El Instituto Nacional de Migración en Coahuila recibió calificaciones reprobatorias en algunas de sus estancias migratorias, debido a las condiciones en las que mantiene a personas extranjeras.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentó recientemente el Informe Especial sobre las condiciones de las Estancias y Estaciones Migratorias: Hacia un nuevo modelo para la atención de la migración irregular, en el que se revela una calificación promedio alarmantemente baja para las estaciones de Piedras Negras, Monclova, Torreón y Saltillo, con un índice de 36.49.
Las estaciones bajo responsabilidad del Gobierno Federal en Coahuila ocupan el octavo lugar en el país en cuanto a quejas por presuntas violaciones a los derechos humanos de migrantes, representando un preocupante 4.43%.
El informe también detalla que, durante el período de enero a octubre, se registraron 93 expedientes de quejas de migrantes contra el INM, subrayando la gravedad de la situación.
La Comisión Nacional desde el Programa de Atención a Migrantes ha emitido 25 Recomendaciones relacionadas con estaciones migratorias o estancias provisionales en los últimos diez años. De las cuales, tres han sido para la estación migratoria de Saltillo (59/2017); otra más para la de Saltillo junto con la de Piedras Negras (34/2023) y otra más para Piedras Negras (64/2023).
Coahuila alberga cuatro estancias provisionales, donde la permanencia máxima permitida por ley es de menos de 15 días, sin embargo, la revisión física de estas instalaciones revela serias deficiencias en términos de seguridad, atención, infraestructura y personal, lo que se reflejó en calificaciones reprobatorias:
- Estancia provisional de Piedras Negras: 54.29
- Extensión provisional Saltillo: 35
- Extensión provisional Torreón: 27
- Extensión provisional: 29
Hace unos días, el INM desalojó una casa que había utilizado como oficinas administrativas y estación migratoria en la colonia República, para trasladarse a una bodega en el oriente de la ciudad, cerca de la Comisaría de Seguridad.
La estación migratoria en la colonia República solía estar abarrotada de migrantes, alcanzando hasta más de 300 personas en un espacio diseñado para albergar a alrededor de 10.
Esta situación provocaba fugas de migrantes, generando temor entre los residentes locales, quienes se veían afectados por intrusos que buscaban evadir la detención.
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