Por Katya González
El pasado 31 de octubre la Liga Sindical Obrera Mexicana (LSOM) ganó la representación sindical de los trabajadores de la empresa ‘Manufacturas VU’ en Piedras Negras.
Con la participación de 273 trabajadores (68% de la plantilla laboral), la LSOM obtuvo 168 votos contra los 101 obtenidos por la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
Este triunfo sindical tuvo una particularidad: el comité que dirige a la LSOM es paritario –tres hombres y tres mujeres–, y su máxima dirigente es mujer: Yadira Sauceda, quien funge como secretaria general.
El caso de Manufacturas VU –maquiladora de origen estadunidense dedicada a la fabricación de componentes para asientos de automóviles— ejemplifica cómo las mujeres ganan terreno en la lucha por sus derechos laborales.
Para los trabajadores de VU ganarle la representación sindical a la CTM no fue fácil.
Tuvieron que presentar una queja formal al Departamento del Trabajo de Estados Unidos por violación al derecho a la libertad de sindicalización. Ello activó el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida (MLRR) de la empresa, establecido en el marco del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Luego de determinar la existencia de dicha violación, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó de ello al gobierno federal mexicano. Una comisión intersecretarial compuesta por las secretarías de Trabajo, Gobernación, Relaciones Exteriores y Economía llevó a cabo una investigación dentro de un plazo de 45 días naturales, tal como se encuentra establecido en el Tratado.
Mientras tanto, trabajadoras y trabajadores de VU, asesorados por el Comité Fronterizo de Obreros y Obreras (CFO), comenzaron a organizar un nuevo sindicato integrado por empleados de la planta, lo cual derivó en la creación de la LSOM.
Finalmente, las secretarías de Trabajo y de Economía informaron el 14 de septiembre, a través de un comunicado, que se garantizó el cumplimiento de los compromisos laborales de México al amparo del T-MEC, particularmente de Manufacturas VU, en el plazo establecido, dentro del cual se llevaron a cabo las elecciones que dieron la victoria a la Liga Sindical Obrera Mexicana en Piedras Negras.
Sin embargo, la victoria de LSOM sólo representó el inicio de una lucha sindical, pues integrantes de dicha liga señalan a Marco Salinas, responsable de Recursos Humanos en VU, de entorpecer el reconocimiento de su victoria pues ha aplazado la fecha para la firma del contrato colectivo de trabajo –el cual les reconocerá como el sindicato que representa a los trabajadores de VU–, además de negar el acceso a la planta a los asesores del sindicato provenientes de CFO y de acreditar a la CTM los logros obtenidos por la LSOM.
Tras la aprobación en 2019 de la nueva reforma laboral, el CFO echó andar el proyecto GEMA (Género y Empoderamiento de la Mujer para la Acción), el cual busca que las mujeres trabajadoras puedan exigir a las empresas los derechos que por ley les corresponden, así como incrementar su participación activa dentro de los sindicatos mexicanos, a través de la educación, el acompañamiento y el asesoramiento.
Dicha reforma pretende la erradicación de la violencia contra la mujer en el área laboral; la eliminación de las formas existentes de discriminación y violencia; la obligación de las empresas de implementar protocolos para prevenir la discriminación por razones de género, como ocurre por casos de embarazo u orientación sexual.
Además, otorga el derecho a los trabajadores de organizarse en diferentes tipos de sindicatos y establece que en los procedimientos de integración de las directivas sindicales debe ser promovida la igualdad de género.
SERES INVISIBLES, DERECHOS NULOS
La industria maquiladora es una de las principales actividades económicas en las ciudades fronterizas de Coahuila, en donde más del 52% de los trabajadores son mujeres.
Hasta octubre del año pasado, en Acuña y Piedras Negras se encontraban registradas 28 mil 568 trabajadoras formales en 832 empresas de la industria manufacturera, suponiendo el mayor número de fuerza laboral en este sector.
Desde la llegada de las empresas maquiladoras a la frontera de México en los años 60, la contratación de mujeres era justificado debido a la delicadeza y minuciosidad que el trabajo demanda. Sin embargo, dichas contrataciones obedecían a otra razón: “las mujeres eran más fáciles de manejar”. A esa conclusión llegó Julia Quiñones, directora de CFO, después de involucrarse en programas para el empoderamiento de la mujer.
El CFO atiende a trabajadoras de empresas maquiladoras a través del Proyecto GEMA, el cual se encuentra enfocado a atender la perspectiva de género en cuestiones laborales.
Actualmente, dicho proyecto ofrece apoyo y asesoramiento a trabajadoras de Jaropamex y Arneses en Ciudad Acuña y VU en Piedras Negras, entre otras empresas, con el propósito de brindarles herramientas y conocimientos de manera individual para que puedan exigir el cumplimiento de sus derechos.
“Pretendemos que las mujeres comprendan que calladitas no nos vemos más bonitas, que tenemos una voz y que esa voz la podemos alzar. Que esta voz tiene que ser escuchada y que las problemáticas que como mujeres tenemos, tienen que ser oídas también”, explicó Fabiola Ramírez, coordinadora de Género de CFO.
Aún hoy las desigualdades siguen siendo invisibilizadas y normalizadas. Fabiola Ramírez evidencia dicha desigualdad con casos existentes de mujeres que han dejado de asistir a los talleres propuestos por el comité porque sus padres o esposos les negaron el permiso.
“No puedes cambiar algo que has normalizado y que deja de ser visible porque crees que es normal que no te den permiso de salir y de hablar con otras mujeres. La primera etapa de modificación es hacerlas visibles”, comentó.
PRECARIEDAD LABORAL
Una de las grandes problemáticas en la frontera es la precariedad laboral: las mujeres en la maquila trabajan de 12 a 14 horas diarias, por un sueldo mínimo.
Ésta trae consigo otros problemas, tales como el descuido de la salud de los y las trabajadoras, el abandono de las infancias al permanecer demasiado tiempo en las plantas y no poder ver a sus hijos, así como carencias alimenticias debido a los sueldos bajos, entre otras.
Además, la brecha salarial en Coahuila es de 22%; es decir, por cada 100 pesos que ganan los hombres, las mujeres reciben sólo 88, por lo que, mientras que los hombres perciben un salario diario integrado promedio de 496.84 pesos, el de las mujeres es de 389.30 pesos.
El CFO ha obtenido mejoras para las trabajadoras de maquiladoras en la frontera: en algunas empresas, las mujeres en periodo de lactancia tienen la oportunidad de acortar su horario de trabajo y les han sido designadas áreas especiales para que puedan amamantar a sus hijos y almacenar su leche en refrigeradores higiénicos para luego llevarla a casa.
Ha logrado desarrollar entre las mujeres la capacidad y el valor para frenar situaciones de violencia a través de ejercicios que ayudan a identificar éstas. Además, brindan acompañamiento y, de ser necesario, asesoramiento legal para presentar denuncias formales ante la empresa y la justicia.
Así mismo, con el fin de obtener un ambiente laboral seguro y justo para las mujeres, se ha encargado de visibilizar y trabajar en la erradicación de costumbres ilegales de violencia, como realizar pruebas de embarazo en las empresas.
El proyecto GEMA tiene sus raíces en el Medio Oriente y el CFO es la única organización que cuenta con un proyecto grande que incluye de 70 a 80 ejercicios traducidos al español encaminados a la enseñanza de temas y derechos que se encuentran inmersos en las situaciones que son expuestas por las trabajadoras y que son aplicados según las necesidades de los grupos.
“Un ejemplo: reflexionamos en cómo la sociedad ha puesto cargas a las mujeres quedando ellas al final”, señaló Fabiola Ramirez.
Explicó: “La sociedad patriarcal nos ha enseñado que la mujer que se pone primero es una egoísta. Este ejercicio se desarrolla a partir de pedirles a las mujeres que se quiten sus cargas y no piensen como madres, como hijas o como esposas, sino como ellas piensan en su interior y en lo que quieren para las demás mujeres”.
El proyecto se implementa mediante una educación popular; es decir, todas las integrantes se encuentran en un mismo nivel jerárquico, de tal manera que las facilitadoras aprenden de las participantes y las participantes aprenden de ellas.
“Son ejercicios y espacios donde se va construyendo el poder, queremos que las mujeres tengan estos espacios para ir identificando problemáticas”, comentó Julia Quiñones, directora de CFO.
Además, subrayó la importancia del empoderamiento femenino para atender las problemáticas existentes e invisibilizadas por la sociedad con el propósito de que las mujeres puedan comenzar a hacerse cargo de los espacios públicos que actualmente aún son predestinados para los varones.
La incursión de la mujer en el mundo laboral propone una lucha constante que gana espacio poco a poco y el Comité Fronterizo de Obreros y Obreras pretende educar a las mujeres en materia laboral para asentar las bases necesarias y lograr una igualdad de género real en el país.
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