Signos vitales: ​Disputas hídricas

abril 15, 2025
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EL COAHUILENSE

Por Alberto Aguirre

Nada pudo hacer Masiosare ante los compromisos internacionales que obligan al Estado mexicano a entregar el agua almacenada en las presas de las entidades fronterizas a Estados Unidos.

Donald Trump es implacable, por el contrario. El tomate sinaloense deberá pagar arancel (20.9%) y el gobierno de Claudia Sheinbaum públicamente ha tenido que aceptar sus exigencias para dotar de agua al sur de Texas. Al sur del Río Bravo, los gobiernos subnacionales están al borde de una contingencia.

El gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, ha brindado públicamente su respaldo al reclamo formulado por el alcalde de Ciudad Acuña, Emilio de Hoyo, por las recientes “extracciones extraordinarias” en la presa La Amistad, administrada por Conagua.

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Desde el pasado domingo 13, el caudal aumentó de 18 a 120 metros cúbicos por segundo y —según la información proporcionada por la dependencia federal al munícipe— mantendrá ese flujo hasta el próximo 23 de abril, aún y cuando la presa se encuentra en su nivel histórico más bajo, a 12% de su capacidad.

En el este, vigente el tratado internacional de 1944. En el oeste, el acta 323, “Ampliación de las Medidas de Cooperación y Adopción de un Plan Binacional de Contingencia Ante la Escasez de Agua en la Cuenca del Río Colorado”. Ambos instrumentos son garantizados por la Comisión Internacional de Límites y Agua.

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La disputa por el Río Colorado podría dejar sin agua a Tijuana, la principal mega urbe en la franja fronteriza bajacaliforniana. Del lado estadounidense, está la presa Hoover y del mexicano, la presa Morelos, que tras de un recorrido de más de 2,300 kilómetros abastece directa e indirectamente a los valles de Mexicali y San Luis Río Colorado.

Hace un mes, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Agua, académicos del Colegio de la Frontera Norte dibujaron el peor escenario: los niveles de almacenamiento en la Presa Hoover descendieron a valores récord históricos de 1,043 pies sobre el nivel del mar (psnm) en marzo de 2022 y 1,046 psnm en marzo de 2023; tan solo 28 % de la capacidad de almacenamiento. Para el mismo mes de 2025 el registro promedio es de 1,067 psnm.

Los niveles de seguridad hidráulica de la presa son: 1,229 psnm con embalse lleno; 950 psnm mínimo para generar energía hidroeléctrica; y 895 psnm para almacenamiento muerto que no permite extracción.

La crisis hídrica en el Río Colorado obligó a la activación de los mecanismos de conservación de agua establecidos en el Acta 323 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), firmada en septiembre de 2017 y con vigencia hasta diciembre de 2026. De tal modo que han implementado recortes significativos en el suministro. Primero, con ahorros voluntarios que se vuelven obligatorios si los niveles bajan hasta 1,075 psnm.

A la fecha, se han aplicado cinco recortes consecutivos a la asignación normal de México que es de 1,850 millones de metros cúbicos (Mm3); así, fueron 51 Mm3 en 2021, 99 Mm3 en 2022, 128 Mm3 en 2023, 99 Mm3 en 2024, 99 Mm3 en 2025 y, según las tendencias en la acumulación de nieve que este año registra 15 % debajo de la mediana, estimo que en 2026 habrá un recorte de 99 Mm3. La reciente Acta 330, firmada en marzo del 2024, obliga a recortes de 164 Mm3 en 2024, 246 Mm3 en 2025 y 86 Mm3 en 2026.

La diputada, Adriana Padilla Mendoza (PVEM), advirtió sobre las consecuencias de esa reducción que golpea severamente a Mexicali, tanto la urbe como la zona agrícola, misma que se ve agravada por el agotamiento de los mantos freáticos, las descargas de aguas residuales no tratadas y los desechos industriales en el Río Nuevo, que cruza la capital de Baja California.

Al margen, Ensenada: sin acceso directo al Río Colorado, el abasto de agua depende de la explotación de pozos y el traslado por el acueducto, desde Tijuana, por lo que el suministro es irregular y los asentamientos humanos pasan semanas sin abasto.

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