Asesinarlas con fuego: modalidad del feminicidio en Coahuila

marzo 8, 2023
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Por Ana Castañuela 

El 8 de febrero, en la colonia Bellavista en Saltillo, Coahuila, Erika del Rosario, de 35 años, fue encontrada sin vida en el interior de su domicilio a causa de un incendio provocado por su pareja sentimental, Raymundo “N”. Erika fue atada de manos y pies en una silla dentro de una de las habitaciones de su hogar y presentaba diversas quemaduras graves en el cuerpo. 

La Policía Estatal Fuerza Civil informó que Raymundo fue detenido en la colonia Álvaro Obregón, en Monterrey, Nuevo León, por posesión de narcóticos. Vecinos comentaron que las discusiones entre la pareja eran constantes. 

Sin embargo, Martha Rivera Hernández, directora general de Investigaciones Especializadas de la Fiscalía del Estado, aseguró que no había denuncias previas de violencia. A la fecha, la Fiscalía del Estado de Coahuila continúa con las investigaciones correspondientes para solicitar el mandamiento judicial y presentarlo ante el juez. 

El caso de Erika no es el primer feminicidio con fuego, ni el último, en Coahuila, pues un día después del hecho ocurrió una tentativa de feminicidio en el municipio de Monclova. 

La tarde del 9 de febrero, un día después del feminicidio de Erika, en la colonia Margarito Silva, en Monclova, Juan Antonio “N” incendió la casa de su exesposa Jazmín, de 32 años, con dos de sus hijos dentro del domicilio. Los dos menores de edad lograron salir por la puerta trasera del inmueble, que posteriormente terminó consumido por las llamas. 

Jazmín comentó que se separó de Antonio, quien tenía una orden de restricción por agresiones previas. Debido al consumo de sustancias tóxicas, comenzó a ser agresivo, e incluso en varias ocasiones amenazó a Jazmín con matarla a ella y a sus hijos. 

Actualmente, Juan Antonio se encuentra detenido y se abrió una carpeta de investigación; a la par, se hizo una denuncia en el Centro de Empoderamiento de la Mujer por intento de homicidio. 

LA CONDUCTA DEL FEMINICIDA 

Según datos del Centro de Justicia y Empoderamiento para las Mujeres (CJEM), localizados en el Banco Estatal sobre Violencia Contra las Mujeres y Niñas del Estado de Coahuila, el principal factor detonante de la violencia en contra de las mujeres en Coahuila durante el 2022 fue el patrón de conducta machista con 6 mil 336 casos, seguido del alcoholismo con mil 123, y drogadicción con mil 65 casos a nivel estatal. 

La abogada Isela Báez, quien actualmente se encuentra haciendo servicio social con la doctora Lucía Núñez en el Centro de Investigaciones y Estudio de Género (CIEG) de la UNAM, comenta que existen diversos estudios y análisis que organizaciones y mujeres feministas han analizado a partir de los contextos que originan estas acciones o delitos conocidos como feminicidios, cometidos principalmente por hombres. 

Con base en lo que ha logrado localizarse en las investigaciones, se define que esta conducta radica principalmente en aspectos subjetivos del feminicida. “Su enfoque va más allá de la ira, el odio, los celos o la búsqueda del placer; y en otras variantes, la misoginia, el sentido de superioridad de género o la concepción de que las mujeres somos puestas como una posesión ante ellos”, expone Báez. 

UN CERILLO Y GASOLINA 

El feminicidio por fuego de Erika del Rosario en Saltillo y la tentativa de homicidio contra Jazmín, en Monclova, reavivaron dos hechos similares que ocurrieron en Coahuila durante el 2014 y 2015 en la Ciudad de Monclova y Ciudad Frontera. 

El 2 de julio del 2014, en la colonia Pedregal de San Ángel, en Monclova, Coahuila, Nicolás de la Rosa Galaviz roció con gasolina a su esposa Yirna Yaneth mientras dormía y, posteriormente, le prendió fuego. 

En días previos, Yirna le había pedido el divorcio a Nicolás, pues él era violento, posesivo y celoso; además, en varias ocasiones lanzó amenazas de muerte contra ella y su hija. Yirna fue trasladada a una clínica del IMSS en Monterrey, Nuevo León, en donde falleció 10 días después del hecho debido a las severas quemaduras. 

Nicolás Galaviz fue detenido seis meses después en Escobedo, Nuevo León, y trasladado a Coahuila. En 2015 un tribunal lo sentenció a 50 años de prisión, la pena máxima por el delito de feminicidio. Ello ocurrió luego de que en septiembre de ese año se instaló el nuevo sistema penal acusatorio. 

El caso de Ciudad Frontera ocurrió en 2015, en la colonia Bellavista de esa localidad: Karina Yuvisela, de 21 años, fue rociada con gasolina y posteriormente quemada por su pareja Juan Carlos Montejano Castro. 

La noche anterior Carlos secuestró al hijo de ambos y convenció a Karina de regresar al domicilio que ella había abandonado días antes por la violencia de género de la que era víctima. Pidió que acudiera a liberar al menor y luego cometió el atentado. 

Karina sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 80% del cuerpo. Fue trasladada a la clínica 21 de Monterrey, Nuevo León, donde falleció nueve días después del hecho. Vecinos aseguraron que Juan Carlos consumía drogas. Era violento y abusaba de Karina. 

La procuraduría del estado de Coahuila informó que él contaba con antecedentes penales por narcomenudeo. Carlos Montejano fue declarado culpable y sentenciado con la pena máxima de 50 años de cárcel luego de haberle imputado delito de feminicidio en contra de Karina. Fue el segundo sentenciado en recibir la pena máxima por delito de feminicidio en el estado de Coahuila. 

TIPIFICANDO EL DELITO 

Durante la resolución del caso de feminicidio de Karina Yuvisela, la Procuraduría General de Justicia de Coahuila (PGJE) desconocía el delito por el que iban a perseguir al feminicida, pues había que determinar si la mujer falleció debido a las quemaduras o por otras causas. 

La abogada Isela Báez comenta que actualmente la tipificación del delito se encuentra directamente en el Código Penal Federal. Su artículo 325 define a este tipo de violencia como “violencia extrema contra las mujeres” y debe contar con ciertas características para su clasificación. 

“Se tienen que plantear diversas características que nos lleven a como tal decir que en efecto fue un feminicidio, y eso ya agrava el delito”, expone. 

Para tipificar el delito de feminicidio, el Código Penal Federal marca como principal característica que la víctima debe presentar signos de violencia sexual, además, que haya sido infringida con lesiones o mutilaciones degradantes previas o posteriores a la privación de la vida. 

Debe existir o haber existido una relación sentimental o afectiva e incluso de confianza entre la víctima con su agresor; se toma en cuenta si antes y durante el hecho hubo amenazas, lesiones, acoso o que se le haya privado de su libertad. 

Se consideran los antecedentes de cualquier tipo de violencia en el ámbito laboral y escolar, inmerso en la situación. Si el cuerpo de la víctima fue exhibido o localizado en un lugar público, también puede catalogarse como feminicidio. 

Isela Báez asegura que, con base en diversos estudios sociológicos y neurocientíficos, se ha determinado que la legislación no impide el acto violento que comete el agresor. El impulso del feminicida al cometer el acto es subjetivo y está enfocado a generar violencia y dominio sobre la víctima. 

“Ellos actúan sin una plena consciencia; es decir, ya sea el motivo o la circunstancias bajo las cuales se encuentran, hace que su estado de consciencia se inhiba, por lo tanto, actúan nada más por inercia, o por el hecho de sentirse que ellos son superiores hacia la víctima”, argumenta. 

En algunas ocasiones el agresor desconoce la legislación. Sin embargo, que la desconozca no significa que no sepa que lo que está cometiendo es un acto ilícito y que está penado. 

Respecto a las instituciones y las leyes en Coahuila, Báez comenta que en el estado impera el Código Penal local y de ahí se parte al protocolo de investigación para el delito de feminicidios en el estado, además de la Ley de Acceso, que da pauta para conocer causas y conceptos que pueden definir una violencia feminicida, cómo alertar la violencia, cómo manejarla y conocer sus modalidades. 

“Da todo el contexto jurídico que implica el juzgar con perspectiva de género a nivel estatal y federal, pauta que funciona para prevenir, sancionar y erradicar todo tipo de violencia contra las mujeres”. 

Durante la búsqueda de información respecto a datos y estadísticas de feminicidio, y en relación con el caso de Erika y la tentativa de feminicidio de Yazmin, El Coahuilense solicitó entrevistas con Martha Rivera, directora general de Investigaciones Especializadas de la Fiscalía del Estado, y con Katy Salinas, directora general del Centro de Justicia y Empoderamiento para las Mujeres en el estado de Coahuila. Sin embargo, al cierre de edición no respondieron a dicha solicitud.

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