Franz Beckenbauer, quien falleció este lunes 8 de enero a los 78 años, es considerado el mejor futbolista y leyenda de la Selección de Alemania y del futbol mundial.
Conocido como “El Káiser”, disputó el Mundial de México 1970 con Alemania Federal. En aquel partido, dejó una de las imágenes más emocionantes en la historia de las Copas del Mundo, llevando su cuerpo al límite.
Durante la semifinal frente a Italia denominada como “El partido del siglo”, que se llevó a cabo en el Estadio Azteca el 17 de junio de 1970, el alemán fue el líder de la defensa teutona, consiguiendo empatar a un gol frente a una poderosa Italia y llevar el partido a los tiempos extra.
Apenas en los primeros minutos de la prórroga, Beckenbauer tuvo un choque frente al italiano Giacinto Facchetti, lo que ocasionó que se dislocara el hombro. Para mala suerte del alemán, el técnico Helmut Schön ya había realizado sus dos cambios reglamentarios, por lo que Alemania quedaba en desventaja númerica.
Al ver que su equipo podía sufrir jugando con uno menos, Franz Beckenbauer se negó a abandonar el terreno de juego. Por ello, los médicos de la selección alemana decidieron recolocarle el hombro y vendárselo.
Así, el Káiser regresó al campo con el brazo completamente pegado a su cuerpo, con una especie de cabestrillo hecho con vendas. Pese a estar mermado en una de sus extremidades superiores, Franz Beckenbauer no dudó en ayudar en la defensa de su equipo.
Los aficionados presentes, así como sus compañeros e incluso alguno que otro rival, aplaudieron la valentía del alemán por atreverse a disputar una semifinal del mundo con un brazo lesionado.
Sin embargo, y para mala suerte del líbero, los tiempos extra fueron intensos. En total, cayeron cinco goles, dos por parte de Alemania Federal y tres por parte de Italia. Por lo que los del país de la bota se quedaron con el pase a la Gran Final en un intenso partido que sigue en la memoria futbolera a más de medio siglo de historia.
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