Ciudad de México.- La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha sido protagonista de omisiones a raíz de más de mil casos de acoso y abuso sexual que se han perpetrado al interior de la institución en tan sólo cuatro años. Nombres de profesores e investigadores son escritos en cada tendedero que colocan las estudiantes para visibilizar la violencia que se ejerce contra ellas al interior de la universidad que es considerada como una de las mejores de América Latina.
De acuerdo con su Informe sobre la implementación del Protocolo para la atención de casos de violencia de género, la universidad dio a conocer que, de agosto de 2016 al 21 de agosto de 2020, mil 486 personas presentaron una queja por posibles hechos de violencia de género ante el Subsistema Jurídico de la institución, a partir de las cuales se identificaron a mil 311 personas presuntas agresoras, de las cuales únicamente a mil 158 se les pudo iniciar procedimiento de sanción en la institución debido a que en el resto de los casos no se encontraron elementos suficientes.
En ese sentido, la universidad señaló que el número de personas que presentaron una queja es mayor a la de personas presuntas agresoras porque varias de las que reportaron haber sido víctimas de violencia señalaron que fueron afectadas por un solo agresor.
De los mil 158 procedimientos iniciados, 648 concluyeron con una sanción formal y 30 con un acuerdo a través de un procedimiento alternativo, 278 se encontraban en trámite, en 93 no se encontraron elementos para sancionar, 23 fueron declaradas improcedentes y 89 se declararon insubsistentes. Es decir, únicamente 55.9 por ciento de los agresores fueron sancionados.
Es de destacar que la mayoría de las personas que presentaron una queja por hechos de violencia de género fueron mujeres (98.2 por ciento), mientras que las personas presuntas agresoras, en su generalidad, fueron hombres (94.9 por ciento). De las quejas, 79.2 por ciento fueron presentadas por alumnas, 11.3 por ciento por personal administrativo y 3.6 por ciento por personal académico.
Exalumna de la UNAM enfrenta demanda tras exhibir a profesor
Lo anterior da cuenta de la impunidad que permea en los casos de violencia de género al interior de la universidad, tal es el caso de Judith, quien junto a una compañera y un compañero enfrentan una denuncia interpuesta por A.M.A, un profesor que la acosó a ella y a otras estudiantes de la Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la UNAM. Ahora él la señala por presuntos daños a la moral y por haber propiciado amenazas en su contra.
Los hechos de acoso se perpetraron en el año 2017, cuando Judith aún era estudiante de la FAD. En entrevista con Cimacnoticias la joven detalló que A.M.A era su profesor en ese entonces. Un día el presunto agresor le pidió a ella y a otros compañeros que lo agregaran como amigo en Facebook. Judith pensó que sería una forma de conectar y seguir aprendiendo de un docente que admiraba; sin embargo, el hombre comenzó a dar señales que intimidaron a la estudiante.
Judith contó que A.M.A comenzó a enviarle mensajes por las noches, a los cuales ella respondía debido al temor de ser reprobada o no poder acceder a la beca en el extranjero que tanto deseaba. “Me empezó a sacar información de cosas de mi vida personal”, recordó la ahora egresada de la UNAM, fue entonces cuando notó que la situación no era normal.
“Él se empezó a acercar un poco más a mí, pero como en el aspecto de: ‘te voy a ayudar con mis contactos’. Yo empecé a sentir cosas muy raras con este hombre”.
Un día él le pidió a Judith que eliminara la conversación que habían tenido juntos ya que algunas estudiantes lo habían señalado por acosarlas y sin titubear A.M.A aseguró que se trataba de acusaciones falsas. Posteriormente el profesor creó un perfil falso de Facebook para contactar a Judith, fue entonces cuando le envió mensajes que, al día de hoy, la exuniversitaria recuerda con temor y repulsión.
Años después, en 2020, comenzó a reproducirse la protesta contra el acoso por medio de tendederos, donde las estudiantes exhibieron a profesores que las habían agredido. A esta lista se sumó A.M.A.
“Empezaron a salir un montonal de denuncias y la cantidad era impresionante, o sea, de chicas, que igual que a mí les hizo creer que eran la gran dibujante o que con sus contactos iban a llegar muy lejos, etcétera. También les mandaba mensajes en las noches, a veces unos incluso más explícitos”, recordó Judith.
Respuesta tardía de la UNAM
En su portal oficial la Universidad Nacional Autónoma de México presume que se cuenta con un Protocolo para la atención de casos de violencia de género en la institución, el cual establece como agresiones: chistes misóginos, invitaciones indeseables y persistentes, insinuaciones sexuales, exhibición indeseada de pornografía y tocamientos o actos sexuales indeseados.
Por años, A.M.A había incurrido en la mayoría de las anteriores agresiones contra varias de sus alumnas. Incluso en su historia ya contaba con varias quejas ante la Dirección General de Asuntos Jurídicos de la UNAM; sin embargo, todas ellas fueron desechadas, aseguró Judith.
En 2020, a raíz de los tendederos de acoso, nuevamente se presentó una denuncia ante dicha área de la universidad. Esta vez recibieron una respuesta y les informaron que la Facultad de Artes y Diseño ya no renovaría contrato el profesor.
Un año después Judith se enteró de que el profesor había presentado una demanda contra ella y otras compañeras por supuesto daños a la moral. En aquel momento pensó que se trataba de una broma, por lo que ignoraron el citatorio.
Pero no se trataba de un engaño, pues el profesor que las acosó realmente las había denunciado. En septiembre de 2021 se resolvió que no se ejercería acción penal contra las acusadas. Sin embargo, este 2022 el presunto agresor impugnó la decisión, por lo que Judith, junto a una compañera y un compañero, deberán comparecer el próximo 6 de septiembre ante autoridades de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX).
Por su parte, la UNAM contactó a las estudiantes luego de que el caso comenzara a sonar en redes sociales. Pero ellas ya no confían en la institución que las vio egresar, pues acusan que encubrieron a un agresor por años.
“No creemos en la UNAM, no creemos en quienes ayudaron a un aliado, francamente por todo lo que ha sucedido vemos que la universidad ha cubierto y escondido todos los casos de acoso”, sentenció Judith.
Es de destacar que desde un inicio la universidad incumplió con los lineamientos de su protocolo, en los que se destaca que los pasos a seguir para atender una denuncia por violencia de género al interior de la institución son:
- Brindar atención psicológica y psiquiátrica a las víctimas
- Medidas urgentes de protección
- Procedimientos alternativos con enfoque de justicia restaurativa
- Seguimiento de todos los casos por el personal especializado en violencia de género de la Unidad para la Atención de Denuncias (UNAD)
Dichas omisiones permitieron que un agresor se convirtiera en víctima, por lo que ahora la exigencia de Judtih y sus compañeros es que las autoridades de la CDMX investiguen con perspectiva de género y que no “se pongan del lado de la corrupción”.
Pese a este panorama, en su Informe sobre la implementación del Protocolo para la atención de casos de violencia de género, la UNAM no contempla ejes de acción para reducir los índices de violencia de género en la institución y tampoco para sancionar de forma adecuada a todos los agresores. Por lo que la casa de estudios tiene aún una deuda pendiente con Judith y todas las mujeres que han sido víctimas en la universidad.
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