Por Ana Castañuela
Si una emoción proyectaban en Coahuila los liderazgos del PRI, PAN y PRD, era la de nervios. La noche del martes 9 de enero último se cumplían 24 horas de una jornada tensa en la mesa de negociación de la alianza electoral estatal para este 2024, conflicto reflejado en las declaraciones públicas del presidente nacional panista, Marko Cortés, y del gobernador priista, Manolo Jiménez Salinas.
Como resultado evidente ocurrió la ruptura de la coalición en el estado, que a su vez sacó a la luz la división interna que padecen los panistas, pues el PAN estatal pugna por mantener una alianza que su dirigencia nacional dinamitó; ese hecho empujó al PRI, PRD y al partido local Unidad Democrática de Coahuila (UDC) a inscribir su alianza –ya sin el PAN– a las 23:58 horas de ese 9 de enero, un minuto antes de que concluyera el plazo para el registro.
Insólitamente, la dirigente estatal del PAN, Elisa Maldonado, ya había firmado un acuerdo de coalición con el PRI, PRD y UDC, pero nunca llegó el aval de su dirigente nacional, obligando a los priistas a echar mano de un segundo documento –que también ya estaba listo– donde el panismo ya no figura en la coalición.
Visos de la ruptura
El lunes 8 de enero, ya avanzada la tarde, la dirigente estatal panista comunicó al presidente local del PRI, Carlos Robles Loustaunau, que había una serie de reclamos de la dirigencia nacional azul.
Las alarmas se encendieron y se inició un intenso estire y afloje que, además de suspender la mesa de negociación hasta el martes, dejó en suspenso la fórmula de inclusión del UDC.
Poco después de las siete de la mañana del martes 9 el Comité Ejecutivo Nacional del PAN emitió un duro comunicado exigiendo al gobernador Manolo Jiménez el cumplimiento de los acuerdos de coalición en Coahuila, entre ellos, la candidatura a la presidencia municipal de Torreón, un municipio de alternancia que hasta hace seis años tuvo un competitivo panismo venido a menos desde 2020, año en el que no pudo ganar ningún distrito local y que, para la elección de ayuntamiento de 2021, había reducido su votación a la mitad.
La respuesta del gobernador fue recordarle al PAN la baja votación que ellos obtuvieron en 2023, que en uno de los distritos locales rondaba por el 2%; dijo además que durante la contienda electoral del año pasado obtuvieron únicamente 30 mil votos en Torreón, mientras que el PRI conquistó 150 mil.
También aclaró que en dicho convenio se estableció su validez únicamente si en las elecciones de 2023 Acción Nacional llegaba a una votación de 20%; sin embargo, apenas llegó a 12 por ciento.
El gobernador, que descartó un rompimiento de la alianza por parte del PRI, agregó que “la dirigencia nacional del PAN debe respetar la autonomía de su partido en Coahuila”.
Lo anterior enardeció a Marko Cortés, quien poco después de la una de la tarde del mismo 9 de enero emitió un furibundo tuit exhibiendo un inconfesable acuerdo de coalición, firmado por el entonces candidato a la gobernatura, Manolo Jiménez, por los dirigentes nacionales de ambos partidos y los diputados Armando Tejada Cid y Rubén Moreira Valdez.
En los documentos que reveló el dirigente nacional panista se acordó para su partido en 2023 el reparto de seis notarías, cinco distritos locales (01 de Acuña, 05 de Monclova, 06 de Frontera y 08 y 09 de Torreón), además de tres secretarías, 20% de las direcciones de planteles educativos y universidades, 20% de las subsecretarías, el Subsistema de Educación, el Instituto de Transparencia, un organismo descentralizado, 20% del Registro Civil y Oficinas de Recaudación y la ratificación del magistrado panista Bernardo González Morales.
Para el proceso electoral 2024, donde se renovarán 38 ayuntamientos, se acordó el reparto de las alcaldías de los municipios de Monclova, General Cepeda, Candela, Juárez, Múzquiz, Frontera, Rosita, Abasolo, Escobedo, Madero, Acuña, Castaños, La Madrid y Torreón.
La revelación se convirtió en un escándalo nacional, severamente criticado hasta por la precandidata presidencial Xóchitl Gálvez, quien de plano expresó: “Me hicieron encabronar”. El asunto marcó la agenda política de la semana y dejó en crisis al llamado Frente Amplio por México.
La desobediencia del PAN estatal
El 9 de enero último en rueda de prensa, el dirigente del PAN en Saltillo, Juan Pablo Valdés Fuentes, sostuvo que la alianza con el PRI y PRD para contender por los 38 ayuntamientos de Coahuila se mantenía pese a las declaraciones de su dirigente nacional en redes sociales.
Hizo un llamado a la reconciliación entre Marko Cortés y el gobernador Manolo Jiménez y reiteró el compromiso del PAN local para trabajar en alianza con el PRI y PRD.
De la misma manera, en rueda de prensa, el PAN en Monclova reiteró el ánimo de formar la alianza con el PRI en las elecciones locales.
El vocero de los comités directivos panistas de la Región Centro de Coahuila, Alfonso Garza Vázquez, expuso que “el bien común de los coahuilenses está por encima de cualquier cosa en la defensa de la libertad y de la democracia de las instituciones”.
Agregó que su presidenta estatal, Elisa Maldonado, tiene la facultad de echar a andar los acuerdos en Coahuila y la dirigencia nacional de ratificarlos.
Para el 10 de enero último, vía un comunicado sin firma, el Comité Directivo Estatal del PAN anunció que mantienen su participación con “el primer gobierno de coalición en la entidad”, anteponiendo intereses personales o de partido.
“El PAN en Coahuila reconoce la apertura y la coincidencia con el gobernador del estado y con las fuerzas políticas que conforman la Alianza Ciudadana por la Seguridad, con las que hay un diálogo permanente para llevar al triunfo a la precandidata a la Presidencia de México, Xóchitl Gálvez, y para llevar a Coahuila al siguiente nivel”, se lee en el comunicado.
El gobernador Manolo Jiménez respondió que, pese a que el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, “traicionó” a su partido en Coahuila, él está con los militantes del partido y aseguró que la alianza “va más allá de la firma de un convenio político”.
“Sí Marko Cortés no está con ellos, yo sí estoy con ellos al 100 por ciento y vamos a construir muchas cosas juntos”, anunció el mandatario ante medios de comunicación.
¿Por qué el PAN local necesita al PRI?
Meses atrás, en entrevista con El Coahuilense, el panista y excandidato a la gubernatura Guillermo Anaya Llamas reconoció que a su partido no le fue bien durante las elecciones de 2021 en las que se renovaron los 38 ayuntamientos del estado.
El PAN obtuvo 164 mil 409 votos (12.62% de los totales emitidos) y quedó en tercer lugar por debajo de Morena, que sumó 406 mil 852 sufragios, y del PRI, con 531 mil 931.
El PAN logró ganar únicamente cuatro de las 38 alcaldías durante la contienda: Candela, General Cepeda, Juárez y Monclova.
El PRI, en coalición con el PRD, obtuvo 25 municipios, entre ellos Saltillo y Torreón, que estuvo durante cuatro años en manos panistas y donde su candidato únicamente logró 19.16% de votos totales; Morena obtuvo ocho ayuntamientos: Abasolo, Acuña, Castaños, Escobedo, Frontera, Múzquiz, San Juan de Sabinas y Francisco I. Madero.
Guillermo Anaya explicó que las circunstancias que se vivieron en la contienda electoral de 2021 hicieron que en 2023 decidiera aliarse con el PRI.
“Para 2023 escuchamos las voces de los ciudadanos que nos decían: ‘Únanse, nos importa poco sus agravios y diferencias, únanse por Coahuila porque no queremos que llegue el desastre de Morena a Coahuila’”, explicó Anaya.
En el PRI, también señales opuestas
Salvo el reclamo por la candidatura en Torreón, hasta el cierre de esta edición se desconoce qué otras motivaciones llevaron a la dirigencia nacional del PAN a romper el acuerdo de coalición, toda vez que durante el desarrollo de las negociaciones realizadas el martes 9 de enero último no hubo posibilidad de puntos de encuentro entre las dirigencias locales de los partidos, incluido el PAN y de éste con su dirigencia nacional.
En este contexto destaca el silencio mantenido por el exgobernador Rubén Moreira Valdez, actualmente uno de los principales liderazgos del PRI nacional, quien el jueves 11 de enero sólo posteó en X (antes Twitter): “A ver con qué mamada me salen hoy”.
Más extraña fue la ausencia del dirigente nacional prisita, Alejandro Moreno Cárdenas, quien por la noche del mismo martes 9 de enero garantizó en un tuit en X todas las condiciones de cumplimiento al PAN en sus acuerdos, anulando en definitiva a uno de los dos gobernadores que a su partido le quedan. “Se abrirán espacios federales para nuestros aliados del PAN en el estado de Coahuila y en la Ciudad de México”, anunció.
Un nuevo aliado local
En vísperas de la caída de la coalición, el UDC –que el 7 de enero último rompió su insistente búsqueda de coalición con Morena– fue invitado por la dirigente del PRD en Coahuila, Mary Telma Guajardo, a integrar la coalición pretendida con el PRI y el PAN.
Lenin Pérez Rivera, dirigente del UDC, puso como condición que su inclusión fuera presentada al público en una conferencia de prensa encabezada por la dirigente panista, Elisa Maldonado, quien aceptó.
Poco después del mediodía, Pérez Rivera aseguró la candidatura en Ciudad Acuña y otros municipios de las regiones Norte, Cinco Manantiales y Carbonífera; y colocó numerosos candidatos a regidores y representación en localidades donde carece de presencia.
Para entonces, ya sólo faltaba la invitación del PAN, que, a su vez, Pérez Rivera aceptaría ese mismo día para acudir el martes 9 de enero al Instituto Electoral de Coahuila (IEC).
TE RECOMENDAMOS LEER: