Hace al menos dos semanas que la diputada federal morenista, Cintia Cuevas, llevó a la tribuna de San Lázaro el influjo privatizador de los sistemas de agua que recorre los pasillos de varias presidencias municipales y en especial la de Torreón. Pero fue hasta que su compañero de partido, el senador Luis Fernando Salazar, se pronunció al respecto, que la polémica desbordó por el lado de Arteaga.
La proyección que se esté haciendo respecto a los sistemas de agua potable es poco transparente, excepto por una votación de un “convenio” en el Congreso, algunas declaraciones a medios y un cabildeo silencioso de Iván José Vicente, el gerente de Aguas de Saltillo.
La opacidad del proyecto o los proyectos está enturbiando el eventual planteamiento privatizador o semiprivatizador, cuyos argumentos nacerán muertos una vez que las razones ideológicas y los intereses político-partidistas se posicionen.
Pero si algo ensucia de fondo el tema, más allá de lo técnico, es el interés directo que algunos actores políticos puedan tener.
Un caso es el del alcalde de Arteaga, Ramiro Durán, y la dinastía que en los últimos 20 años acrecentó su poder, influencia y posesiones ahí, precisamente, en el municipio donde ya avanza un esquema que, por lo visto, se pretende sacar adelante antes de que concluya el año para que el costo político no se traslade a la gestión de Ana Karen Sánchez.
No se sabe si será una paramunicipal privatizada, un esquema mixto público-privado o, una adenda de tipo intermunicipal que anexe el sistema arteaguense al de Aguas de Saltillo.
Lo que sí se sabe, al menos por lo que se dice en el círculo rojo, es que basta asomarse por las tierras vecinas de la Universidad Autónoma de Coahuila, para encontrar dos pozos que prestan y cobran por un inconfesable servicio y eso podría tener un costo político muy superior al presupuestado.
Y ya hay protestas
Nada menos que ayer, un contingente nutrido de arteaguenses marchó de la Alameda al Palacio Municipal para protestar por el “convenio de asesoría” signado por el alcalde Ramiro Durán.
Las protestas por el tema del agua no son nuevas en ese municipio pero esta vez, la falta de consenso, sensibilización y argumentación ante la opinión pública, detonó la indignación que podría crecer en las próximas jornadas si se mantiene la idea de imponer criterios.
Acostumbrados a la política tradicional, los Durán consiguieron cabildear con regidores de oposición su “convenio” con Aguas de Saltillo, pero olvidaron que no son tiempos en los que la legitimidad se gane en las cúpulas como ocurría en el pasado y prueba de eso queda el infructuoso diálogo que intentó el presidente municipal con los inconformes.
La semántica de Tania Flores
En Múzquiz los ánimos se caldearon durante la sesión de cabildo convocada para ayer martes. La alcaldesa Tania Flores Guerra intentó hacer pasar una vez más las actas con las que se propone enajenar bienes municipales.
El asunto viene desde agosto pasado, cuando se emitieron las actas 119, 120 y 121, esta última la primera semana de septiembre, a través de las cuales solicita autorización al cabildo para enajenar equipo de una clínica municipal, una maquinaria de pavimentación y parque vehicular, así, en genérico.
Las malas condiciones financieras del municipio han sometido a Tania Flores a una presión inusual por adeudos con proveedores entre los que presuntamente se encuentra su hermano, el diputado Tony Flores.
Ayer, en esta columna, anticipábamos que la votación en cabildo le era adversa pues en una sesión exprés convocada el domingo no había conseguido más que 10 votos de los 15 necesarios para lograr su empresa.
La voz cantante de la oposición a las medidas desesperadas de la alcaldesa la llevó Antonio Gutiérrez Wislar, político que fue de Morena, cercanísimo a Tony Flores y que ahora, por la vía independiente, plantó cara a las ansias comerciales de la presidenta municipal.
Pero “El Wislar” no estaba solo. Con él, dos regidores de Morena, tres del PRI y una del PAN, dejaron claro que no pasarían las mencionadas actas. Hubo gritos y manotazos pero, a final de cuentas, la sesión devino en el anuncio de la alcaldesa sobre llevar a cabo su cometido sin pasarlo por el cabildo bajo una semántica, por ilegal, bastante peculiar: ahora no será enajenar ni vender, sino hacer un trueque o cambio, para lo que no le pedirá al cabildo autorizar.
Los memes comenzaron a circular de inmediato con una fotografía de Tania afuera del Palacio Municipal y una cartulina de “Se vende”.
Evitando a Román Alberto
Con mucha civilidad y todo, se condujo el Seminario Avance, en el que el Congreso local bajo la conducción de Luz Elena Morales reunió a los servidores públicos más influyentes de la administración estatal, los alcaldes electos y la institucionalidad del ámbito de la auditoría, rendición de cuentas y anticorrupción.
De las conferencias y los diálogos, quizás el aspecto técnico fue lo más relevante, pues auténticamente significa un avance para reducir la curva de aprendizaje que a veces aqueja a las administraciones poco experimentadas.
No obstante, hubo alcaldes reelectos que también fueron al evento y a la cena que el pasado lunes se dio en una finca por el rumbo de La Hibernia, en Saltillo, a la que además de los diputados y alcaldes electos asistió el gobernador Manolo Jiménez Salinas.
No se sabe si fue por realizar alguna gestión, buscar protagonismo o de plano cobijo y seguridad, pero el diputado Antonio Attolini Murra no se le separó al mandatario estatal y evitó a toda costa cruzarse con Román Alberto Cepeda, el alcalde de Torreón, quien anduvo de buen ánimo durante las jornadas y ni atisbo de reclamo o agresión dio.
¿Protesta o indiferencia?
A propósito del Seminario Avance, mala convocatoria tuvo el coordinador panista Gerardo Aguado, “El Quillo”, a quien, prácticamente lo dejó solo su bancada.
La excepción fue la asistencia de Alfredo Paredes, con quien tiene una rencilla partidista y cameral que se ha vuelto tan insuperable que apenas y se hablan. O sea que Paredes fue, pero no por Quillo.
El diferendo sería una grilla muy sectorizada y hasta irrelevante, excepto porque los panistas se encuentran en la pelea interna por la dirigencia estatal que, por ahora, ya hizo mella en el grupo parlamentario.
Y es que, durante el Seminario mencionado, no estuvieron presentes las panistas Edith Hernández Sillas, Claudia Aldrete ni Blanca Lamas, quienes plantaron al Quillo, que, a su vez, incumplió con el compromiso cameral que supone la alianza.
Sea protesta o por pura indiferencia con su líder parlamentario, a Gerardo Aguado lo hicieron quedar mal.
Franca omisión
La contaminación de Tupy, la fundición ubicada muy cerca del centro de Saltillo, es una incógnita. Desde hace años, los vecinos de los sectores aledaños a la planta sobreviven a un talco negro que cubre sus viviendas, automóviles y espacios públicos.
El asunto fue abordado en la pasada edición impresa de El Coahuilense Noticias y hoy el sitio web inicia su difusión digital, en la que vale la pena advertir que ninguna autoridad ambiental ha querido pronunciarse al respecto.
Nos encontramos ante un caso de omisión generalizada que es notable a simple vista y no sobra decir que el fracaso que ha significado la Dirección de Ecología del ayuntamiento de Saltillo, a cargo de Sofía Franco, es tal que pese a las numerosas quejas vecinales se ha hecho la desentendida y ni una brigada a mandado a limpiar el misterioso polvo.
Lo cierto es que, a estas alturas no queda más que esperar a que la administración de Javier Díaz, que inicia el 1 de enero, tome en serio un área tan sensible en una ciudad industrial como la capital.
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