Nadie elige acudir a un hospital, y menos aún cuando existe un riesgo adicional para la salud. Sin embargo, la realidad de los hospitales en Coahuila plantea una preocupación creciente, ya que, según datos del Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud Federal, se ha registrado un aumento desproporcionado en el número de enfermedades contraídas por pacientes, alcanzando los 2 mil 423 casos hasta la semana 47 de este año.
Este incremento es notable en comparación con el año anterior, que registró mil 195 casos.
La situación plantea interrogantes sobre las medidas de prevención y protocolos implementados, ya que la imagen idealizada de un hospital como un lugar de recuperación se ve cuestionada por esta estadística alarmante.
La Organización Mundial de la Salud define estas infecciones hospitalarias como aquellas que afectan a un paciente durante su asistencia en un hospital, no presentes ni en período de incubación al momento del ingreso, incluso manifestándose después del alta.
En Coahuila, las infecciones más frecuentes fueron asociadas a catéteres urinarios, neumonías vinculadas a ventiladores, neumonías clínicamente definidas e infecciones en tejidos blandos.
Ante esta situación, surge la necesidad de cuestionar las medidas de las autoridades de salud pública en la entidad y el monitoreo aplicado para abordar este aumento preocupante. La recolección de estadísticas debe ir acompañada de una acción inmediata frente a indicadores anómalos.
Frente a estos datos, se espera que las autoridades sanitarias actúen con rapidez, implementando y haciendo cumplir estrictamente las políticas sanitarias en los centros hospitalarios. La intervención inmediata es crucial para revertir la tendencia actual y asegurar que los hospitales sean lugares seguros para la recuperación de la salud.
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