Saltillo arde: Adictos incendian las calles

marzo 26, 2025
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Por Valeria Cämun

Se incendian los pulmones en cada bocanada de cristal; se queman las neuronas tan rápido como arde la hierba; se chamusca Saltillo por dentro y por fuera: cada vez más adictos van por las calles prendiendo maleza y detonando caos en la ciudad. 

Un comportamiento atípico se propaga con rapidez: en los primeros tres meses de 2025 Bomberos y Protección Civil han apagado más fuegos que en cualquier otro año que se tenga registro: aunque no existen cifras oficiales, hay elementos que hablan de hasta 500 episodios. 

Surgen las teorías conspirativas: alguien les está pagando, buscan aumentar la plusvalía de los terrenos, son pirómanos contra el gobierno, es un movimiento de resistencia… pero lo cierto es que, cuando las autoridades muestran las fotografías de los detenidos, todo se vuelve inverosímil: personas en situación de calle, adictos a las metanfetaminas que ya presentan desvaríos y alucinaciones, sin nada que perder.

Los sujetos son presentados en las celdas de la Policía Municipal, lo cual es mucho más peligroso que cualquier conspiración, ya que a mayor número de usuarios del cristal, más comunes se volverán los incendios, que hasta ahora se han limitado a baldíos pero que pueden escalar a autos, viviendas y hasta personas.

Miguel Ángel Garza Félix, comisionado de Seguridad y Protección Ciudadana, dice que la mayoría de las detenciones las han realizado en el sector oriente de la ciudad, y algunas pocas en el poniente; esto significa que colonias como Mirasierra, Loma Linda, Misión Cerritos, Morelos y Fundadores, son las más afectadas por este fenómeno. 

“Hemos detenido a alrededor de 14 personas que han participado en incendios; de esas 14, tres se encuentran ahorita vinculadas a proceso, porque las personas afectadas pusieron su denuncia, y le dimos seguimiento ante la Fiscalía General del Estado”, detalla. 

“Tenemos también otras cuatro personas que se encuentran con carpeta de investigación abierta, esas personas se encuentran con la medida cautelar de firma periódica, y se les está dando seguimiento; y otras siete personas que salieron, cumplieron con sus 48 horas de arresto a disposición del Ministerio Público por el delito de daños, y como no hubo ninguna denuncia, salieron en libertad”. 

Sí, se ha incrementado el número de manera considerable, pero no hay un móvil, afirma Garza Félix. Son personas humildes, la mayoría habitantes de tejabanes, que refieren no ser enviados por nadie y que de manera espontánea deciden comenzar un incendio… pero no les realizan pruebas psicológicas.

“Cuando los hemos entrevistado, no se ven muy cuerdos, tienen aspecto indigente, algunos se ven como que andan drogados, que ingirieron bebidas alcohólicas”, expresa. 

“El procedimiento es que ellos pasan con un médico dictaminador, posteriormente los pasan con el juez cívico para registrar sus datos, y luego ya pasan a la celda, no pasan con un psicólogo para ver cómo se encuentran”. 

Piromanía 

Mientras las partículas de los incendios flotan en el ambiente, el aire se ensucia y daña los pulmones, las autoridades persiguen a los responsables sin un objetivo específico, sin hacerles pruebas psicológicas y, sobre todo, sin llevar un registro puntual que los lleve a actualizar el Atlas de Riesgo del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en donde Coahuila ocupa el lugar 25 de los 32 estados en ingresar datos, no como Guanajuato, que lo actualiza diariamente. 

Hasta ahora las estrategias de la Fiscalía General del Estado (FGE), a cargo de Federico Fernández Montañez, se centran en incrementar las multas y endurecer las penas a las personas que sean sorprendidas iniciando un fuego.  

Julio César Loera Ruiz, delegado de la Región Sureste de la FGE, explica que las penas varían dependiendo del monto del daño ocasionado: cuando es una cuantía mínima, se aplica una penalidad de 20 a 60 días de multa siempre que el valor de lo dañado no exceda 20 veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA); pero cuando hay una cuantía mayor, se habla de cuatro a ocho años de prisión. 

“Se están creando ciertas estrategias, porque es algo que preocupa, una de ellas es la modificación de algunos tipos penales, para endurecer las penalidades; y también está el tema del incremento de las multas, así como solicitar a los mandos de policía y gobierno que se incluyan este tipo de conductas, pero luego, cuando ves que estas personas tienen esas características, va a ser difícil que este tipo de medidas vengan a combatir efectivamente”, reconoce. 

Las características que han identificado son tres muy específicas: personas en situación de calle, positivos a metanfetaminas, y que ya presentan deterioro psicológico.

“Es algo que se ha ido multiplicando, nosotros hemos hecho el esfuerzo por judicializar todos estos asuntos y buscar que la medida cautelar sea de prisión preventiva, pero muchas veces no tenemos la información suficiente para justificarle al juez que la persona tenga que estar bajo esta medida cautelar, de ahí que hagamos a los dueños del predio el llamado a denunciar”. 

La causa es por daños dolosos calificados por incendios, y si no hay denuncia, los individuos recuperan su libertad en 48 horas.

El Fiscal Federico Fernández afirmó en días pasados que no habrá tolerancia ni impunidad contra los responsables, y que se aplicará todo el peso de la ley a los pirómanos que, se cree, actúan por imitación. 

“Habrá medidas contundentes y penalidades que van desde los tres hasta los seis años para hacer cumplir la ley en Saltillo y en todo el estado”, subrayó, pero, ¿será suficiente el Centro de Readaptación Social para albergarlos a todos?

La capacidad del Cereso varonil de Saltillo es de mil 20 internos, y hasta diciembre de 2023 albergaba a mil 723; es decir, tenía una sobrepoblación del 69 por ciento. De ingresar a los incendiarios, ¿a cuántos ascenderá la población? 

“Esto viene y se replica. No tenemos algo que digas: es por esto, no, es como en otros casos que identificas, detienes a la persona y se acabó el problema; no, aquí se ha venido multiplicando, incluso por regiones”, destaca Julio Loera. 

“Yo no recuerdo una situación similar a esta, no nos había tocado algo así en el tiempo que tengo trabajando”, afirma. “Se va a trabajar en un tema de mucha prevención, mucha presencia desde la Secretaría de Seguridad Pública, dentro de los municipios, para que en cualquier momento que se incremente, el ataque va a ser contundente, se va a actuar inmediatamente, apelando a que la ciudadanía también nos ayude con el tema de las denuncias”. 

Los habitantes de Saltillo no se caracterizan por su sana gestión de las emociones, las tasas de depresión, violencia familiar, feminicidios y suicidios lo confirman, de ahí la urgente necesidad de atender las razones de fondo de este problema, indica la psicóloga Lucía Aguilar. 

“Las personas incendian por diversas causas, entre ellas, la piromanía, que es un trastorno psicológico; pero también está el rencor social, la tristeza y la búsqueda de atención”, señala. 

“Son una serie de factores que no se pueden reducir a una sola causa, no podemos decir ‘son adictos’; son adictos porque no tuvieron oportunidades de vida, por las extenuantes jornadas laborales, por la precariedad salarial, por el entorno de violencia en el que crecieron; debemos estudiar las causas, detectarlas y darles una solución”. 

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