Sembrando Vida relega a mujeres campesinas solo con el 31% de los recursos

octubre 17, 2023
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Fotografía: Gobierno de México.

Ciudad de México.- Al día de hoy el programa Sembrando Vida se encuentra masculinizado, ya que mantiene en su padrón de registro a 499 mil 998 personas, de las cuales únicamente 31.4 por ciento son mujeres, es decir, apenas 156 mil 999 del total se encuentran incluidas, de acuerdo con cifras del mes de marzo de 2023.

Según los lineamientos del programa, este “impulsará la participación efectiva de mujeres y hombres con la intención de contribuir a cerrar brechas de desigualdad por género y etnia en el acceso a los recursos”. 

En el documento también se destaca que son las mujeres campesinas las que aportan “de forma sustantiva a la producción de alimentos, a la transformación, el resguardo de semillas criollas, el manejo ambiental, la comercialización, la preparación y conservación de alimentos”.

Por ello, puntualiza, “se prestará especial atención para que a través de las acciones y servicios, se busque acelerar la igualdad de género y el empoderamiento social y económico de las mujeres campesinas”. 

Sin embargo, esto no ha ocurrido así. Pues incluso en 2020 la participación de las mujeres campesinas era menor que la de los hombres, siendo apenas el 30 por ciento (126 mil 128) del total de las personas registradas en ese momento (422 mil 205). 

Es decir, de 2020 a 2023 la participación de las mujeres en Sembrando Vida se incrementó únicamente un 1.4 por ciento, lo cual coloca sobre la mesa la pertinencia de mantener este programa en el Anexo 13.

Sumando a lo anterior, en muchas de las ocasiones el recurso otorgado por medio de este programa sirve para perpetuar violencias y estructuras machistas en las comunidades. Así lo evidenció Rosalba Loya, ejidataria y originaria de la Sierra Tarahumara, quien durante el Parlamento Abierto «Presupuesto de Egresos de la Federación para el Campo 2024», realizado el pasado 10 de octubre, acusó que el programa Sembrando Vida no les ha beneficiado como debería.

«Soy del estado de Chihuahua y soy 100 por cierto rarámuri, siempre he estado en esto porque no quiero que mis hermanos indígenas, a quienes les dieron Sembrando Vida se mantengan borrachos por caguama, eso no es ayuda para nosotros», expresó.

Ya que detalló, el uso del recurso se destina a alcohol, más no para trabajar sus tierras. «Esta no es vida para nosotros, queremos que nos den semilla», aseguró.

Es de señalar que, de acuerdo con investigaciones cómo «Violencia y su relación con el consumo de alcohol en mujeres raramuris de Chihuahua», publicada por la Universidad Autónoma de Chihuahua, el alcoholismo es uno de los principales generadores de violencia física, psicológica, económica, marginal o sexual en contra de las mujeres.

Mujeres, sin acceso a la tierra

En nuestro país viven 66.2 millones de mujeres, de ellas, poco más del 20 por ciento habitan en comunidades rurales, además, 34 por ciento representan la fuerza laboral y se estima que son responsables de más de la mitad de la producción de alimentos en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). 

Ellas, en sus comunidades, no tienen acceso a la tierra. Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres, en tierras de tipo ejidal o comunal, por ejemplo, solo tres de cada diez personas ejidatarias o comuneras a nivel nacional son mujeres. No obstante, estas cifras pueden variar según la ubicación geográfica: mientras en la Ciudad de México, Baja California, Guerrero y Sonora, las mujeres representan en promedio 30% del total de personas propietarias en ejidos y comunidades; en Yucatán, Campeche y Quintana Roo, este porcentaje no supera el 20%.

“Debido a la falta de titularidad, las mujeres se encuentran limitadas a participar en órganos de representación o no pueden acceder a créditos, financiamiento o programas sociales”, destaca el organismo.

Es necesario conocer lo anterior debido a que, entre los criterios y requisitos de elegibilidad para acceder al programa Sembrando Vida se encuentra que la persona a postularse deberá “tener disponibles 2.5 hectáreas para trabajar en un proyecto agroforestal”.

Es decir, las mujeres tampoco pueden acceder al apoyo económico de 6 mil pesos mensuales y ayuda en especie para trabajar tierras con un proyecto agroforestal, porque, en primer lugar, no se les proporciona un territorio ni se eliminan las brechas de género en las zonas rurales que les permitan acceder a uno. 

“Históricamente los hombres han sido reconocidos como los encargados de gestionar la familia y lidiar con las demandas de la agricultura y la ganadería. Esto, en consecuencia, limita o condiciona a las mujeres el derecho de acceso a la tierra”, sentencia ONU Mujeres.

De esta forma queda en evidencia que uno de los programas estrella de Andrés Manuel López Obrador poco beneficia a las mujeres y tampoco construye un camino que acerque a la igualdad a la población, donde ellas son las principales afectadas por las disparidades, también en la tierra. 

Lo anterior aún cuando organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han señalado que cerrar la brecha de género en la productividad agrícola y la brecha salarial en el mismo sector a nivel internacional aumentaría el producto interior bruto mundial en casi un billón de dólares y acabaría con inseguridad alimentaria de 45 millones de personas.

Anexo 13 y el raquítico presupuesto a mujeres campesinas

Dentro del Anexo 13 “Erogaciones para la igualdad entre mujeres y hombres” uno de los programas estrella (o al menos de los que se lleva más recursos del Presupuesto Federal) es Sembrando Vida, el cual se encuentra masculinizado y poco aporta para alcanzar la igualdad, misma que mantiene una sobrecarga de trabajo de cuidados no remunerado en las mujeres y la poca posibilidad de poseer tierras, dejándolas relegadas de la toma de decisiones que impactan directamente en su vida y en la de sus familias.

Las mujeres tienen poco acceso a las tierras, a dirigirlas, a producir en ellas y obtener ganancias de esta labor, y aún cuando el programa Sembrando Vida tiene como principal lema “sembrar igualdad”, ellas continúan siendo relegadas del campo, obteniendo pocos beneficios de este programa que forma parte del Anexo 13 (el cual fue agregado al Presupuesto por primera vez en 2018 y creado precisamente para construir la igualdad entre mujeres y hombres).

El Proyecto de Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el Ejercicio Fiscal de 2024 contempla, para dicho Anexo 13, la cantidad de 409,107,904,319 pesos; de esta cifra, 3.04 por ciento (12,457,160,276) se asignó al programa Sembrando Vida, siendo el segundo más beneficiado tan solo por detrás del programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, al cual se le asignó 61.54% del total del presupuesto (251,774,136,022 pesos).

CIMAC Noticias

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