La alpinista Perla Tijerina: La vida desde las alturas

noviembre 3, 2023
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Por Mariana Santos

La película Everest, del director Baltasar Kormákur –basada en la historia del montañista estadounidense Beck Weathers, quien en 1996 intentó escalar la montaña más alta del mundo, el Monte Everest, y fue dado por muerto debido a la altura en la que se encontraba (ocho mil metros)– inspiró a Perla Tijerina para convertirse en alpinista.

Originaria de Saltillo, Coahuila, Perla practica desde hace cinco años este deporte extremo. Es reconocida por haber pasado 32 días en la montaña más alta de México: El Pico de Orizaba. 

Anteriormente no realizaba ninguna actividad física que le apasionara. Corría cinco kilómetros diarios con el propósito de “hacer algo”. No tenía idea del alpinismo… hasta que en 2017 vio la película estadunidense Everest. 

Comenzó por investigar sobre esta actividad. Luego dio sus primeros pequeños pasos: subió el Cerro del Pueblo. Le tomó 15 minutos hacerlo. Se dio cuenta de su gusto por este deporte. 

En 2018 empezó a escalar montañas y volcanes de manera constante y durante la pandemia de covid-19 contactó a personas que practican este deporte para hacer amistades y compartir conocimientos.

En los hechos Perla aprendió y practicó de manera autodidáctica, pues nunca tuvo entrenador o alguien que en sus inicios le aconsejará sobre el alpinismo. Su primera experiencia en las alturas fue en el volcán inactivo Iztaccíhuatl, ubicado entre el Estado de México y Puebla. Para ella fue un reto complicado. Su cuerpo era débil y padeció náuseas. Logró escalar la cima en el tercer intento.

Nieve y soledad 

Recién en marzo último logró su primera hazaña: pasó 32 días en el Pico de Orizaba, que se encuentra entre los estados de Veracruz y Puebla. Con cinco mil 636 metros, es la montaña más alta de México y la tercera de Norteamérica. Es a la vez el único volcán activo que mantiene en su interior lava congelada.

La idea le surgió un mes antes, en febrero, durante un viaje a Orizaba. Cuenta que mientras tomaba un café durante la mañana vio a la distancia el pico nevado del volcán. Llamó a un amigo y le preguntó: “Oye, qué pasaría si yo estuviera tanto tiempo arriba, ¿Crees que sea capaz de hacerlo?”.

Comenzó a investigar sobre el volcán. Planeó el ascenso con sumo cuidado, checando todos los detalles. Se realizó estudios médicos y diseñó un régimen alimenticio que le permitiera sobrevivir en esas condiciones extremas. 

Otro hecho alimentó su entusiasmo. Encontró que el alpinista español Fernando Garrido pasó 62 días en la cima del Aconcagua, a seis mil 959 metros de altitud.

Durante su estancia en la cima del Pico de Orizaba tuvo días soleados y días con tormentas. Disfrutó amaneceres y atardeceres de colores vivos: rosas, naranjas y morados. 

Se impuso una rutina diaria: a las 8:00 horas ya estaba despierta. Realizaba una caminata y a las 10:00 de la mañana desayunaba. Le subían alimentos. Un panel solar y 15 baterías le permitían tener internet. Tomaba terapia psicológica a través de Zoom. Se daba tiempo para leer La Biblia. 

Tenía el propósito de alejarse de todo y conectar con ella misma, pero su historia se hizo viral. Durante las tardes llegaban personas a saludarla y a pedirle fotos. Incluso una reportera le realizó una entrevista desde las alturas.

En conversación con El Coahuilense, Perla reconoce que la soledad se convirtió en su peor enemigo. Recuerda que un día se encontró a un grupo de mujeres con las que mantuvo una charla amena. Tras despedirse de ellas entró a su carpa y sus ojos se llenaron de lágrimas. Le vino de golpe el sentimiento de estar sola; un vacío se apoderó de ella. 

Para colmo, “ese día el clima empeoró. Tuve ráfagas de 50 kilómetros por hora. La carpa quedó deshecha. Hubo mucha nieve. Empezó una tormenta eléctrica y a partir de ahí tuve días muy difíciles. La mayoría del tiempo me la pasaba en la carpa porque el clima no me permitía ir afuera, ni siquiera tenía ganas de salir al baño porque me súper congelaba. Entonces también tuve que manejar todo eso emocionalmente”, expresa la alpinista.

Durante sus últimos dos días en El Pico de Orizaba hubo una tormenta eléctrica y dos rayos le cayeron cerca. La fuerza del viento sacudía su carpa. No dormía. Su mente imaginaba los peores escenarios. 

Las autoridades de Protección Civil intentaron bajarla, pues no pidió permiso para subir el volcán. La alpinista se comunicó con ellos y les explicó su razón de estar en las alturas. También les indicó que contaba con estudios médicos y un plan preparado para cualquier situación. Firmó una carta responsiva y continuó con su aventura. Sobrevivió. 

“La Mujer de Altura”. Así tituló su reto de 32 días en el Pico de Orizaba, el cual terminó el 20 de abril a las once de la mañana, hora en la que Perla “pisó tierra”.

Su próximo reto es en territorio sudamericano. Planea ascender al volcán más grande del mundo: Ojos del Salado, el cual tiene una elevación de seis mil 893 metros y se encuentra entre los límites de Argentina y Chile.

Su más grande sueño es hacer los 14 “ochomiles” –montañas donde se requiere oxígeno suplementario–. Para ello Perla necesita patrocinadores. Hasta ahora ella cubre sus gastos, pero escalar el Himalaya o el Everest es costoso. 

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