11 al 16). En tres distritos ocupó el penúltimo lugar (Distrito 1 cabecera en Acuña; el 4 cabecera en San Pedro y el 7 con cabecera en Matamoros).
En cuanto a la votación obtenida en los municipios por el blanquiazul, Morena fue superior en 35 de 38; el PT lo superó en 34, la UDC en siete, el PRD en seis y el PVEM en tres. Definitivamente el PAN, a pesar de ganar en cinco distritos, fue el gran perdedor.
El PRD en Coahuila es un partido comparsa y perdedor; entregado a los deseos del PRI. En esta ocasión prestó sus siglas para abanderar a dos priistas: en un caso, a la hija del presidente municipal de Saltillo y, en otro, a un distinguido priista de Piedras Negras. Ello, a cambio de alcanzar registro local a través de recibir votos de la estructura del PRI, a las cuales se les ordenó votar por el Sol Azteca; sin embargo, la estrategia falló, a pesar de haber obtenido el triunfo en los Distritos 2 y 15.
Para Morena y su candidato a gobernador la historia fue, por decir lo menos, catastrófica. Fue tal el rechazo a Armando Guadiana que, en los 16 distritos (en 33 municipios), los candidatos a diputados obtuvieron más votos que él (60 mil sufragios de diferencia).
El movimiento del presidente López quedó lejos de los 386 mil votos obtenidos en la elección a gobernador de 2017 y más lejos de los 406 mil obtenidos en los comicios de 2021. Su mejor resultado lo obtuvo en la pista de diputados con 354 mil sufragios nada despreciables.
Definitivamente, si debemos hablar de un ganador, además de los integrantes de la Alianza por la Seguridad, se trata del PT que, de no tener registro, prerrogativas, ni representación en el Congreso local, hoy día es la tercera fuerza política en Coahuila, desplazando al PAN al cuarto lugar.
La quinta posición es para el Partido Verde de Cuco Sandoval, una vez más por obedecer a sus amos del PRI, en dividir y debilitar a Morena y a la UDC (su aliado). Sin lugar a dudas, lo premiarán con alguna prebenda por haber cumplido el encargo.
El PVEM, pues, mantuvo su registro local al obtener más de 60 mil votos (4.49% de la votación total, porcentaje superior al 3.48% obtenido en 2021), garantizando una bolsa de recursos superior a la de este año.
Unidad Democrática de Coahuila, en esta elección, indudablemente pagó el precio de haber entregado todo su capital político a Morena en la elección de ayuntamientos de 2021: en 2020 era la cuarta fuerza política y hoy será la sexta.
UDC conservó el registro de partido local al obtener 43 mil votos (3.2%); sin embargo, perdió en su bastión principal, lo mismo en el municipio de Acuña que en el Distrito 1º; asimismo, la pérdida de más del 20% de su capital político, en todo el estado, lo deja en una posición crítica para la elección del 2024.
De Movimiento Ciudadano no hay mucho que decir. Renunció a participar en la pista de gobernador y, aun así, creció en votación respecto a comicios anteriores, aunque, marginalmente, no alcanzó el registro al obtener el 2% de la votación total (27 mil votos).
Una situación particular se presentó en todos los municipios y distritos, quizá con mayor ímpetu que en el pasado: el voto cruzado, definido como aquél en que el elector vota por candidatos de distintos partidos políticos.
Pero del voto cruzado, así como de la asignación de diputaciones de representación proporcional y de la sub y la sobrerrepresentación, hablaremos en el siguiente artículo.
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