Como se esperaba, la sesión del Instituto Electoral de Coahuila (IEC) pasó con el presupuesto prácticamente sin cambios, pero en esta ocasión volvió la rispidez que existía entre consejeros por los señalamientos en gastos.
Cubetazos de datos como los viáticos, los asesores fantasma, la alusión a quien pide audífonos Airpods a cargo del erario y, detrás de todo el ruido, estaba la defensa de las liquidaciones para quienes dejen de ser consejeros en 2025.
También, como era de esperarse, la única voz disidente fue del consejero Óscar Daniel Ramírez, con quien nada más no podían: que si entonces se redujera la cantidad de asesores y él repuso que sus asesores trabajaban diario y no eran fantasmas; que se bajaran los viáticos y él les dijo que de por ´si gasta poco entonces no le afectaba y así, el resto del consejo calladito.
Por ahí surgió la versión de que alguna de las consejeras dejó colgado de la brocha a Óscar Daniel, quien sin embargo no se amilanó y se fue directo contra los (ni 7 ni 8) los 9 millones que gestiona Rodrigo Germán Paredes Lozano.
La postura de Óscar Ramírez era que las liquidaciones de consejeros, como él mismo, son improcedentes pues las consejerías son temporales, como lo son los cargos de elección popular que si se liquidaran serían muy onerosos para los poderes y órdenes de gobierno.
Además, un argumento infalible del consejero es que el IEC no liquida a trabajadores eventuales como sí lo pretendían hacer sus pares.
Total que la mayoría, calladitos, aprobaron con el único voto en contra del digno Óscar Ramírez que desde ayer se convirtió en el más odiado del IEC por andar criticando el privilegio de los demás consejeros. La decencia sale cara.
Des-avante
La Región Centro le está rezongando a Fernando Rodríguez, el político que intenta construir un partido local desde la agrupación política México Avante.
Ya en Frontera, no consiguió los votos necesarios para que su asamblea fuera válida y ayer lo sorprendió Monclova, donde se quedó a unos 50 votos para la validez.
El escenario podría ser de desánimo para Fernando Rodríguez, quien logró avanzar en pequeños municipios pero muy poco en los medianos y grandes. Aunque la otra posibilidad, como ya se ha dicho, es que, tratándose de un hijo de la Región Centro, nadie es profeta en su tierra.
Transparencia, las batallas del saber
Como el Poder Judicial, la destrucción del sistema de transparencia en el país es prácticamente un mero trámite. Lamentablemente, la sociedad mexicana mayoritaria asume lo que dicen sus dirigentes políticos sin comprender la relevancia de los derechos fundamentales, entre estos, los derechos políticos.
El escenario es lamentable pero, lejos de encauzar una errática protesta o de intentar convencer a los inconvencibles, hay quienes se han echado a cuestas la tarea de promover los logros, las conquistas de, en este caso, derecho a la información y libertad de expresión, el binomio cuadrado de la democracia.
Hoy, en la Feria Internacional del Libro de Coahuila, la comisionada del INAI, Norma Julieta del Río Venegas; la comisionada presidenta del ICAI, Dulce María Fuentes y el periodista Esteban Rodríguez Mendoza, presentan “La jaula de los secretos”, un libro imprescindible para comprender el impacto de la transparencia en la discusión pública, a partir de que el periodismo pudo echar mano de las herramientas de acceso a la información.
La cita es a las 13:00 horas de hoy, en la sala “Enriqueta Ochoa”.
Todos los males
Como decían las abuelas, Roberto Escalante González, director del Sistema Integral de Mantenimiento Vial de Torreón, trae el santo de espaldas y la naturaleza no le ha dado tregua.
Primero, las lluvias intensas que se registraron en Torreón lo rebasaron por la cantidad de baches y destrozos en las vialidades, en no pocos casos, auténticos cráteres dignos de pesado meteorito.
Ahí andaba el hombre, siguiéndole el paso al alcalde Román Alberto Cepeda que, con sus botas Lucchese y todo se metió con el agua hasta la entrepierna, con tan mala suerte para Escalante que terminó literalmente agitando las aguas estancadas ante la cara de fuchi que le hacían sus compañeros mientras buscaba su celular.
Y, como si los males no fueran suficientes, le dio tan tremenda infección estomacal que estuvo fuera de combate durante varios días. Nos dicen que el caso ameritó cuidados extremos y la receta infalible: una limpia con pirul, un rosario, hilito rojo y dos chiqueadores de ruda (esto último no tiene nada que ver pero por si acaso).
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