Torreón, Coahuila. – El 27 de junio del 2010 Noé Antonio Méndez Romo, de entonces 18 años de edad, fue visto por última vez en la Comarca Lagunera.
El joven salió por la mañana de su domicilio en la colonia Jacinto Canek de Gómez Palacio para ir a jugar fútbol y más tarde le pidió dinero a un hermano para visitar a su novia en Torreón en la Nueva Laguna Norte.
“Le pidió 100 pesos a mi otro hijo y él se los dio y se fue con su novia. Yo esperaba la hora que me avisara que ya venía de regreso a Gómez. A las 9:27 de la noche donde mandó mensaje donde me decía: mamá, ya voy para allá”, comentó Ana Luisa Romo Díaz, mamá de Noé.
“Tardaba como 45 minutos en llegar, pasó el tiempo y no me llamaba o mandaba mensaje, y siempre se estaba comunicando conmigo. Pasando las 10 yo comienzo a llamarlo, pero sin éxito, su celular sonaba, pero me mandaba a buzón”, mencionó.
A las 11 recibió una llamada de la novia, preguntando si ya había llegado, lo cual no sucedido.
“A las 11:15 me llama de nuevo y me dice que le marcaron del celular de Noé, que la insultaron y preguntaron quién era y qué quería. Me dijo que pediría a alguien que la llevara a mi casa, para estar al pendiente de lo que pasara, pero no llegó”, indicó.
Ana Luisa no salió a buscar a su hijo esa noche, ya que en la colonia donde vivían se inundó, pues estaba lloviendo.
Para el 28 de junio avisó en su trabajo, donde le dieron permiso para enfocarse en la localización de Noé.
“Anduve en hospitales de Torreón y Gómez, sin encontrarlo, por lo que fue a la Vicefiscalía en Lerdo, donde me pidieron foto y sus datos. Hasta la fecha no sé nada de mi hijo”, señaló.
Noé mide 1.75 metros de estatura, tiene el cabello negro y ondulado, es de tez morena-clara, y tiene cicatrices en el labio superior y ambas manos por fracturas.
Para Ana Luisa perder a un hijo “es morir y tener la obligación de vivir”.
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