La cuesta de enero podría prolongarse por lo menos hasta marzo y en niveles por arriba de cuatro por ciento, estimaron analistas consultados a pocos días de que termine 2023.
Alain Jaimes, analista senior en Signum Research, afirmó que el alza de precios en mercancías y servicios, así como en los energéticos y productos agropecuarios presionarán la inflación.
“En el caso de enero, no solo el componente subyacente presionaría, sino que el no subyacente también ejercerá cierta presión por sus componentes de energéticos y algunos agropecuarios”, explicó.
Adelantó que, los niveles inflacionarios estarán por encima de cuatro por ciento durante el siguiente año, “pero dependerá en gran medida de cómo vayan evolucionando los datos y si no hay choques externos que alteren la trayectoria”.
Jorge Sánchez, economista senior de Finamex, afirmó que la cuesta de enero será impulsada por el aumento de precios en alimentos y servicios.
“En los primeros quince días del primer mes de 2024, habrá ajustes importantes en los precios, sobre todo en el segmento de mercancías alimenticias que incluso pueden llegar a niveles históricos”.
De la primera quincena de enero de este año a los primeros 15 días de diciembre, la inflación general acumulada se ubicó en 4.36 por ciento anual.
Dicho resultado representó su mayor nivel desde la segunda quincena de diciembre de 2022, cuando se posicionó en 7.86 por ciento anual, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El producto que más se encareció fue el chile poblano con un incremento acumulado de 74 por ciento, seguido por la cebolla al presentar un alza 65.5 por ciento y el transporte aéreo con 64.6 por ciento.
Por el contrario, los productos que presentaron una deflación fueron el chile serrano con 49.5 por ciento, gas doméstico natural con 19.8 por ciento, las computadoras con 19.2 por ciento y el jitomate con 15.5 por ciento.
Jaimes comentó que a pesar del proceso desinflacionario del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación subyacente (la que no incluye los productos más volátiles como los combustibles), ha disminuido de manera más acotada.
“A pesar de que hemos visto un proceso desinflacionario en el índice general de la inflación como consecuencia de la liberación de cuellos de botella alrededor del mundo, estímulos fiscales en precios de combustibles y un marcado efecto en el tipo de cambio, el índice subyacente (que refleja de mejor manera las presiones inflacionarias) ha disminuido de manera más acotada, lo anterior presionado por sus segmentos de mercancías alimenticias y los servicios.
Los expertos consultados coincidieron en que el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), implementado por el gobierno federal, ha tenido alcances acotados y prevén que continúe así, a pesar de que se anunció su extensión para el primer semestre de 2024.
Comentaron que el verdadero apoyo contra la inflación ha venido de las acciones del Banco de México (Banxico) y de las condiciones externas en las cadenas de suministro que han provocado la normalización en los precios. De acuerdo con analistas consultados por el banco central, el INPC finalizará el próximo año en un nivel de cuatro por ciento.
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