Por Renata Guzmán Collignon.
En medio del proceso electoral y con la urgencia de contar a tiempo con la programación y funcionamiento de las urnas electrónicas que iban a utilizarse en la jornada del 4 de junio de 2023, el presidente del Instituto Electoral de Coahuila (IEC), Rodrigo Paredes Lozano, solicitó la baja del coordinador de Urna Electrónica y Sistemas, Emmanuel Villarreal Flores.
Esta decisión y una serie de omisiones, que Rodrigo Paredes quiso hacer ver como un hecho fortuito, derivaron en un gasto de seis millones 940 mil pesos en la compra de material electoral de emergencia y la renta de un avión para entregar dicho material a última hora.
Villarreal Flores, ingeniero que se desempeñó en ese cargo desde el 22 de octubre de 2018, había tenido logros importantes en el desarrollo de la urna electrónica que funcionó sin complicaciones en las elecciones municipales de ese año y en las de 2021, así como en la renovación del congreso local en 2020. Pero sin motivo conocido, fue despedido el 24 de febrero de 2023.
Al ser removido de su cargo y dada la falta de motivo, consejeros y consejeras del IEC manifestaron sus inquietudes y preocupaciones respecto del despido tanto de quien fue Coordinador de Urnas Electrónicas como de otros programadores; entre éstos, un ingeniero clave en el desarrollo de nombre Tokio Vargas.
Un día después de la baja de Villarreal, el consejero presidente Rodrigo Paredes solicitó al secretario ejecutivo del IEC la readscripción del entonces auxiliar ejecutivo de Urna Electrónica, David Villanueva Rivera, al puesto de coordinador de Urna Electrónica. Extrañamente, el ascenso no se formalizó.
Bitácora de omisiones
Casi dos meses después, con el período de campaña iniciado y faltando seis semanas para la elección, el 13 de abril de 2023, en la sesión pública de la Comisión de Innovación se rindió el Informe sobre la implementación de las urnas electrónicas.
Durante el desarrollo de la sesión, Rodrigo Paredes preguntó “si había alguna cuestión que ponga en riesgo el cumplimiento de la programación de las urnas”. El director de Innovación respondió que “no, hasta el momento hemos estado llevando a cabo los trabajos y no hay manera en la cual detectemos que se ponga en riesgo el programa de urnas electrónicas”.
En la misma sesión de la Comisión de Innovación, algunos consejeros preguntaron sobre la contratación de los programadores que se encargarían de programar las urnas electrónicas, a lo que el director de Innovación respondió que “sí se había contratado un programador, pero no se incluyó en el proyecto de urnas electrónicas”.
Fue hasta el 26 de mayo cuando se formalizó ante la Contraloría Interna el Acta Administrativa de Entrega-Recepción Individual correspondiente a la Coordinación de Urna Electrónica y Sistemas, en la que entregó Emmanuel Villarreal Flores y recibió David Alejandro Villanueva Rivera. Faltaban cinco días hábiles y ocho naturales para la jornada electoral.
Cuatro días después de la entrega-recepción, la Comisión Temporal de Seguimiento a los Procesos Electorales Locales 2023 del Instituto Nacional Electoral (INE) canceló el voto electrónico en la totalidad de casillas que forman parte de la modalidad de prueba piloto vinculante del Proceso Electoral Local 2022-2023 en Coahuila.
“Esta decisión se dio después del procedimiento de verificación previsto en el conjunto de medidas de seguridad, que permitió identificar un error de configuración en el instrumento, lo que dio lugar a la intervención del INE para tomar decisiones que doten de certeza al proceso, lo que tuvo como consecuencia la cancelación de la prueba piloto”, informó la central electoral del INE el 30 de mayo de este año.
La cancelación era de por sí un escándalo. Desde 1999 Coahuila había desarrollado procesos electorales con urnas electrónicas, ampliando cada vez la cantidad de casillas en las que se implementaba. A 24 años de distancia, con software más avanzado que en aquel tiempo, los equipos no eran confiables, no pasaron la prueba del INE que entre esas y otras razones debió venir a Coahuila a hacerle un severo llamado de atención a Paredes Lozano.
La negligencia, el despilfarro
Cuando faltaban cuatro días para la jornada electoral, y dada la cancelación de las urnas electrónicas por errores de programación, el IEC mandó imprimir 75 juegos completos de material electoral. Dada la premura, el Instituto los solicitó a una empresa distinta de la que prestó el servicio originalmente.
Para su distribución por el estado, debió contratar aviones a fin de que el material estuviera listo a tiempo, lo cual, generó un gasto extraordinario para el Instituto.
De acuerdo con la Dirección de Administración, el costo imprevisto derivado de la cancelación de las urnas electrónicas fue por seis millones 940 mil pesos, los cuales se desglosan de la siguiente manera:
Por el material electoral de emergencia, contratado con Litho formas, se pagó un total de tres millones 110 mil 948 pesos.
Por la documentación electoral contratada con Corporativo ZEG se erogaron dos millones 326 mil 877 pesos.
Por el transporte aéreo, un total de un millón 500 mil 200 pesos.
Lo anterior se puede constatar en el documento de Excel titulado “ampliación presupuestal2023v2”, elaborado por la Dirección de Administración mediante correo electrónico del 5 de septiembre del 2023 y cuya copia posee El Coahuilense.
Los gastos inesperados que se tuvieron que hacer por la cancelación de las urnas electrónicas, constituyen un posible daño patrimonial para el IEC que habrá de auditarse durante 2024.
El asunto también es motivo de análisis en el INE y, por si fuera poco, el costo puede incrementarse pues existe un litigio en materia laboral que, por la falta de motivación en el despido y la presunta violación de derechos laborales de Emmanuel Villarreal y Tokio Vargas, está en vías de desahogo.