Por Dorian Arrzúa
Oscar Troyo es un artista independiente nacido en Saltillo, Coahuila. Oscar es un actor profesional de teatro, un realizador audiovisual independiente y un comunicólogo de carrera con maestría en guion y dirección de cine.
Ha participado durante siete años consecutivos en las carteleras municipales y estatales de cultura en las áreas de Teatro y Cinematografía, y ha sido miembro de Jurado Mezcal en la edición 2014 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara y en la Muestra Nacional de Teatro 2017.
Sus cortometrajes se han presentado en distintos festivales, como el Emilio Indio Fernández, Muestra Intergaláctica, Linares Fantático y el de Arte de La Piedad. También han participado en el Lift Off Sessions, festival en línea dedicado a proyectar mensualmente cortos y largometrajes independientes de todo el mundo.
Su pasión por el teatro nació cuando ingresó a un taller que impartía su escuela primaria. Los métodos de enseñanza de su profesora, como la meditación o juegos que sumaban a las historias que inventaban dentro del escenario, lo impactaron. Fue así que su amor por este arte creció con cada detalle que lo enlazara con la actuación.
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Al finalizar su carrera como comunicólogo, recibió la invitación para participar profesionalmente en una obra de teatro. Fue ahí cuando se dio cuenta a lo que se quería dedicar y vivir el resto de su vida.
Al iniciar sus estudios de maestría en guion y dirección de cine y empezar a aprender actuación, fue cuando nació su compromiso por crear nuevas historias. Fruto de este compromiso son algunas de sus producciones, entre ellas los cortometrajes que comparte en la plataforma de YouTube. Es el caso de El canto de las cigarras, su más reciente cortometraje, realizado con apoyo de los Estudios Churubusco y de la Secretaría de Cultura estatal.
También participó como actor y productor en la película saltillense El Desaire, ópera prima del director Gabriel Ramos, la cual actualmente se encuentra en postproducción.
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Oscar recalca que le guarda gran cariño a cada uno de sus cortometrajes, pues cada uno significa algo para él debido a lo que busca transmitir y la forma en la que lo realizó o vivió. Son los casos de El Canto de las cigarras, el primer cortometraje que contó con un gran presupuesto y sirvió como una pequeña probada de lo que es una producción cinematográfica en grande; o Vaho, con el cual causó impacto en su momento y fijó las miradas sobre él, demostrando de lo que era capaz.
Sin embargo, este sueño que ahora puede decir que cumplió no fue tarea sencilla para Oscar debido al poco apoyo que recibe el arte en Saltillo, ciudad industrial donde no existen escuelas de arte o talleres y por lo mismo es difícil vivir y promover la importancia social del cine. Considera que esta falta de conciencia sobre el arte fue una difícil barrera que tuvo que cruzar y, por esto mismo, guarda gran cariño por cada una de sus obras; éstas significan para él “los escalones que ha logrado subir para llegar a donde se encuentra el día de hoy”.
Un sello que mantiene en todos sus trabajos es la forma independiente en la que trabaja; una forma más arriesgada y experimental respecto de lo que generalmente se aprecia en el medio. Él pone como prioridad el cuidado que tiene sobre su cuerpo y su mente, pues, señala, el arma o herramienta principal de cada artista es uno mismo, ya sea como cantante, pintor o actor; es el cuerpo el principal protagonista de cualquier obra, una perspectiva que a él le parece sumamente interesante.
“Nuestra herramienta es un cuerpo que también se desgasta, así como lo hace un martillo” y el cuidar nuestra salud mental y física es parte fundamental de todo gran artista, explica.
Comenta que su parte espiritual ha sido importante a la hora de crear sus producciones. Dice que coloca muchas de sus ideas dentro de sus historias; las dota de profundidad que se mezcla de forma perfecta con los temas que toca, generando una experiencia y un sentimiento que es justamente lo que busca provocar en los espectadores.
Oscar es una persona comprometida con la mejora constante en el trabajo escénico. Comenta que al interpretar a un personaje de forma consciente o inconsciente también éste se impregna con esencia del actor. De esta forma genera una perfecta fusión entre su parte espiritual y esotérica con la escénica, siendo el resultado de esto sus cortometrajes. Actualmente Oscar trabaja en su tesis donde aborda justamente este tema: “el esoterismo aplicado al teatro”. Con esto busca un performance mucho más significativo y honesto.
Además de su tesis, Oscar comparte que actualmente está trabajando en diversos proyectos, tales como el taller de teatro y actuación “Teatro Nous”, donde imparte clases de actuación.
Oscar recalca la importancia de apoyar e impulsar el talento en Saltillo, ciudad que es cuna de muchos artistas y cuya diversidad en el arte es impresionante. Pide apoyarlos económicamente, así como asistir a sus presentaciones y exposiciones. Sostiene que ello significa mucho para fortalecer el panorama artístico en la ciudad.
Invita a los artistas a arriesgarse, a utilizar su talento y su posición para expresarse libremente. Considera que es importante generar un espacio de conciencia y conexión, en donde el miedo a luchar por los sueños no exista, aunque el camino implique sacrificio: “El caerte y levantarte, no es impedimento para seguir y lograrlo, pero siempre recordando que no debemos descuidarnos en el proceso”, aconseja.
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