La Comisión de Búsqueda de Coahuila ha localizado desde 2018 a 21 personas reportadas como desaparecidas que se encontraban en situaciones de calle o enfrentaban problemas de salud mental.
El titular de la Comisión, Ricardo Martínez Loyola, destaca que, aunque los casos son relativamente pocos, cada uno de ellos arroja luz sobre diversas problemáticas sociales que requieren un análisis detenido.
A pesar de contar con 23 reportes, se confirma la ubicación de 21 individuos, cuyos hallazgos se realizaron en refugios, albergues y en las calles no solo en Coahuila, sino también en otras entidades.
Según información oficial, la condición de estas personas ha llevado a que se encuentren no solo en el estado, sino también en colaboración con autoridades de otros estados como Querétaro, Estado de México y Nuevo León.
El alcance de estas búsquedas se evidencia en el caso reciente de Alejandra Monserrat, una joven de 31 años originaria de Ramos Arizpe que estuvo desaparecida durante más de cuatro años y fue finalmente localizada en Acuña con problemas de salud mental.
Cabe destacar que, aunque se han logrado éxitos notables, Martínez Loyola enfatiza la necesidad de que todos los casos sean denunciados para obtener la información necesaria que facilite las tareas de búsqueda, según lo establecido en el protocolo correspondiente.
Entre las personas localizadas en estas circunstancias, se incluyen cinco menores de edad. Martínez Loyola señala que han encontrado padecimientos como esquizofrenia, Alzheimer y problemas relacionados con el consumo de drogas.
En algunos casos, los informes previos de personas cercanas alertaron sobre estos problemas, indicando que la persona desaparecida no tomaba sus medicamentos o abandonaba su hogar.
El comisionado también destaca la influencia del tiempo y la temporada en los hallazgos, especialmente durante la temporada invernal, cuando las personas tienden a buscar refugio en albergues por voluntad propia. Sin embargo, subraya que, en algunos casos, las autoridades locales se encargan de trasladar a las personas desaparecidas a lugares seguros.
Los desafíos persisten, especialmente en casos donde la búsqueda se extiende a lo largo de varios años, afectando tanto a las familias como a las personas localizadas.
Martínez Loyola destaca la importancia de involucrar a otras autoridades en la atención y seguimiento de estos casos, ya que va más allá de la reunión familiar y requiere una atención adecuada a las necesidades de las personas localizadas.
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