Por El Coahuilense
Mientras la encuesta de Morena se sigue aplazando y dejándole margen al posicionamiento de Ricardo Mejía Berdeja, todo parece indicar que Evaristo Lenin Pérez Rivera, dirigente de la Unidad Democrática de Coahuila (UDC), está por resolver su disyuntiva: aliarse con Movimiento Ciudadano o irse por la libre con su partido local.
El golpe a Morena no es menor tomando en cuenta que los municipios donde ha gobernado prácticamente son prestados por UDC.
Por cierto, UDC ligó un tanto adicional en su equipo jurídico al conservar un spot creativo sobre dinosaurios. El anterior fue la recuperación de registro y prerrogativas de quien parece haber entendido que el jurídico es uno de los principales frentes de batalla en la guerra político-electoral.
De palmeras y peinados
Entre funcionarios y regidores del municipio de Saltillo se tiene la convicción de que el desempeño de la directora de Ecología, Sofía Franco, no es solo negligencia y que el desastre que en lo que le toca existe es deliberado.
Hasta hace unos días pocos se habían percatado del deterioro de las palmeras de la Alameda Zaragoza, algunas a punto de morir por el descuido que en unos cuantos meses han sufrido sin que la funcionaria asuma su responsabilidad y, por el contrario, opte por repartir culpas.
En medio de una crisis ambiental no reconocida y ni siquiera evaluada por la ciudad, con avistamientos de familias de osos en áreas urbanas y la eventual aparición de fauna silvestre con riesgo para los habitantes, Sofía Franco ni se despeina y lejos de establecer algún tipo de coordinación con las instancias federales, el estado y los municipios vecinos, anda ocupada en apoyar a su padre, Héctor Franco, a quien el moreirato quiso convertir en ambientalista non y que hoy le coordina actividades al neomorenista Ricardo Mejía Berdeja.
Despidos por matraca
Por cierto que ha causado extrañeza en la cúpula priísta la pasividad del alcalde de Saltillo, José María Fraustro, respecto al caso de Sofía Franco y otros servidores públicos que navegan en la indefinición.
Y es que, por ejemplo, numerosos funcionarios públicos que estaban en la estructura de Shamir Fernández fueron despedidos en las semanas recientes para evitar que, cobrando en el estado, anden haciendo campaña a favor de Morena, mientras que en Saltillo se les tolera y solapa que anden con matraca en mano.
Ni lo topa
A Shamir Fernández el cálculo por ahora le salió mal. Su renuncia al PRI, nos dicen, fue con el compromiso de que asumiría la superdelegación de Bienestar, a cargo desde hace cuatro años de Reyes Flores Hurtado. Sin embargo, quien le hizo la oferta no calculó que la superdelegaciones están congeladas por ahora y que la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel sólo acuerda con el presidente López Obrador y el asunto Shamir no ha figurado en su agenda con el Ejecutivo, pues como dicen los jóvenes, ni lo topa.