México en crisis, por consumo de metanfetamina

abril 13, 2025
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FOTOGRAFÍA: EL SOL DE MÉXICO

CDMX.- Mientras que en Estados Unidos existe una emergencia nacional por el consumo de fentanilo y las muertes por sobredosis que provoca; especialistas y autoridades sanitarias en México alertan que en este país “la verdadera crisis es la metanfetamina”.

De acuerdo con la Secretaría de Salud federal (SSA), en 28 estados la “droga (ilícita) de impacto” que predomina es la metanfetamina, también llamada cristal.

El término “droga de impacto”, se refiere a la sustancia que causa mayor adicción en un paciente que busca rehabilitarse. Esta situación se ve reflejada en los pacientes que se atienden en los Centros de Integración Juvenil (CIJ). El director nacional de tratamiento de estos centros, Víctor Guisa Sánchez, dijo que la metanfetamina se convirtió en la principal droga ilícita de impacto en 2020, al destronar a la marihuana.

Una de las 18 adolescentes internas en la Unidad de Hospitalización del CIJ en Iztapalapa, a quien llamaremos M, conversó con El Sol de México. A sus 11 años probó por primera vez el cristal, junto con otras drogas, aunque éste lo consumía a diario:

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Empecé desde los once años con el cristal, el alcohol y la mota (marihuana). Era muy frecuente, sí era de diario, el cristal y la mota, diario, diario. Luego fue el fentanilo, heroína, tachas, hongos, ayahuasca, entre otras platicó

La crisis, apuntó Guisa Sánchez, se debe al precio y fácil acceso al también llamado “cri-cri”. Se vende desde 50 pesos el gramo, aunque puede elevarse el costo según la pureza, refirieron consumidores consultados por este periódico.

“La verdadera crisis es la metanfetamina”, aseguró Ángel Prado García, director operativo y de patronatos del Centro de Integración Juvenil (CIJ). En ello coincidió Víctor Guisa: “es una crisis importante el consumo de estimulantes, mucho más específico el problema es con el cristal o con las metanfetaminas”.

En 2020, el mismo año que el cristal destronó a la marihuana como principal droga de impacto en los CIJ, la identificación de laboratorios clandestinos y su aseguramiento se disparó en el país: por primera vez en la historia, la Defensa Nacional aseguró más de 300 narcolaboratorios dedicados a la fabricación de metanfetamina. De ahí en adelante la cifra fue en aumento hasta triplicarse para 2024, donde se aseguraron 945 tan solo en registros del Ejército.

A la fecha, según el Gabinete de Seguridad, en lo que va del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en México se han desmantelado 758 laboratorios clandestinos y bodegas utilizadas para la elaboración de metanfetaminas en tan solo seis meses.

“El cristal es barato, es sumamente tóxico y genera brotes psicóticos a corto plazo. Esa es de las complicaciones más fuertes que estamos teniendo. Entre más jóvenes pues es más fácil que generen esta dependencia (…) Antes la droga de inicio era el alcohol, el tabaco y le brincabas a la marihuana. Ahorita es: consumo marihuana y brinco al cristal; a veces ni siquiera hago el brinco y llego directamente al cristal ”, afirmó Mónica Muñoz Queupumil, Directora de la Unidad de Hospitalización en Iztapalapa.

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En los CIJ, durante 2024, se atendió a nueve mil 348 pacientes de primer ingreso que en algún momento consumieron metanfetamina. La adicción al cristal ha llegado hasta los más jóvenes: según las propias estadísticas de la CIJ, desde los 10 años niñas y niños en México comienzan a consumir de forma habitual esta sustancia, elaborada con precursores químicos frecuentemente enviados a México de forma irregular.

Problemas de adolescentes con las drogas

La Unidad de Hospitalización en Iztapalapa del CIJ es un centro de rehabilitación enfocado en adolescentes de 12 a los 17 años que tengan un problema de consumo de drogas avanzado. Aquí los pacientes realizan actividades recreativas, deportivas, talleres y terapias psicológicas durante aproximadamente tres meses como forma de rehabilitación.

Una joven que comenzó a consumir a los 14 años, a quien llamaremos A, experimentó situación de calle durante tres meses derivado de su adicción. Relata que la droga que “agarró más” o la que le generó mayor adicción fue el cristal, aunque ha probado el activo, la mota, las tachas y los poppers. Cuando consumía, lo hacía sola por miedo a que alguien le hiciera algo. Nunca lo hizo en su casa, siempre salía a la calle, en un crucero por Texcoco. Su consumo “del día” era de alrededor de tres gramos de cristal, el cual compraba a 50 pesos cada uno. Podía pagarlo porque trabajaba en un puesto de tacos de birria de sus tíos.

“(Vivir en la calle) fue un proceso duro y más siendo mujer, pues sí es muy peligroso, pero pues yo me sostenía de mis amigos. Como son más grandes que yo, ellos me compraban de comer y me decían: ‘no pues ahí quédate’ y ahí en el crucero siempre había un sillón y luego me quedaba a dormir ahí. Luego no dormía, por lo mismo de la droga”.

A llegó al CIJ hace mes y medio, lo cual no solo le ayudó a dejar de lado la abstinencia, que desde hace semanas no la dejaba dormir, sino que también le dio tranquilidad a su padre saber que ella está en un lugar seguro y para su mejora. Ella se hizo de un grupo de amigas en la unidad de hospitalización que le han servido como red de apoyo cuando ha tenido la idea de querer irse de ahí. Ellas le recuerdan el camino que ya ha transitado para desintoxicarse y lo orgulloso que está su papá de ella por seguir adelante.

Sin embargo, allá afuera, en la calle, esa amistad no puede sostenerse. “Somos personas consumidoras y no está bien”, subrayó. Hoy A tiene planes de meterse a la preparatoria y luego de estudiar criminología. También planea regresar a trabajar en el puesto de birria de sus tíos en sus ratos libres.

Una de las tres adolescentes que comparte habitación con A, quien tiene 14 años y llamaremos S, al igual que sus compañeras, la droga que causó mayor impacto en su vida fue el cristal, el cual probó con una amiga que apenas conocía en su barrio, en Cuautitlán Izcalli. Ella probó la marihuana a los 12 años y poco después empezó a sentir curiosidad por conocer los efectos de la metanfetamina, ya que tenía un tío que también consumía sustancias psicoactivas, así que le dijo a su amiga que consiguiera la droga. 

Mi mamá trabaja pero llegaba en la noche y tuve muchos problemas con mi papá. Entonces pues también fue como un motivo para yo decir ‘quiero drogarme explicó la adolescente

El entorno en el que S habitaba la incitó a que consumiera. Ella platicó que la mayoría de los niños en su colonia eran consumidores de cristal, incluso algunos vendían la droga a otros niños en la calle, donde también consumían “sin pena”.

A dos meses de haber ingresado en la Unidad de Hospitalización, a S todavía le llegan los impulsos o las ansias por consumir cristal, pero combate el sentimiento dibujando, haciendo mandalas, jugando con sus demás compañeros o platicando con ellas y ellos. Su consumo de cristal, aunado a problemas familiares, la atrasaron en sus estudios un par de años, pero ella sigue cursando segundo de secundaria desde el CIJ, sin que ninguno de sus compañeros sepa que realiza sus tareas desde el centro de rehabilitación. 

S cuenta que vivía en un ambiente disfuncional en casa donde predominaba la violencia. Las constantes peleas en el hogar la hicieron sentirse sola, con miedo de desencadenar una pelea por cualquier motivo. Huyó de casa un par de veces para escapar de esos problemas, pero su desesperación llegó a tal punto que intentó inducirse una sobredosis dos veces para terminar con su vida. Eso no sucedió y pasó un tiempo internada en un hospital, pero al salir volvió a recaer en el consumo.

A un mes terminar su proceso, ella ya no busca la droga por más mal que esté. “No, pues ya quisiera regresar, la verdad. Quiero seguir con mis estudios. Siento que ya perdí mucho tiempo de escuela y de mi vida. Entonces estoy ya muy atrasada. O sea, no estoy al nivel de mis compañeros. Y se me hace difícil también. Me siento bien porque, aunque ya perdí muchas cosas, pues no me perdí más. Estoy a tiempo, todavía”, concluyó S.

Nuevo comienzo para jóvenes con adicciones

A dos días de terminar su proceso en la Unidad de Hospitalización en Iztapalapa, el joven a quien llamaremos R, acudió a su última terapia familiar con sus padres, donde aprovechó para agradecerles lo que hicieron por él y expresarles lo mucho que él valoró el tiempo que estuvo internado. Con sólo 16 años, él vivía en un ambiente donde otros jóvenes consumían regularmente activo, piedra y demás sustancias. Incluso llegó a ver compañeros de su edad sufrir sobredosis por el consumo de estas drogas. 

Hoy, valora más a su familia por el tiempo que pasó alejado de ellos. Se siente contento de regresar a casa para ahora sí estar presente. Después de tres meses internado, R dijo que extrañará a sus compañeros y compañeras, pues al ser de su edad y afrontar los mismos problemas que él sintió que entre ellos se entendían muy bien. Luego de salir, en el caso de que uno de sus amigos lo contacte por haber recaído en la droga una vez más, R dijo que buscaría darle su apoyo, pero si la persona no lo entiende, él buscaría alejarse. En caso de que él sienta ansias por volver a consumir, afirmó que buscaría a sus padres, su primera red de apoyo. 

Les diría que no me suelten, que no me dejen solo porque andaría ansioso y pues es un factor de riesgo

La psicóloga Liliana Hernández Escamilla, encargada de la terapia individual de los pacientes en el centro de rehabilitación, explicó que al ingreso se realiza un examen diagnóstico para valorar las habilidades cognitivas de los adolescentes y así conocer el impacto que las sustancias consumidas han tenido en su cuerpo. La especialista aseguró que las sustancias psicoactivas como la metanfetamina tienen un mayor impacto progresivo a comparación de drogas como la marihuana. Los efectos de la metanfetamina, detalló, se presentan a largo plazo.

“Tal vez instantáneamente no se notan, pero a largo plazo uno ve las consecuencias, los rezagos en ellos y todos los cambios que tienen. Las familias te dicen, ‘A los 12 años era así, ahorita que lleva tres años consumiendo metanfetaminas lo desconocemos totalmente’. Hasta ellos, después de la abstinencia, se empiezan a dar cuenta de ‘empiezo a recordar cosas que ya no tenían ni conscientes de cuando tenían 12 años’ y llevan solo dos o tres años de consumo”, explicó.

De las cuatro jóvenes que El Sol de México entrevistó en el CIJ de Iztapalapa, tres reconocieron que su consumo y contexto de vida las llevaron a atentar contra su vida ya sea con sobredosis o lesiones autoinfligidas.

“La abstinencia condiciona una importante presencia de síntomas depresivos. Tanto es así que puede llegar a presentar ideación suicida días después o al día siguiente de un consumo importante de esta sustancia. Entonces se suman como varias cosas que lo vuelven peligroso. La parte de salud general, la salud cardiovascular, también sin duda la salud pulmonar, la salud mental y pues esta facilidad de acceso”, detalla Víctor Guisa.

Cuando la otra joven, a quien llamaremos T, tocó fondo, en su punto de mayor consumo, relata, sintió que su vida carecía de propósito, así que decidió consumir metanfetamina hasta provocarse una sobredosis y cortarse los brazos hasta quitarse la vida.

Fue porque yo dije ‘ya no me veo futuro ni nada’ y pues dije, ‘ya me voy a suicidar’. Y qué mejor: sobredosis. También me corté y duré tres días estando mal. Mi mamá se dio cuenta y me llevó a hacer unos estudios y me internó

recordó

Hoy, a más de un año de ese episodio y después de su paso por el CIJ, T regresó a estudiar para rehacer su vida, pues su adicción a la metanfetamina comenzó en su primer semestre de preparatoria. Ella sabe que a la vuelta de la esquina de su casa, en el pueblo de Santiago, hay un ‘punto’, lo que significa un factor de riesgo para su proceso. Por eso, cada que siente ganas de consumir acude a su madre para que la distraiga bailando o saliendo a caminar al parque.

T sigue acudiendo a la Unidad de Hospitalización del CIJ en Iztapalapa por su deseo de comunicarle a más jóvenes que aún están a tiempo de cambiar, que aún tienen la posibilidad de rehacer sus vidas como ella lo hizo.

EL SOL DE MÉXICO

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