Ciudad de México.- A casi cuatro años del robo de su hijo en un tianguis de Huehuetoca, estado de México, Reyna Bruno mantiene firme la esperanza que las autoridades de la Fiscalía Central para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género, de Cuautitlán Izcalli la ayuden a dar con su localización, así, desde hace tres años Josué David es uno de los 87 mil 436 niños y niñas en México sustraídos, cuyas madres se han volcado a encontrarlos.
El robo de Josué David, no es un caso aislado, el país enfrenta una crisis en este sentido porque:en el territorio nacional, sucede el equivalente a 14 desapariciones cada día de niñas y niños; un caso cada dos horas, reveló el informe “Infancia Cuenta 2022: Niñez y desapariciones”, realizado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) con base en datos oficiales.
Reyna mantiene viva la esperanza de recuperar a su hijo, que al día de hoy tendría cuatro años, la situación se ha tornado vivir en una especie de limbo, ante la incertidumbre de la desaparición de Josué David y sostener la vida diaria de su familia.
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Reyna es madre autónoma, y ha tenido que atender las labores de cuidado de su hijo, quien actualmente tiene 18 años. Enfrentó su manutención como empleada del hogar, principalmente desarrollando actividades de limpieza las cuales alterna con un empleo en un restaurante. Vive con su mamá y sus hermanas.
Se calcula que en México hay 4 millones 180 mil hogares con padres ausentes según cifras del INEGI, esto quiere decir que esos más de 4 millones de familias cuentan con un sustento económico gracias al trabajo de una madre autónoma.
Las condiciones en las que trabajan estas madres las someten a una doble violencia: por un lado viven las consecuencias del abandono paternal y, por otro, atraviesan los estragos de un mundo laboral que no está diseñado para la maternidad.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 7 de cada 10 de las 4 millones 180 mil madres autónomas son económicamente activas. La mayoría de ellas —cuatro millones— son mujeres de entre 30 y 34 años.
La búsqueda de Josué David, ha sido compleja porque Reyna debe trabajar sin horarios establecidos, incluso labora los fines de semana, esto dificulta que asista de forma constante ante la Fiscalía, aunque nunca ha dejado de insistir en el avance de las investigaciones.
En total, la Redim mencionó que desde que se tiene registro (1964) al 2022, 87 mil 436 niñas, niños y adolescentes han sido reportados como desaparecidas.
El reporte añadió que si bien en todos los estados se presentaron casos de desapariciones de menores en el 2021, el 40% se concentró en el Estado de México, Tamaulipas y Jalisco. Además, mencionó que al 2022, mil 896 menores desaparecidos durante el año 2021, seguían sin ser ubicados.
Los hechos
Proveniente del municipio de Tequixquiac en el estado de México, el 6 de junio de 2020, la señora Reyna Bruno acudió con su hijo de tan solo dos meses de edad, al tianguis de Huehuetoca para ayudar en la venta de «chacharitas» a su mamá, quien era comerciante y le había pedido que la acompañara.
La mamá del niño relata que salió temprano a vender en el tianguis, llegó otra mujer con quien entablaron una plática.
«Salimos temprano a vender en el tiaguis, de ahí llego una señora y nos hizo la plática, después cargó a mi bebe y en ese momento, me dijo, bájame esas luces las quiero comprar, y yo baje las luces mientras cargaba al niño».
La consumación del robo del niño sucedió cuando ella se dio la vuelta y ya no vio, a la mujer, ni a su hijo. El silencio y el vacío fueron un golpe seco de realidad, se habían robado a su hijo.
De inmediato se puso a buscar, pasó por dónde estaba su mamá en otro puesto del mismo tianguis, y le dijo, que la vio pasar pero pensó que era un familiar o alguien de confianza.
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La mujer que le arrebató a su bebé, iba cubierta con un cubrebocas, cosa que era común en esos días, ya que se estaba frente a la pandemia de Covid 19, Reyna, refirió:
«Yo no la llegué a ver bien su rostro porque traía un cubrebocas, se veía como una persona de 45 años aproximadamente».
Cuando se dio cuenta del robo del niño, de inmediato llamó a la policía, los oficiales le ayudaron a rastrear la zona pero no tuvieron éxito, el robo se había consumado.
Después de eso la llevaron ante la Fiscalía Central para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género de Cuautitlán Izcalli, para levantar su denuncia por privación de la libertad de su entonces bebé.
El primer año de búsqueda
Durante ese primer periodo de búsqueda, la atención de las autoridades «fue buena», señaló Reyna, ya que le brindaron protección policial las 24 horas, según consta en la denuncia levantada, además le brindaron ayuda psicológica vía remota, ya que se estaba en un punto álgido la pandemia del Covid-19.
Le asignaron un abogado, luego fue sustituido por una abogada «que llevó bien su asunto». Sin embargo, la dependencia tuvo cambio de personal y el caso lo comenzaron a atender otros servidores públicos; conforme pasó el tiempo la atención fue decreciendo en trato y en efectividad, afirmó.
Desde ese momento hasta la actualidad, Reyna sigue de cerca con la Fiscalía para ver los avances de su caso, el cual ha quedado estancado, afirma, porque no han presentado ningún avance en las investigaciones.
Reyna, es una señora de una pieza, trabajadora, honrada y de palabra, que nunca pensó que el tener una actitud de apertura con las personas, la llevarían a vivir la tragedia que ahora le ha tocado solventar.
Es una persona transparente y con una alta capacidad de resiliencia, ya que al ser entrevistada, aporta todos los datos que puede, sabeedora de que si más personas conocen su historia, tendrá más oportunidades de recuperar a su hijo.
Pendientes del Estado mexicano
En el 2022, en nuestro país se declaró oficialmente al 29 de abril de cada año como el «Día Nacional contra la Sustracción de Menores», como un recordatorio de una problemática multidimensional. Sin embargo, el reconocimiento de estos hechos para la sociedad mexicana, no exime al Estado mexicano, de brindar un acompañamiento eficaz y oportuno a las víctimas de este delito.
“El estudio evidencia también la profunda desatención que en la actualidad tiene la crisis de desapariciones no sólo por parte del Estado mexicano, sino también de la sociedad, quienes dejan el problema solamente a las familias de las víctimas. Hoy las desapariciones y en particular la de niñas, niños y adolescentes sufren invisibilización, incluso estigma, y un silencio que ha embargado la vida ciudadana en México”, detalló Tania Ramírez, directora de la REDIM durante la presentación del informe “Infancia Cuenta 2022: Niñez y desapariciones”.
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Aunque al día de hoy, Reyna vive en la casa materna, en compañía de sus hermanas y de un hijo de 18 años que ya la hizo abuela, de un bebé de un año; tiene salud y lleva a cabo trabajos de limpieza o de mesera; pues, la tranquilidad no ha llegado porque todavía falta en su vida, el bebé que le fue arrebatado.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), afirma que el Estado mexicano se ha comprometido, por medio de la Convención de los Derechos del Niño a tomar todas las medidas necesarias para impedir “el secuestro, la venta o la trata de niños para cualquier fin o en cualquier forma” (CDN, Art. 35).
Además, en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes se señala como una de las responsabilidades tanto de las autoridades federales como de las locales la de “coadyuvar en la localización de niñas, niños y adolescentes sustraídos, trasladados o retenidos ilícitamente” (LGDNNA, Art. 116).
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