Desde hace ocho períodos el partido Unidad Democrática de Coahuila (UDC) gobierna Ciudad Acuña y este año inició la administración de su secretaria general, Tania Flores, en Múzquiz. Ha gobernado varios municipios en el período anterior inmediato y los triunfos de Morena, señaladamente en el norte del estado, son producto de una coalición que se perfila renovada hacia 2023.
Su dirigente, Evaristo Lenin Pérez Rivera, es claro: sí quiere ser candidato a gobernador y, en función de eso, la cuestión es obligada: ¿Por qué contender por un partido en el que no milita?
Yo quiero contender por UDC, es el único partido en el que he militado y lo que busco es conformar una alianza política. Buscaré la contienda aun sin partido, pero espero que el PT y Morena estén abiertos a la posibilidad de una candidatura externa –responde.
Excluye al Verde de la ecuación… -se le comenta.
El Verde en Coahuila, como otros partidos políticos, no ha tenido una verdadera autonomía y se le ha visto permanentemente en alianza con el PRI. Yo no veo al Verde participando en 2023 con nosotros, no lo hizo en 2021 y me parece que son de esos arreglos que hace la dirigencia nacional –dice.
En entrevista con El Coahuilense, Pérez Rivera recuerda las conductas de los partidos de oposición y sus dirigentes; es insistente en blandir su ya vieja oposición al PRI y, en función de esto último, justifica las coaliciones de coyuntura en la búsqueda de alternancia. Hoy, se dice determinado a ser candidato a gobernador.
La cuestión es que Evaristo Lenin propone que se le sume una marca ganadora, Morena. Para eso, en precedentes y antecedentes basa su aptitud: una historia de victorias electorales que en su caso lo mantienen invicto aún liderando un partido local. No se ha colgado del nombre del presidente López Obrador y el morenismo sabe que su presencia en el norte del estado le confirió los triunfos que Morena solo no hubieran logrado.
Repasa los triunfos de cada momento, su propia trayectoria y añade: “Sabemos ganarle al PRI”.
La afirmación da paso a una consideración adicional, en realidad una puya: “Creo además que la candidatura al gobierno de Coahuila no puede estar cifrada en ser amigo del presidente o ser amigo de Mario Delgado, en un contexto de rentabilidad política y hoy los triunfos están colocados en el norte”.
DE EXTERNIDADES Y PUREZAS
Que un partido en la Presidencia de la República, ganador de 21 gubernaturas, admita ir en alianza apoyando a un candidato externo dirigente de un partido local parece poco probable. De por sí, los cuestionamientos internos en Morena señalan la adopción de perfiles procedentes de otros partidos, subsiste una aspiración de pureza ideológica y de trayectoria, a la que, sin embargo, Evaristo Lenin Pérez Rivera opone una serie de consideraciones que inician por su historia personal.
Primero, se considera de izquierda en lo individual y como partido político. Una izquierda que, no obstante, ha acudido a coaliciones electorales cuyo objetivo es procurar la alternancia en Coahuila.
Segundo, por origen: la UDC es un partido que fundó su padre, el extinto Evaristo Pérez Arreola, destacado como militante del Partido Comunista Mexicano, miembro de aquella legislatura de la apertura en los 70, cuando los veteranos izquierdistas de antaño tuvieron por primera vez una bancada con Arnoldo Martínez Verdugo, Valentín Campa, Gerardo Unzueta, Gilberto Rincón Gallardo y Pablo Gómez, entre otros.
Tercero, porque su propio desempeño ha tenido una orientación a la izquierda, oponiéndose al PRI desde muchos años antes de la fundación de Morena.
Abogado egresado de la UANE, con maestría de marketing político, Pérez Rivera tiene 55 años y en las últimas dos décadas ha tenido una carrera política activa pues en 2002 sucedió a su padre al frente de UDC y asumió una diputación local al año siguiente; en 2006 se convirtió por primera vez en alcalde de Ciudad Acuña. En ambos cargos repitió: como diputado local en 2012, como presidente municipal en 2010 y 2014. Para 2018 fue electo diputado federal por la coalición UDC-PAN.
Su padre, Evaristo Pérez Arreola, fue dirigente sindical en la UNAM y quizás uno de los más conocidos de los años 80. No obstante, fue objeto de críticas en la izquierda por su adhesión a Carlos Salinas de Gortari, de quien fue asesor en la Presidencia, y posteriormente por sumarse a la campaña de Vicente Fox en el 2000. En ambas ocasiones justificó su actuar bajo la idea de la “concertación democrática” y de la alternancia, un planteamiento que ha orientado a su partido UDC en sus coyunturales alianzas hasta ahora.
El antecedente es aún más viejo: Pérez Arreola fue criado en sus primeros años por su tío, el general Manuel Pérez Treviño, veterano de la Revolución que es conocido principalmente como el primer presidente del Partido Nacional Revolucionario, primer nombre que tuvo el PRI. Los méritos revolucionarios del general se admiten en la guerra, la política y la diplomacia: inició sus andanzas en la Revolución Constitucionalista de 1913 como capitán de artillería; combatió a los villistas y en 1920 suscribió el Plan de Agua Prieta, lo que le convirtió en importante figura de la llamada Dinastía Sonorense, empezando como jefe del Estado Mayor con Álvaro Obregón.
Con Obregón, fue secretario de Industria y Comercio, gobernador provisional de Coahuila en 1923 y gobernador constitucional de 1925 y hasta 1929, cuando regresó a la arena nacional como presidente del PNR. Durante el Maximato, se desempeñó como secretario de Agricultura en el período de Pascual Ortiz Rubio y disputó la candidatura presidencial al general Lázaro Cárdenas, pero al no conseguir su propósito fue enviado al servicio diplomático.
Fue embajador en Chile, España, Portugal y Turquía. Sin embargo, fue la embajada en España la que le dio un lugar en la historia cardenista pues durante su misión diplomática, en 1936, estalló la Guerra Civil, de manera que le correspondió la acogida de asilo de lo que más tarde sería el exilio español.
En 1939, Pérez Treviño fundó el Partido Revolucionario Mexicano Anticomunista, una oferta que pretendidamente buscaba reivindicar la Constitución de 1917, plegándose al ideal democrático y alejándose del socialismo cardenista así como de los fascismos. En esa formación se alinearon varios prominentes callistas que pretendían postular a Joaquín Amaro, una empresa fallida en todo sentido. En 1945, el general Pérez Treviño falleció.
Evaristo Lenin no se dice particularmente orgulloso de su antecedente revolucionario y prefiere referirse, en entrevista, a sus propias batallas:
“Nuestra historia permanente es de luchar en oposición desde la izquierda, contribuir a la vida sindical, luchar en la frontera por mejorar condiciones de vida y apoyar a los migrantes”, dice.
Entonces recuerda la huelga que encabezó durmiendo en la calle para exigir un hospital; el trabajo legislativo que frenó la venta de la cartera vencida de Infonavit; la caminata de tres días en rechazo al muro fronterizo y, por supuesto, sus diferentes apuestas por procurar la alternancia en coaliciones.
“NO SOMOS OPORTUNISTAS”
Desde el 2000, las coaliciones que ha integrado el partido UDC han privilegiado principalmente al PAN y, de hecho, en 2017 Evaristo Lenin Pérez Rivera decidió declinar su postulación a la gubernatura a favor del panista Guillermo Anaya Llamas.
Dichas elecciones fueron parejas y mantuvieron en vilo la victoria priísta durante meses en los que el conflicto social poselectoral asomó, si bien, la disputa se mantuvo principalmente en el ámbito judicial electoral. Hoy, a cinco años de distancia, el PAN está en el sótano con menos del 13 por ciento de las preferencias y UDC cedió parte de su estadística a Morena o la coalición que con dicho partido formó.
“Nos han querido etiquetar de ser partido coyuntural, oportunista. Pero habría que verlo con toda frialdad y sensatez: el oportunismo hubiera estado en aliarnos con el PRI. Había más partidos estatales en Coahuila y todos desaparecieron; subsistir ha tenido un costo para nosotros pero aun así, resistir nos ha permitido tener el partido local más exitoso del país. Vamos para 30 años y eso se dice fácil pero con una ley electoral inequitativa es complejo”.
Pero pasar de coaligarse con el PAN a hacerlo con Morena… –se le comenta.
Nosotros no hemos cambiado de partido. Hemos hecho alianza con el PAN, por ejemplo, y nos hubiera gustado mucho que la alternancia se hubiera concretado con el PT y en su momento con el PRD.
“Pero, lo debo decir: por un largo período esos partidos han sido sucursales del PRI. La izquierda de Coahuila estaba subordinada al PRI y el único vínculo competitivo era con el PAN, no por coincidir ideológicamente sino porque era la oportunidad de sacar al PRI, por la tragedia de inseguridad y endeudamiento irresponsable que vivió Coahuila”, añade.
Ciertamente, en 2017 la alternancia estuvo a punto de concretarse. Para esa elección, Evaristo Lenin acudió al planteamiento de su padre: la “concertación democrática” que a su juicio era “lo mejor para Coahuila”.
“Tristemente, la izquierda no estaba en condiciones de competir”.
En 2021, UDC se alió a Morena y el intento fue un desastre. Les tiraron la coalición, la candidatura a reelección de Evaristo Lenin como diputado federal y la candidatura a la alcaldía de Ciudad Acuña. Aun así, volvió a ganar en la ciudad fronteriza así como en Múzquiz.
Hay en el horizonte inmediato la posibilidad de que desde dentro de los partidos que irían en coalición (Morena-PT) se hagan reclamos –se le comenta.
Seguro sí. En el debate interno en la historia de Morena está permanentemente el posicionamiento de sus miembros fundadores –que hicieron un gran esfuerzo por concretar Morena– por no dar cabida a candidaturas externas. Es lo que están viviendo Ricardo Mejía, por su participación en 2018, o Luis Fernando Salazar, por su historia en el PAN.
Luego reivindica su historia de oposición y añade: “Nuestra historia es que en la época del moreirato, haber ganado en esos momentos fue difícil y complejo. Por eso me siento con valentía y argumentos para decir que, si se voltean los ojos a nosotros, sabemos cómo ganarle al PRI”.
LA BATALLA DE 2023
Evaristo Lenin Pérez Rivera asegura que buscará la gubernatura con o sin Morena. Considera que la alternancia es necesaria y expresa:
“La alternancia va más allá de sacar al PRI, de lo que se trata es de colocar a Coahuila en las mejores condiciones de competitividad y de reducción de los indignantes márgenes de pobreza que tenemos en el estado que hoy observamos”.
La referencia no es ociosa pues admite buenos indicadores de seguridad y desarrollo económico, pero plantea que es necesario ir más allá: una distribución más justa de la riqueza en las regiones y un esquema de seguridad que sea real, pues sostiene que lo actual es de una “paz aparente”. Entonces sigue con sus propuestas.
En la actual coyuntura, un camino se le abre y es la aparente violación de normas electorales por parte de varios de los aspirantes que ya recibieron un apercibimiento de las autoridades electorales.
“El PRI nos demostró el año pasado, con gran eficiencia, una estrategia jurídico electoral que jugó parte de esto. No sólo era la movilización clientelar sino una estrategia jurídica. A mí me costó caro, se me cayó la candidatura a la reelección. A Luis Fernando, la de Torreón. Quien no haya entendido eso me parece que está acudiendo a un alto grado de irresponsabilidad y se coloca en una aventura…”
¿Qué puede suceder? –se le inquiere.
Lo que puede suceder es que se vaya al registro, la candidatura sea impugnada, nos vayamos al período de campaña sin campaña y nosotros estancados como sucedió el año pasado –dice.
“Es una preocupación para mí porque se está jugando al filo de la navaja y a mí en particular lo que me señala mi equipo jurídico es que ya se pasaron del filo de la navaja. Esta situación está poniendo en riesgo la consolidación del proyecto de alternancia.
“Si la judicialización prospera, quedaríamos Guadiana y yo. Tendremos que escuchar a la gente y hacer una evaluación serie de rentabilidad política y conexión en el mensaje de cada uno. No tengo obsesión de ser candidato, pero sí tengo un sueño de alternancia, de ser gobernador para bien y para cambiar de fondo… ¡Vaya! Le conviene hasta al PRI que se refresque la política para bien de todos los coahuilenses”.
Las condiciones de Morena son luego el siguiente paso de la entrevista. Evaristo Lenin asegura que se están preparando como si fueran solos, fortaleciendo estructura y rechazando inclusive participar en los procesos internos de Morena.
“En el escenario de ser llamados, estamos listos. Nada más que a mí no me gusta participar… a Lenin le gusta ganar las elecciones. Yo digo con toda humildad que podremos contender fuertemente por el triunfo electoral si concretamos la alianza, de lo contrario, la UDC participará solo, ganará distritos y tendrá una votación digna en la de gobernador”.
La decisión en Morena se ha postergado hasta octubre. Eso también alarga, de acuerdo con el entrevistado, la operación de unidad y la definición de la alianza.
“Sobretodo que se generen las condiciones de certidumbre para saber si quien quede tiene el respaldo de los coahuilenses, porque si no es así y se genera un esquema de trampa y simulación (en la designación de candidato), renunciar a la posibilidad de ir por la alternancia, analizaremos qué vamos a hacer”, concluye.
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