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París, Francia.- Ian Pablo Martínez Alanís, estudiante de Física en Múnich, viajó a París para votar en el Consulado de México en unas elecciones históricas.
Al llegar a las 8:00 de la mañana, encontró dos filas: una corta para los registrados y otra larga para los no registrados, con hasta 1500 plazas disponibles.
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El universitario recibió el número 243, asegurándole un lugar. Con la esperanza de votar en dos o tres horas y regresar a Alemania, la lentitud de la fila lo sorprendió.
«De repente entre los formados se empezó a comentar que habían tenido problemas con uno de los aparatos de las casillas, que no se podía leer las tarjetas en la computadora donde se emitía el voto”
A las 9:00, una fila adicional para adultos mayores y personas con discapacidades ralentizó aún más la espera. Durante las siguientes dos horas, Martínez conversó con otros votantes, incluyendo un estudiante de maestría en París y una familia de vacaciones.
“Conocí a un par de personas que viven en París desde hace años, que se habían quedado a trabajar ahí, pero decidieron conservar su nacionalidad mexicana”.
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A las 11:30, tras casi cinco horas, consideró desistir para no perder su autobús a Múnich a las 2:15. Los otros votantes lo alentaron a quedarse. Gracias a su persistencia y la ayuda de otros, consiguió avanzar al número 194.
Finalmente, a la 1:10, entró al Consulado, votó, y salió 10 minutos después. Agradecido, se despidió de quienes le ayudaron y logró tomar su autobús, satisfecho de haber ejercido su derecho como mexicano.
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Con información de El Diario de Coahuila | KC
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