Por Arturo Rodríguez García
La presencia de coahuilenses en los gabinetes presidenciales ha sido históricamente escasa, pero la designación de Edgar Amador Zamora como secretario de Hacienda el pasado 7 de marzo, provocó momentáneas campanas al vuelo por ser oriundo de Monclova.
Sin embargo, el nuevo funcionario salió de la entidad con sus padres –originarios ellos de la Carbonífera– para vivir en Sinaloa. Amador Zamora pasó ahí su infancia y adolescencia, pero terminó arraigándose como universitario y como profesionista en la Ciudad de México, donde estudió la licenciatura en la UNAM y la maestría en el Colegio de México.
Amador Zamora fue ratificado por la Cámara de Diputados el 12 de marzo, convirtiéndose así en el noveno funcionario nacido en Coahuila en llegar a una secretaría de Estado en un siglo.
La escasa presencia de coahuilenses en los gabinetes presidenciales acaso se podría atenuar por quienes han sido subsecretarios o directores de organismos descentralizados o paraestatales. Sin embargo, como titulares de una secretaría se cuentan sólo los mencionados nueve que en algunos casos no estaban muy relacionados con los grupos políticos estatales, excepto por tres que además fueron gobernadores.
También es destacable hacer notar que se trata del primer coahuilense desde el gobierno de Plutarco Elías Calles en llegar a la Secretaría de Hacienda, pues el cargo en el que al menos tres de los nueve coincidieron fue la titularidad de Agricultura.
Además, se trata del primer nacido en Coahuila –aunque precisamente sin relación con los grupos políticos locales– que es designado secretario en un gobierno de la 4T, pues la mayoría lo fue durante los regímenes priistas.
Hace un siglo
En el gobierno de Plutarco Elías Calles no hubo coahuilenses, quizás porque la dinastía sonorense excluía a todo lo que oliera a Carranza, en cuyo gobierno hubo al menos seis miembros del gabinete que nacieron en esta entidad.
Durante el Maximato tampoco hubo coahuilenses con Emilio Portes Gil, mientras que Pascual Ortiz Rubio sólo incorporó, como titular de Agricultura, al general Manuel Pérez Treviño.
Pérez Treviño fue también el primer presidente del Partido Nacional Revolucionario (PNR), con arraigo en la zona norte, pues su familia vivía ahí y sus descendientes siguen en la región, inclusive participan en política, como es el caso de su bisnieto Evaristo Lenin Pérez Rivera. Como se sabe, el PNR fue el antecedente del PRI que al finalizar el callismo se convirtió en la fuerza política hegemónica.
El general Lázaro Cárdenas designó por algún tiempo a Raúl Castellanos Jiménez como jefe del Departamento del Distrito Federal. Nacido en Múzquiz, Castellanos Jiménez realizó prácticamente toda su carrera fuera de Coahuila, pues estudió en Guadalajara y se desempeñó en el Poder Judicial en distintos estados, entre estos Michoacán, donde se relacionó con el general Cárdenas, quien ya presidente lo designó jefe del Departamento del Distrito Federal (hoy, Ciudad de México), así como procurador de Justicia para la capital del país y los territorios federales. Años más tarde fue ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Manuel Ávila Camacho tuvo brevemente en su gobierno al general Francisco L. Urquizo como secretario de Defensa. Originario de San Pedro de las Colonias, fue revolucionario maderista y luego constitucionalista. Leal a Carranza hasta el final, estuvo a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional con el de Cuatro Ciénegas durante la sublevación de Obregón.
En ese cargo repitió con Ávila Camacho y desde ahí dejó una huella significativa en la historia política, primero, por estar al frente del instituto armado durante su involucramiento en la Segunda Guerra Mundial. Fue quien concibió el Escuadrón 201 que peleó en el Pacífico y, en lo político, fue quien posibilitó la salida de los militares de la vida política y la transición para que por primera vez un civil llegara a la Presidencia.
Ese civil fue Miguel Alemán, en cuyo gobierno tuvo a Raúl López Sánchez, también civil, como secretario de Marina por unos meses, mientras que todo ese sexenio Nazario S Ortiz Garza ocupó la Secretaría de Agricultura.
El presidente Adolfo Ruiz Cortines no tuvo coahuilenses en su gabinete, como no hubo tampoco con Adolfo López Mateos ni con Gustavo Díaz Ordaz.
Fue hasta el gobierno de Luis Echeverría que designó a otro coahuilense secretario de Patrimonio, Horacio Flores de la Peña. Como en el caso del ya mencionado Castellanos Jiménez, Flores de la Peña desarrolló su carrera en la Ciudad de México, donde estudió en la UNAM en la Escuela Nacional de Economía, de la que más tarde fue director.
Ha sido poco reivindicado por los políticos coahuilenses y en general su memoria es poco citada, pues siendo uno de los economistas referenciales de la época, se le atribuye la creación del modelo económico del “desarrollo compartido”, es decir, del fracaso económico que significaron los gobiernos de Echeverría y José López Portillo. Sería luego director del CIDE y tendría una larga carrera diplomática.
Ya no hubo coahuilenses con López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari ni con Ernesto Zedillo, aunque en este último caso destacó por la mala el paso por el gabinete ampliado de Rogelio Montemayor, que fue un año director de Pemex.
Siglo XXI
Los gobiernos panistas iniciados en 2000 tuvieron escasa participación de coahuilenses, excepto por algunas direcciones generales y alguna subsecretaría.
No hubo secretarios de Estado con Vicente Fox y tampoco con Felipe Calderón y sería hasta el gobierno de Enrique Peña Nieto que fue secretario de Agricultura Enrique Martínez y Martínez.
El tercer secretario de Agricultura en un siglo había sido gobernador de Coahuila y su carrera se desarrolló principalmente en el ámbito local hasta que alcanzó la gubernatura en 1999 y consiguió buena presencia nacional, especialmente durante su búsqueda de la candidatura presidencial del PRI.
En 2012 Peña Nieto lo designó en el mencionado cargo de Agricultura hasta 2015, cuando fue designado embajador en Cuba.
La salida del coahuilense Martínez y Martínez significó un breve periodo de ausencia de coterráneos en el gabinete, pues en 2016 fue designado por el mismo presidente Peña Nieto el médico José Narro Robles como secretario de Salud.
Como en otros casos, Narro Robles había desarrollado su carrera en la Ciudad de México y sólo mantuvo ligas locales por vía familiar. Terminó en 2018.
En el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sólo un coahuilense estuvo en el gabinete: Ricardo Mejía Berdeja, quien estuvo unos meses al frente de Seguridad Pública como encargado de despacho y en espera de que asumiera la ya anunciada Rosa Icela Gutiérrez, quien debió retrasar su toma de protesta por contagio de covid-19.
Originario de Torreón, Mejía Berdeja ha tenido una carrera de apegos y desapegos, pues gran parte de su trayectoria la desarrolló en la Ciudad de México, en el estado de Guerrero y con cierta intermitencia en Coahuila en los tempranos noventa y luego los primeros años de este siglo, hasta que quiso contender por el gobierno del estado en 2023.
Ahora en el gobierno de Claudia Sheinbaum el único coahuilense que ha llegado a una secretaría de Estado es Edgar Amador Zamora, quien –sin embargo– se define en sus redes sociales como un “sinaloense y chilango, nacido en Coahuila” y, una vez más, con escasas ligas a los grupos políticos de su estado natal.
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