Redacción El Coahuilense
Un arreglo en la opacidad, es lo que estaría detrás de la indiferencia de la CATEM con los obreros inconformes que fueron a buscar a la central filomorenista.
Desde el paro realizado a mediados de mayo, los dirigentes obreros inconformes buscaron a los representantes de Pedro Haces, pero mientras esperaban respuesta, la CTM pudo operar para convalidar los despidos de los trabajadores más activos en la expresión de inconformidad, con tiempo suficiente para reagruparse, dividir a la base trabajadora y, finalmente, recuperar el control en un comité temporal elegido el pasado jueves.
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No quedó de otra y esperando la respuesta de Miguel Batarse, dirigente de la CATEM en el estado, cuya pasividad es inexplicable en una central obrera que se supone intenta crecer y reemplazar a la vetusta central que en Coahuila dirige Tereso Medina.
Rubores guinda
Lo cierto es que ese pacto se inscribe en el contexto de un viraje en el llamado sector obrero del PRI. Y decimos otrora porque en el tricolor se sabe que el cetemismo coahuilense, o al menos buena parte de este, trabajó para Morena.
Ejemplo de estos es que los dos sindicatos de General Motors, el único de Trabajadores Planta Ensamble y el de Trabajadores Planta Motores y Transmisiones, llegaron al extremo de que sus dirigentes participaron en actos de campaña de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México.
El asunto va a más. El jueves Tereso Medina posteó una fotografía con el próximo coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila con el siguiente mensaje:
“Un gusto coincidir con el Senador Ricardo Monreal A., estableciendo diálogo en favor del avance y progreso de nuestra nación, sumando esfuerzos por el México que queremos”.
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La cosa es que, si con alguien hace política Pedro Haces, el de la CATEM, es con Monreal, el zacatecano que hizo buena relación con Medina Ramírez en los albores de su dirigencia cetemista por allá en los noventa, cuando Monreal fue delegado del CEN del PRI en Coahuila.
El salto de Rodrigo
Muy sonrientes y enfiestados se vio a Luis Alberto Zavala y Rodrigo Paredes Lozano el sábado. La francachela no tendría nada de cuestionable, pero Zavala es uno de los operadores activos de Morena, mientras que Paredes es el presidente del órgano electoral coahuilense.
Todavía poco conocido, Zavala Díaz estuvo al frente de las Pensiones del Bienestar en Coahuila y fue identificado como uno de los instigadores del movimiento del Tecnológico de Saltillo en septiembre. Se supone será funcionario de la renovada 4T posiblemente en la Ciudad de México.
Por el lado del Instituto Electoral de Coahuila, los chats de WhatsApp eran un hervidero el domingo pues, con la versión de que Paredes será cesado en breve, ya hay quienes hasta le vieron en las fotos las ganas de dejar la “carrera profesional electoral” y dar el salto al Ejecutivo federal ¿será?
Pasta de Conchos
El fraseo es importante y, en casos de derechos humanos no debería haber cabida para la promoción política como ha sucedido en el rescate de Pasta de Conchos.
Ya desde los días del anuncio sobre el hallazgo de restos humanos, la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, daba a entender que en el lugar donde se localizaron se sabía que había 13 mineros. Omitió decir que en realidad ese hallazgo fue un avistamiento de dos huesos y una bota entre una montaña de escombro.
El viernes pasado siguió insistiendo en que había logrado recuperar un cuerpo en el lugar donde había 13 trabajadores según los planos de distribución del 18 de febrero de 2006. Y nada. Resulta que sólo es un cuerpo o los restos de un cuerpo y nada más.
Quizás la obstinación por promover la idea de cumplimiento lleva al gobierno que termina a incurrir en ese tipo de excesos comunicacionales, pero claro está que para las deudos es ofensivo. Total que este lunes reanudan trabajos para buscar los 62 restos de cuerpos que faltan.
¿y dónde andará Román Alberto?
El diputado local Antonio Attolini Murra se anotó un tanto con la exhibición de un comunicado para redes sociales que mostraba al alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, trabajando en la ciudad cuando en realidad un post personal lo ubicaba en Europa, a donde el munícipe se fue de vacaciones.
La exhibida de Attolini, quien incluso reclama que no haya pedido permiso al cabildo para ausentarse, no tuvo respuesta, ni siquiera para culpar al community manager.
Las malas lenguas apuntan a un duende en el área de Comunicación Social que embarró deliberadamente al alcalde con ese post. Que alguna herencia de Xavier Herrera, vio la oportunidad de hacer quedar mal al presidente municipal. No es para menos con la inquina que se dispensan Cepeda y Herrera, desde hace tiempo.
Este lunes se supone que Román Alberto se reincorpora a sus actividades. A ver qué dice.
Diddi y Uber
Por cierto, aun con el alcalde ausente, los operativos contra Diddi y Uber se intensificaron en Torreón. Y no sólo es la dirección municipal de Transporte, sino que también las huestes de Fernando Guitérrez Simón, “El Gutiz”, andan muy activas en operativos contra conductores por aplicación.
Tal parece que se está cumpliendo una promesa de campaña hecha por Román Alberto a los sindicatos de taxistas, cosa que no sucede con los grupos feministas que, aun luego de su manifestación del 8 de junio, se quedaron esperando que el alcalde autorice una alerta de género, espera esta que ya sumó el quinto feminicidio en lo que va del año el pasado 29 de junio.
Un profesor en la carrera… de partido
Con “la camiseta puesta” y haciendo “carrera de partido”, Willy Sánchez, tiene apabullados a sus compañeros y alumnos en la Facultad de Sistemas, coto del rector Octavio Pimentel.
Sánchez, consejero estatal del PRI, siempre anda metido en actividades partidistas y no pierde oportunidad para sumarse a la legión de los cazaselfies que por estos meses han buscado a toda costa postearse con el gobernador Manolo Jiménez.
El caso es que, muy visto en las redes sociales, es personaje de ausencia en las aulas donde al reclamo de los alumnos y algún comentario de otros maestros, advierte que tanto la directora de la facultad como el rector, están enterados de su “situación”, es decir, de nada más cobrar y no dar clases por atender asuntos del partidazo.
El episodio se suma a la lista de atropellos en la universidad y, la cuestión es ¿con esas conductas pretenden recuperar la titilante confianza de los universitarios?
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