En Saltillo, se ha observado un incremento alarmante de casos relacionados con el consumo de cristal en las últimas dos semanas. Personas adictas a esta droga manifiestan ataques sicóticos y alucinaciones, desencadenando situaciones peligrosas donde algunos han intentado atentar contra sus propias vidas o han agredido a sus seres queridos.
Norma Alicia Pérez, directora del Centro de Integración Juvenil, expresa su preocupación ante el impacto del cristal en los hogares coahuilenses, destacando que los episodios de violencia y ataques sicóticos son cada vez más frecuentes, fracturando familias enteras.
La especialista subraya que el consumo de cristal provoca un deterioro mental significativo, generando ataques sicóticos, episodios de violencia y una alteración de la realidad a través de alucinaciones, incluso llevando a los adictos a agredir a sus seres queridos.
Esta problemática no solo afecta a nivel familiar, sino que también preocupa al sector productivo. Roberto Cabello Elizondo, presidente de la Coparmex, destaca la profunda inquietud del sector empresarial, ya que la dependencia de sustancias sicóticas repercute negativamente en la productividad de las empresas.
Cabello Elizondo señala que, aunque no hay registros de vendedores, sí hay consumidores que consumen cristal durante los traslados en unidades de transporte contratadas por las empresas. Esta tendencia ha complicado el proceso de reclutamiento de personal en la Región Sureste, especialmente en roles que requieren una concentración del 100% de los sentidos.
Las empresas han respondido aumentando las pruebas antidoping, algunas incluso aplicándolas hasta tres veces por semana.
En 2023, Coahuila registró 9,054 detenciones por narcomenudeo, todas relacionadas con la posesión de cristal, según datos de la Fiscalía General del Estado. La directora de los Centros de Integración Juvenil en Coahuila destaca la preocupación por las adicciones cuando se llega al extremo de atentar contra la vida, ya sea propia o de terceros.
Los efectos del cristal, como la pérdida del apetito e insomnio, afectan el sistema nervioso y desencadenan comportamientos violentos, delirios de persecución, paranoia, ansiedad, depresión, ataques de esquizofrenia o episodios de violencia extrema.
Los casos más extremos vinculados al consumo de cristal incluyen intentos de suicidio prendiéndose fuego y otros donde individuos se rocían con insecticida. Un incidente particularmente impactante involucra a una madre que apuñaló a sus dos hijos.
Estos eventos reflejan la gravedad de la situación que enfrenta Saltillo debido a la propagación de esta peligrosa droga sintética.
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