El huracán Otis fue la puntilla que socavó la producción del campo guerrerense, porque no sólo devastó los cultivos sino también dejó en pausa a la agricultura y sumergió más en la pobreza a los campesinos del municipio de Acapulco, que nada tuvieron que celebrar en este festejo de Navidad.
La presidenta de Ormix, A.C. Brigida Rosa Maria Trani Torralba, dio cuenta que el fenómeno meteorológico causó una destrucción masiva de las parcelas de maíz, árboles frutales y huertas de coco, que hundió más en la pobreza a los productores del campo que apenas les alcanzó para tortilla y sal.
«He sostenido reuniones con los comisarios municipales de las comunidades de Paso Texca, Texca, Pelillo, El Veladero, El Zapote, Lomas del Aire, El Kilómetro 30, el 42, Xaltianguis, Xolapa, Tres Palos, San Pedro Las Olayas, Las Chanecas, San Pedro el Chico, San Pedro El Grande y los Bienes Comunales de Cacahuatepec, me reportaron que los vientos de más de 300 kilómetros por hora arrasó con todos los cultivos y algunos viven a la intemperie», dijo.
Del total de la cosecha que se tenía previsto aprovechar, porque otro problema que se presentó en ésta temporada fue la sequía y la tardía entrega del fertilizante, así como de la semilla mejorada, que les provocó el 50 por ciento de pérdidas, de este porcentaje, apenas el 20 por ciento se rescató para su consumo personal.
La ex regidora Trani Torralba refirió que hay incertidumbre entre los campesinos, por eso en las asambleas abiertas que se han organizado, se acordó pedir ayuda a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, para que instrumente un programa de apoyo a los productores agrícolas y que gestione ante el gobierno federal un paquete de apoyos dirigidos a los campesinos.
Quiero agradecer a la titular del ejecutivo del estado, porque escuchó nuestras peticiones e instruyó a funcionarios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural de Guerrero, (SAGADEGRO), que hicieran un censo de los hombres del campo que perdieron sus cosechas y se les dé un apoyo económico, prioritariamente a los que quedaron sin nada por la devastación que dejó a su paso el huracán Otis.
Por eso esta Navidad fue totalmente diferente, no hubo nada que festejar, en virtud que carecen de ingresos adicionales y su única fuente de subsistencia es lo que cosechan, «ahora solo aspiran a tener un pequeño apoyo que les permita aliviar su situación de escasez y no hundirse más en la pobreza», apuntó.
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