Por Ana Castañuela
Saltillo, Coahuila.- En el marco de la conmemoración internacional del hígado graso este 12 de junio, el doctor Mijail Tapia invita a la población a prevenir, tratar y concientizar sobre esta condición que afecta a casi el 45% de la población mexicana.
El doctor Mijail Tapia, médico cirujano con más de 5 años en especialización de tratamiento del hígado graso y quien destaca en sus redes sociales con una comunidad de más de 900 mil seguidores, compartió sus conocimientos sobre esta enfermedad en entrevista con El Coahuilense Noticias.
¿Qué es el hígado graso?
El hígado graso es una condición crónica caracterizada por la acumulación excesiva de grasa, aproximadamente arriba del 5%.
Mijail Tapia explica que el hígado acumula triglicéridos y de esta forma se crea grasa en ese órgano, lo que provoca inflamación (esteatohepatitis), y posteriormente puede derivar en fibrosis hepática, que si no se trata a tiempo resulta en cirrosis hepática, una enfermedad irreversible.
Además de la resistencia a la insulina, el hígado graso puede provocar otras complicaciones como lo son la diabetes tipo dos, hipertensión, cáncer en el hígado, cáncer de mama, cáncer colorrectal, y alteraciones como apnea del sueño.
Esta enfermedad afecta a casi el 45% de la población mexicana y uno de los factores de riesgo más importantes es la obesidad.
“En México 7 de cada 10 adultos viven con sobrepeso u obesidad, entonces ese porcentaje de la población está en riesgo de presentar hígado graso, aunque el ser delgado tampoco aleja al 100% padecerlo”, asevera el doctor.
Evitar el consumo de alimentos ultra procesados
Particularmente, en México, el hígado graso está asociado con el consumo elevado de carbohidratos en forma de azúcares simples, y no tanto por el consumo de grasas.
La ingesta excesiva de alimentos ultra procesados, con exceso de calorías, sin aporte nutrimental significativo, y altos en azúcares y grasas trans pueden derivar en un hígado graso.
“El hígado graso está asociado a un superávit calórico, o sea, que comes más de lo que consumes, si tuviera que señalar un grupo de alimentos en particular serían los alimentos ultra procesados, que tienen muchas calorías y son muy pobres en nutrientes, altos en azucares añadidos y grasas trans”, dijo.
Una enfermedad asintomática
El problema principal, dice el doctor Tapia, es que esta condición es asintomática, por lo que la gente no siente malestar y no se hacen los estudios necesarios para su detección temprana.
“Es una condición asintomática, pero ese es el problema principal, no duele, (…) y por ello las personas no suelen hacerse los estudios correspondientes”, explicó el doctor.
Sin embargo, algunos indicadores son los síntomas de otras enfermedades derivadas del hígado graso, como la azúcar elevada por las mañanas, presión elevada, aumento de triglicérido, incremento de colesterol LDL y disminución del colesterol HDL.
“Esto es relevante, porque es el vínculo y la forma en la que nos podemos dar cuenta de que la persona metabólicamente está mal (con estudios) y que tenemos todavía tiempo -dependiendo de la persona y de sus hábitos- para evitar complicaciones ya más graves”, asegura.
Tratamiento
El hígado graso se trata principalmente con la disminución de peso mediante un plan de alimentación, y suplementos como la Vitamina E, que ayuda al proceso natural de regeneración del hígado.
Cuando la enfermedad ya es más avanzada y hay complicaciones se utilizan medicamentos e inyecciones para bajar peso o mejorar la sensibilidad de la insulina como la Metformina, que es la más común.
Medidas de prevención
Para la prevención de un hígado graso, el doctor Mijail Tapia comparte las siguientes recomendaciones: reservar lo alimentos ultra procesados para ‘de vez en cuando’, hacer 50 minutos de actividad física diaria, y em monitoreo para la detección temprana de la enfermedad, especialmente si la persona tiene algún familiar con diabetes, prediabetes o hígado graso.
“En el plato, la mitad debe de ser frutas y verduras, un cuarto proteínas en donde entran animal y vegetal, y el otro cuarto representa carbohidratos idealmente integrales, o más complejos (…), en general si el 80% a 90% de la dieta de tu día se ve así, el otro 10% puede estar reservado para otras cosas que te gusten, finalmente no se trata de que las personas solamente coman de una forma, pues una dieta restrictiva no se puede mantener a largo plazo”, finalizó.
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