La cola de Ernestina Godoy crece por minuto…

octubre 9, 2023
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Foto Fiscalía CDMX

Hoy les traigo otra historia de persecución, estigmatización y del uso faccioso de la justicia por parte de la fiscalía de Ernestina Godoy, en contubernio con la UIF de Santiago Nieto.

Roberto Uribe Ruiz fue un empleado que se esforzó por tener un mejor futuro, a quien la fiscalía de la CDMX le inventó delitos y consiguió órdenes de aprehensión para construir un teatro judicial contra Mancera.

LM: ¿Cuándo comienza tu pesadilla?

RU: Fue mucho antes de la orden de aprehensión. Desde que cambia el gobierno, me empezaron a señalar, a estigmatizar, a hacer acoso laboral, me cambiaron del área, me grabaron en mis funciones, pero, como yo tenía servicio civil de carrera, no me podían degradar en cargo; en 2018 era el titular del área de Cibernética.

Para no retroceder tanto en el tiempo, ya cuando empieza en concreto esta situación, me contacta una persona que me dice que tenía un problemón legal con la UIF. Así se contacta Felipe Bobadilla Riva, quien dijo ir como representante de la UIF. La reunión fue el 2 de agosto de 2021, aproximadamente a las 5:30 pm en un café que se llama o se llamaba Qué Pedro Pablo, en la Roma Norte. Hablo con hechos y con cosas, porque a mí sí me constan. Con una actitud nefasta y sin verme a los ojos, me dice que la UIF estaba investigado hechos sucedidos en el edificio de Márquez Sterling –tal cuál lo que le sucedió a Nicólas Pineda, que publiqué en la columna, Nicolás Pineda, 454 días preso por Santiago Nieto–.

Caso Sterling

RU: Me empieza a decir que yo había salido a relucir como parte de las investigaciones, que había sido señalado. Hoy sé que, por un testigo protegido “te vamos a dar la oportunidad de sacarte de la carpeta, de la investigación. Necesitamos que nos digas nombres de personas y que nos digas qué es lo que hacían en ese edificio, y que nos comentes cómo es que hacían tales cosas en contra de personajes diversos de la política”.

Yo le contesté: “Es que no sé de qué me estás hablando, ni siquiera sé de ese edificio”. En los 7 tomos de la carpeta no existe un solo señalamiento de ubicación o liga de ese edificio en mi contra. No hay nada.

Me dice pues que Mancera tenía ahí un centro de espionaje, y contesto una vez más: “No sé de qué me estás hablando”.

La reunión terminó a las 7:00 pm con este señor presionándome y diciéndome: “Tú me vas a firmar un documento donde yo te lo voy a decir a quién vas a señalar. Yo no voy a regresar con mis jefes a poner mi cara de tonto”.

”¿A quién quieres que señale?”, y me dice, “pues al jefe de Gobierno y a otros personajes”. “Cómo crees, si ni siquiera tengo un trato directo con ellos”, y me dice, “pues no te preocupes, nosotros vamos a hacer el escrito y tú nada más me lo vas a firmar y te vas a presentar, a ratificar y a declarar”.

Terminó amenazándome: “¿No quieres cooperar con nosotros? Entonces aquí te vamos a girar una orden de aprehensión”. “Haz lo que tengas que hacer legalmente, porque yo no señalaré ni haré nada de lo que me pides”, dije.

Le cumplieron la amenaza

La fiscalía de Ernestina Godoy inventó que no se encontraba localizable, pero estaba trabajando a un costado del juzgado que lo estaba requiriendo de 9 am a 9 pm.

Lo acusó de ejercicio abusivo de funciones y de violación de comunicaciones privadas y, posteriormente, en enero, por asociación delictuosa.

”Hoy llevo 497 días en la cárcel, en el Reclusorio Norte”.

RU: Ha sido difícil, sobre todo porque, en los primeros 20 días, no sólo a mí, sino a otra persona, nos mantuvieron en total incomunicación y exactamente al día 20 nos ofrecieron un criterio de oportunidad, yo creo, pensando que, al haber estado aislados, íbamos a estar rotos. Se presentó el fiscal de Servidores Públicos, Roberto Aguas Becerra, y la MP Tania Valesca.

Otra vez la burra al trigo. Aguas, Becerra le exigió señalar a Mancera y otros para dejarlo salir y también lo amenazó: “Si tú no me ayudas, pues ahí te vas a quedar”.

LM: ¿Te da miedo alzar la voz?

RU: La verdad sí. No sé qué más me puedan hacer. Lo que menos le interesa a la fiscalía es la legalidad y el debido proceso; tampoco les interesa la verdad. Voy a contarles una anécdota–inhale y exhale (recuerden que Roberto también fue acusado de asociación delictuosa)–.

Una vez nos trasladaron a una audiencia a la Unidad de Gestión Judicial 12, en Niños Héroes. Iba con otro de mis coimputados, y él le comienza hacer plática a otro que iba con nosotros y así fue como conocimos a otro coimputado.

LM: ¿Cómo crees?

RU: Te lo juro. Me dijo: “Pues es que me llevan a una audiencia por el edificio de Márquez”. Y todos nos quedamos de ‘¿a poco?’. “Nosotros también, ¿tú quién eres?”. “No, pues yo soy tal”. Pero no fue el único caso, con otro me lo crucé en el patio del reclusorio y por ponernos a platicar supimos que éramos coimputados; hasta nos reímos y dijimos: “Ah, mucho gusto”.

LM: ¿Qué piensas o qué sientes?

RU: Ira, frustración, enojo, incredulidad. También mucho coraje. Llevo casi un año y cuatro meses sin que alguien me hubiera escuchado, sin poder defenderme. También cómo mis familiares sufrían. Mi madre, mi esposa y cómo lloraban también de la sobreexposición mediática y todo este linchamiento de hacerme parecer como un culpable.

Me llegaron a mencionar como jefe del espionaje de Mancera ¡por unos hoyos en las paredes!, porque un policía de investigación dedujo, por unos hoyos, que ahí había equipos de espionaje.

Si creían haber leído todo, aún hay cosas peores…

RU: El juez de control me vinculó, no por lo que me imputó la fiscalía, sino porque dijo que yo manejaba un centro de tuiteros de bots. Me vinculó porque, desde su entender y comprender, él entendió que yo era el jefe de un área de tuiteros que publicaba a favor del gobierno y que usaba fondos públicos para ensalzar la imagen política del partido en turno.

En la versión digital de esta columna podrán escuchar qué pensó Roberto cuando le dictaron la prisión preventiva.

LM: Ernestina quiere reelegirse por cuatro años más, ¿tú qué dirías, siendo una de sus víctimas?

RU: No puede ser posible, es una persona, discúlpenme, ignorante; desconoce de las leyes, además, está abusando de su poder, está traicionando a los ciudadanos, está traicionando a la ciudad, porque es su obligación como la primera representante de la justicia de la CDMX.

Ahora pareciera ser que únicamente está al servicio de intereses oscuros o de poder o de su propia imagen, tal vez.

Roberto ganó un amparo el 31 de agosto de 2023, y porque la fiscalía de la CDMX lo impugnó sigue injustamente encarcelado.

Ay, no es por ponerle más limón a la herida, pero Roberto, durante su carrera, fue galardonado, estudió idiomas, se superó y hasta Sheinbaum lo condecoró.

Jorge Nader Kuri, Consejo Judicial Ciudadano, ¿darán su prestigio por esta fiscal? ¿Cómo verán a los ojos a las víctimas? ¿Cómo podrán dormir? Preguntas que también aplican para Santiago Nieto y Ernestina Godoy.

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La columna se publicó originalmente en El Financiero reproducida aquí con permiso de la autora.

Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.

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