Por Kristel Reyes
Desde hace algunas semanas los vecinos de las colonias Portales, Quinta Manantiales, Misiones y Revolución del municipio de Ramos Arizpe comenzaron a alzar la voz ante la posible construcción de complejos habitacionales en el Cerro de Guanajuato, que forma parte del ecosistema de la ciudad.
La regidora Lizbeth Ogazón lanzó la primera señal de alarma: aseguró que la propiedad en donde se pretende construir esas viviendas pertenece al panista Carlos Valdés del Bosque, quien fue regidor de 2014 a 2017, periodo en el que Ricardo Aguirre Gutiérrez fue presidente municipal.
Según los testimonios de vecinos afectados, el director de Desarrollo Urbano les informó que en 2016 el Cerro de Guanajuato fue reclasificado para uso de suelo y que ello consta en actas aprobadas por Ricardo Aguirre y el cabildo municipal. Valdés del Bosque comenzó a construir la plaza comercial Del Cerro que se encuentra sobre la calle Alberto Castor.
“La reclasificación (del uso de suelo) se hizo sin un programa que evaluara el impacto ambiental ni la protección del cerro y sus especies. Simplemente dieron las autorizaciones. Esto no sólo amenaza nuestro patrimonio natural, sino que también genera un desequilibrio urbano”, acusó Ogazón.
E. A., vecina que compartió información con El Coahuilense Noticias y quien pidió mantener el anonimato, señaló que la construcción de la plaza comercial se llevó a cabo sin una planeación adecuada.
Explicó: “Hace tiempo un arroyo pasaba por donde ahora está la construcción. Al tapar su rumbo natural y con las lluvias de hace unos meses, la barda que estaban construyendo para delimitar el terreno se derrumbó, ya que el agua chocó con ella y termino por destruir lo que habían levantado. Eso demuestra la falta de estudios antes de iniciar la obra”.
“Naturaleza sí, construcciones no”
En diciembre de 2024 los vecinos de las inmediaciones del Cerro de Guanajuato comenzaron a ver que a las faldas de éste arribaba maquinaria pesada. Días después observaron cómo poco a poco la maquinaria iba destruyendo todo a su paso.
Fue entonces que decidieron tomar acciones para impedir la excavación. Organizaron un grupo de WhatsApp de vecinos en donde acordaron la primera reunión informativa que se llevó a cabo el domingo 19 de enero en la plaza de Quinta Manantiales, en donde Lizbeth Ogazón les informó las medidas que hasta ese momento se habían tomado en contra de la construcción, las cuales incluyen una denuncia interpuesta por la regidora ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y una solicitud para una reunión con el alcalde Tomás Gutiérrez Merino.
El 25 de enero los vecinos sostuvieron una segunda reunión en la plaza pública de Quinta Manantiales. Al terminar ésta, se dirigieron a la zona afectada por la maquinaria donde realizaron un mitin en el que gritaron consignas, entre ellas “naturaleza sí, constructoras no” y “vecinos unidos jamás serán vencidos”.
“Estamos aquí para alzar la voz, defender nuestro cerro y proteger la vida que habita en él. Esto no es sólo un problema vecinal, es una causa que afecta a toda la comunidad y al medio ambiente”, declaró Ogazón.
Los vecinos catalogaron lo que pasa en el Cerro de Guanajuato como un ecocidio. Sostuvieron que las excavaciones se realizan sin estudios del impacto ambiental. Advirtieron que una construcción de ese tipo dañará el cerro, el cual brinda protección a los vecinos durante las temporadas de lluvia.
El Cerro de Guanajuato alberga flora y fauna en peligro de extinción, como cactáceas, lagartos pigmeos, tejones, correcaminos y algunos zorros.
La vecina E. A. dijo que este espacio no sólo es refugio de especies endémicas, también forma parte de la vida de muchos de los residentes.
“Cuando fue la pandemia y todos estábamos encerrados, las pequeñas oportunidades que teníamos para salir las aprovechábamos para ir al Cerro de Guanajuato. Yo por ejemplo tengo recuerdos muy bonitos con mi papá ahí. Entonces nos damos cuenta que es más que un cerro, también tiene recuerdos y vida”.
Ogazón coincidió: “Durante la pandemia muchos vecinos utilizamos el cerro para hacer senderismo y conectar con la naturaleza; pero más allá de eso, estamos hablando de proteger especies como la biznaga cónica, el peyote y el lagarto pigmeo, que están en peligro de extinción”.
Ogazón comentó que este espacio está protegido por la NOM 059-2010 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Sostiene que esta norma es fundamental para la protección de la biodiversidad, cuyo principal objetivo es clasificar e identificar las especies de flora y fauna que se encuentren en peligro de extinción, amenazadas o bajo protección especial.
Con este antecedente, la mañana del martes 28 de enero el diputado por el Partido Verde Ecologista de México, Jorge Arturo Valdés Flores, presentó ante el Congreso del Estado de Coahuila un punto de acuerdo en relación con el impacto ambiental por la “extracción de materiales pétreos” que está sucediendo en el Cerro de Guanajuato.
Según el punto de acuerdo, a nivel federal existen regulaciones para la actividad minera y su extracción; cada una de las etapas que abarquen la explotación deben estar establecidas en un recurso legal con el propósito de mitigar los impactos esperados en el medio ambiente.
El documento señala que la Semarnat y la Profepa son los principales responsables de verificar a nivel federal que las actividades ligadas a la minería o la extracción de recursos estén apegadas a dichas regulaciones.
En el nivel estatal las instituciones encargadas de verificar el uso adecuado del suelo en materia de construcción es la Secretaría de Medio Ambiente (SMA) y la Procuraduría de Protección al Ambiente en el Estado (Propaec).
Impacto ambiental
El 24 de enero la subsecretaria de Recursos Naturales, Olga Rumayor Rodríguez, y el subsecretario de Gestión Ambiental, Santiago Barrios Rosillo, en compañía de la directora de Medio Ambiente de Ramos Arizpe, Alma Delia Aguirre, fueron al lugar a tomar fotos para documentar el impacto ambiental que la construcción le está causando al cerro.
El asunto que en 2016 autorizó Ricardo Aguirre a favor de Carlos Valdés del Bosque tiene trascendencia ahora que Tomás Gutiérrez tomó nuevamente la dirección del ayuntamiento y casualmente tiene como titular de Ecología a Alma Delia Aguirre, prima del mencionado exalcalde.
Según el boletín emitido por la SMA, durante la inspección se logró una entrevista con Valdés del Bosque quien afirmó que los terrenos son de su propiedad, que está construyendo un complejo de ocho departamentos de 60 metros cuadrados y que cuenta con la autorización directa del municipio por no exceder los mil metros cuadrados.
Durante la entrevista mencionó que el material pétreo extraído del cerro, como mencionaron los vecinos, se está depositando en un terreno cercano y afirma que pertenece a un “vecino”, además de comentar que ese mismo día recibió una inspección de Profepa que terminó en un procedimiento oficial.
El 28 de enero la SMA presentó dos denuncias ante la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Coahuila. La primera denuncia con número de folio QD 001/2025 por desequilibrio ecológico ocasionado por la extracción de materiales pétreos, y la segunda con folio QD 002/2025 por la construcción de la plaza Del Cerro ubicada precisamente frente al Cerro de Guanajuato que, de acuerdo con los registros ante la SMA, no cuenta con una autorización en materia de impacto ambiental.
Según el comunicado, se espera que durante los próximos días las instancias correspondientes determinen las acciones a seguir para mitigar el daño ambiental que se le está causando al Cerro de Guanajuato.
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