Redacción El Coahuilense
Por Gonzalo Villanueva / Cedil
El 12 de agosto se celebra el Día Mundial de la Juventud, un día que destaca la importancia de reconocer el papel crucial que los jóvenes desempeñan en el desarrollo social, económico y cultural de Coahuila.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México había 31 millones de personas jóvenes (15 a 29 años) al cierre del primer trimestre de 2024, representando 23.8% del total de la población (129.7 millones). En Coahuila, este porcentaje es ligeramente mayor: los 980 mil jóvenes representan cerca de 30% de la población total en el estado. Sin embargo, cálculos del Consejo Nacional de Población (Conapo) sugieren que este porcentaje disminuirá paulatinamente, y para 2050 los jóvenes representarán apenas 25.1% de la población.
Ante esta perspectiva, es crucial implementar estrategias que aprovechen el potencial de los jóvenes actuales, catalizándolos como motores de cambio y transformación. En este artículo, abordamos los principales retos que enfrentan los jóvenes en relación con su educación, su participación en el mercado laboral y las dinámicas sociales que configuran su realidad.
Desafío para los jóvenes
Durante el ciclo 2022-2023 egresaron 27 mil 91 estudiantes de nivel superior en Coahuila. Aunque graduarse de una carrera universitaria es un logro significativo, para muchos jóvenes esto no garantiza el éxito profesional y económico. En el primer trimestre de 2024 Coahuila registró el porcentaje más alto de población desocupada respecto de la población económicamente activa (PEA) en todo el país, siendo Saltillo la quinta capital con el porcentaje más alto en el mismo rubro.
Estos indicadores reflejan la persistente falta de oportunidades laborales adecuadas para los jóvenes en la entidad. Muchos se ven obligados a aceptar trabajos precarios o mal remunerados debido a la escasez de opciones. Esta situación, a su vez, intensifica otro de los problemas más urgentes para los jóvenes coahuilenses: el acceso a una vivienda digna.
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En los últimos años el costo de las rentas ha aumentado significativamente en ciudades como Saltillo y Torreón, donde la demanda supera con creces la oferta. Según proyecciones de portales como Numbeo, la renta promedio en Saltillo es de 16 ml 500 pesos para una casa cerca del centro de la ciudad con al menos tres habitaciones. Además, la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) reportó que el precio de las viviendas con crédito hipotecario aumentó un 9.7% en el primer trimestre del año, con un costo promedio de un millón 702 mil 514 pesos por vivienda. Para muchos jóvenes con un salario promedio de diez mil 700 pesos en el sector formal, encontrar un lugar donde vivir se ha convertido en un desafío casi insuperable.
Alfredo Huerta, un joven de 28 años que trabaja en el sector de servicios, comparte su experiencia: “Con lo que gano apenas puedo cubrir mis gastos. He buscado departamentos pequeños, pero los precios son muy altos. Muchos de mis amigos tienen que compartir su espacio con varias personas para poder pagar la renta, y yo terminaré haciendo lo mismo”.
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La falta de vivienda adecuada también impacta negativamente en la salud mental y el bienestar general de los jóvenes. La incertidumbre y la precariedad en la vivienda aumentan el estrés y la ansiedad, afectando su rendimiento académico y profesional. El impacto de estos factores de riesgo es evidente en las preocupantes cifras de suicidio en la entidad. Coahuila se posicionó en 2023 como el quinto estado con la mayor tasa de suicidios por cada 100 mil habitantes, y lo más alarmante es que los casos han aumentado un 80% en la última década.
Incidencia delictiva
Otro elemento crucial para comprender la realidad de los jóvenes en Coahuila es la incidencia delictiva en el estado. Según el análisis de CEDIL, la violencia familiar ha sido el delito más investigado hasta junio de este año, seguido por narcomenudeo, amenazas y daños a la propiedad. Estos delitos, que afectan directamente a las comunidades, son un reflejo de las dificultades que enfrentan los jóvenes en su entorno social.
Además, según cifras del Inegi, los estados de Guanajuato, Estado de México, Nuevo León, Chihuahua y Coahuila concentran 73.0% de los adolescentes imputados por presuntos delitos de narcomenudeo. Esta alarmante tendencia no sólo pone en riesgo la cohesión social, sino que también limita el libre desarrollo y las oportunidades de los jóvenes coahuilenses.
Salud mental, tema prioritario
La salud mental se ha convertido en una prioridad en la agenda de las juventudes coahuilenses. Diversas investigaciones indican que uno de cada tres estudiantes llega a la universidad habiendo experimentado algún tipo de problema emocional, relacionado con sustancias o de comportamiento.
En Coahuila 14.8% de la población reportó síntomas de depresión y, de acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, hasta el 5 de agosto de este año se han registrado cerca de mil 500 casos relacionados con la depresión en la entidad.
Ante esta situación, algunas instituciones educativas y de asistencia social han comenzado a implementar programas de apoyo emocional y talleres de manejo del estrés. Sin embargo, la demanda supera con creces los recursos disponibles. Es fundamental que los jóvenes puedan contar con apoyo psicológico. No obstante, persisten barreras económicas y sociales que impiden la generalización de procesos psicoterapéuticos.
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