Por Ethel Arredondo
Con una inversión de 30 millones de pesos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) Coahuila–Sureste abrirán oficialmente el 1 de noviembre próximo una guardería en la ciudad de Saltillo.
Bajo los principios de que toda persona merece una vida libre de persecución y discriminación, y de que el desplazamiento puede afectar a cualquiera, estas instalaciones tendrán la capacidad para atender a 254 niños, hijos de refugiados que trabajan en algunas de las empresas miembro de la cámara industrial.
El presidente de la Canacintra Coahuila–Sureste, Eduardo Garza Martínez, explica que la rotación de personal y falta de mano de obra, así como el trabajo coordinado que se ha hecho con el ACNUR, ha dado oportunidad a la apertura de espacios laborales para refugiadas originarios de diversos países.
La nueva instalación que llevará el nombre de Guardería Pequeños Industriales de la Canacintra estará afiliada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y tendrá capacidad para atender a más de dos centenares de niños, con turnos de hasta poco más de 11 horas.
“La fecha para apertura es el próximo primero de noviembre, ya para funcionar, pero debemos abrir unos días 26 o 27 de octubre. Estamos coordinando la agenda con el gobierno del estado, con el Seguro Social y, por supuesto, con el ACNUR.
“En una primera etapa se van a atender a 254 niños, con la posibilidad de ampliar horario y capacidad de atención. Es una guardería muy especial, donde también podremos recibir a pequeños con alguna discapacidad. Estamos en el proceso de contratación de 55 personas que integrarán el equipo de trabajo”, detalla el presidente del organismo empresarial.
Garza Martínez explica que Naciones Unidas se encargó de la inversión total de la estancia infantil, y la Canacintra gestionó el proyecto y realizó obras complementarias; una asociación civil se responsabilizará de cubrir el salario del personal de la guardería. Por su parte, el IMSS pagará por cada niño de los derechohabientes que soliciten el servicio. Se trata, agrega, de la primera instalación de su tipo en Coahuila.
De El Salvador a Saltillo
Creado en 1950, pocos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, el Acnur inició operaciones con el objetivo de ayudar a millones de personas que huyeron de Europa o que perdieron su hogar; la oficina del Alto Comisionado debía concluir su trabajo en tres años.
Sin embargo, poco más de 70 años después, la organización continúa con la labor de proteger y asistir a los refugiados de todo el mundo. En México cuenta con cinco oficinas en Aguascalientes, Ciudad Juárez, Guadalajara, Monterrey y Saltillo.
De hecho, en su página oficial, el Acnur da a conocer el caso de Claudia, una salvadoreña que encontró su nueva oportunidad de vida en la ciudad de Saltillo, donde trabaja, estudia y mantiene a sus hijos.
Esta joven madre llegó a México con sus dos pequeños en 2016, forzada a huir de la violencia y amenazas que sufrió en su país.
“La situación fue muy complicada por la inseguridad y las pandillas. Además, ya no era seguro para mis hijos”, recuerda.
Claudia cría a una niña de 11 años y un niño de siete, con quienes llegó en tren a Veracruz, entidad donde solicitó la condición de refugiada. En 2018 decidió establecerse en Saltillo, ciudad en la que el ACNUR tiene un programa de integración; ella pronto será ingeniera industrial.
El programa de integración cuenta con el apoyo de la Secretaría del Trabajo de Coahuila, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y el sector privado.
“Es un programa muy bonito porque te sirve para que puedas seguir desarrollándote y superándote en lo laboral como en el día a día con la familia. Es prácticamente un programa de oportunidades”, dice Claudia.
Al ser reconocida como refugiada, ella y sus hijos tienen la posibilidad de participar en este programa que actualmente beneficia a más de mil personas refugiadas, 48% de las cuales son mujeres y niñas. De las 29 mil 618 personas que solicitaron asilo en México en 2018, 29% eran adultas y 11% niñas, algunas de ellas no acompañadas.
Desde hace nueve meses, Claudia trabaja en el equipo de ensamble de lavadoras en una empresa que fabrica electrodomésticos. Asimismo está cursando una licenciatura en ingeniería industrial manufacturera, lo que nunca habría podido alcanzar en su país de origen, reconoce.
“Hay muchas oportunidades. Saltillo tiene diversidad en la parte laboral. Muchas empresas industriales se encuentran ahí y tiene mucha oferta donde te puedes colocar”, considera.
Sin embargo, Claudia confiesa que aún batalla con la parte salarial. “Sí se me dificulta un poco porque, siendo madre soltera, llevo sola el pago de renta, comida y escuela de mis hijos.
“Se me complica porque con mi sueldo debo cubrir los gastos familiares y mis estudios. Además, tengo que hacer mis tareas de la escuela y atender también las tareas y las actividades de mis hijos, pero gracias a Dios, poco a poco, se puede salir adelante”.
Alejada del peligro que para ella representó El Salvador, explica que su integración en México va por buen camino. “Saltillo es una ciudad muy tranquila y la gente nos acepta bien, te echan bastante la mano en cuanto al empleo. No te discriminan por ser centroamericano o de otro país.
“Me ha gustado mucho estar en Saltillo y vivir acá. Mi plan es seguir trabajando acá, terminar mis estudios y luego optar por un trabajo mejor”.
Áreas de oportunidad
El presidente de la Canacintra Coahuila-Sureste ve la necesidad de abrir más espacios como la estancia infantil que recién impulsó el Acnur, debido a que al menos tres parques industriales buscan contar con una guardería cerca de sus instalaciones.
“Hay muchas plantas en el sureste, muchas familias con apoyo formal de la ONU. El ACNUR trabaja muy fuerte en cinco ciudades del país, son las cinco que más refugiados reciben y una es Saltillo.
“Hay una diferencia entre un migrante y un refugiado. Los refugiados siguen todo un proceso que se evalúa por el Instituto Nacional de Migración. Que sean considerados como refugiados, les da certeza y mucha seguridad a los empleadores.
“De acuerdo con los datos del ACNUR hay más de dos mil personas en calidad de refugiados laborando en alguna empresa de esta región sureste de Coahuila”, precisa Garza Martínez. Se encuentran en empresas situadas en Saltillo, Arteaga o Ramos Arizpe, agrega.
Garza considera que en Coahuila se requieren más de 30 guarderías como la próxima a abrir. “Requerimos muchas áreas y lugares así porque hay miles de madres y padres trabajadores que necesitan tener un lugar seguro para el cuidado de sus hijos”.