Torreón, Coahuila. – Internos rescatados del anexo denominado “Sembradores Laguna” revelaron las torturas a las que eran sometidos, las cuales, incluso, los tuvieron al borde de la muerte.
El operativo conjunto se llevó a cabo la mañana del pasado martes sobre el bulevar Revolución de Torreón, en el domicilio marcado con el número 1365, casi esquina con la calzada Cuauhtémoc.
Ahí, las autoridades procedieron a la clausura y cierre definitivo, al encontrar condiciones insalubres, signos de violencia y falta de permisos para operar, entre otras anomalías.
ANDRÉS CASI MUERE, SE AHOGABA CON SU SANGRE
Andrés, de 22 años de edad, fue anexado hace tres meses por su adicción a la marihuana y el cristal, y al poco tiempo fue víctima de violencia.
“Tenía 1 mes de que había llegado, cuando a Edgar el encargado ya le caía gordo, me subió al tercer piso, me exigió que me arrodillara, me negué y me empezó a golpear”.
Fue estrellado contra la pared y también fue golpeado, por lo que sufrió fractura de nariz.
“Yo me la tuve que acomodar con mis manos, porque nunca me atendieron. Estaba bañado en sangre, me estaba ahogando con mi propia sangre, pues no podía respirar”.
No obstante, el “padrino” encargado lo levantó por el cuello y le dijo que lo iba a matar.
“Y a los compañeros Jaime y Alan otro día también los subieron esposados al tercer piso, allá era donde nos torturaban. Nomás se escuchaban los madrazos”.
En el tercer piso había hasta botes de pintura para darle una pasada a las paredes ya que quedaban manchadas con sangre.
LES DABAN COMIDA PODRIDA
Además de los maltratos físicos, la “alimentación” era otra pesadilla, pues les daban frijoles y lentejas que ya no servían, por lo que todos se enfermaban del estómago.
“La cena era un vaso con avena, también nos daban lentejas, pero era más agua que lentejas, nunca fue comida digna como la que se debe de tener en un proceso de recuperación, porque mi familia pagaba. El pan que te daban era duro, pero realmente duro, parecía piedra, y ese lo vendían aparte”.
“Casi siempre eran caldos, desabridos y crudos. Nos daban frijoles y sopa echada a perder”.
1 BAÑO PARA 28 INTERNOS
Aunque sí había varios baños, solo tenían autorizado que usaran uno, a manera de castigo y para tenerlos más bajo control, lo que generaba olores muy desagradables e infecciones que también perjudicaban su salud.
“Eran 6 baños en total, pero no dejaban que los usáramos, solo uno, no sabemos los motivos. Teníamos que hacer fila cuando nos andaba, no nos dejaban hacer en otro lado del baño”.
LOS PONÍAN DE RODILLAS POR HORAS
Frank, de 25 años, tenía apenas un mes en “Sembradores Laguna” en donde lo metieron sus familiares para combatir su drogadicción a la marihuana y al cristal.
Otra manera de torturarlos, reveló, es que los “postraban”, es decir, los ponían de rodillas a orar durante mucho tiempo.
“A mí lo máximo que me tuvieron postrado fue una hora, pero vi a compañeros que los tuvieron más. Yo también vi cómo los trataban mal, les pegaban, les pisaban la cabeza contra el piso, eran los encargados Edgar e Iván, son hermanos”.
OTROS ABUSOS
Otros internos rescatados, que prefirieron no decir su nombre, comentaron que dormían en puras tarimas sin colchón, que no tenían aire acondicionado por lo que el calor era extremo y que de los 28 también había menores de edad.
“Y nos esposaban o nos amarraban con cables”.
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