Ciudad de México.- Este 2023 será definitorio para el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Las elecciones de Gobernador en el Estado de México y Coahuila podrían significar la desaparición casi completa del partido al que le quedaría una sola entidad en manos, Durango, que hace un año ganó en alianza con el Partido Acción Nacional (PAN).
El panorama para el PRI aún es incierto. En las encuestas sale como el partido por el que la gente no votaría, pero Edomex y Coahuila tienen algo distinto: el tricolor los gobierna desde hace décadas y por lo tanto hay en ellos una estructura que abarcan distintos estratos sociales que operan en conjunto para alcanzar objetivos electorales. Cada elección es una muestra de ello.
Aunque había incertidumbre respecto a la alianza Va por México, que vino a inyectarle vida al PRI en las elecciones de 2021 y 2022, las dirigencias nacional del tricolor y de los partidos Acción Nacional (PAN) y el de la Revolución Democrática (PRD) dejaron esa decisión en las dirigencias locales, que reconocieron la necesidad de ir en bloque y durante la última semana del 2022, el Consejo Político Nacional (CPN) del PRI aprobó la suscripción de convenios de coalición con el PAN y el PRD para las elecciones del 2023 en el Estado de México y Coahuila.
En el Estado de México, de acuerdo con la encuesta de Reforma publicada el pasado 14 de diciembre, Morena que anunció que irá con Delfina Gómez lleva la delantera en las preferencias electorales con el 55 por ciento, mientras que en un “lejano” segundo lugar quedan los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) con Alejandra del Moral —denunciada por Morena ante el enorme despliegue de espectaculares en el estado—, que obtienen en conjunto el 29 por ciento de la intención del voto, y el Senador Juan Zepeda de Movimiento Ciudadano (MC), el 16 por ciento.
Una pregunta de la encuesta pinta en gran medida el reto para el PRI, ya que ante el cuestionamiento “Desde su punto de vista, ¿qué es mejor para el Estado de México en este momento?”, el 75 por ciento de los encuestados consideró que es mejor para la entidad que haya un cambio de partido en el Gobierno; seguido por del 19 por ciento que prefiere que siga gobernando el PRI.
Hasta el momento, en Coahuila, el único candidato definido es el de Morena que va con el empresario Armando Guadiana. Aunque la elección se definió mediante diversas encuestas, la decisión causó inconformidades iniciando con las del otro aspirante a ese puesto, Ricardo Mejía Berdeja.
Sin embargo, en una operación cicatriz, Guadiana designó a sus oponentes como operadores de campaña, es decir, el exdiputado federal Fernando Salazar será su coordinador y Mejía Berdeja fungirá como delegado especial de Morena para el proceso electoral estatal.
A esto se suma el anuncio del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), actual aliado de Morena, que amagó ir en solitario para los próximos comicios en los estados de Coahuila y Estado de México. “Seguimos buscando ir solos, es lo que el partido desea no sólo en Estado de México, sino aquí [Coahuila]”, dijo en entrevista con medios de comunicación la dirigente del Verde, Karen Castrejón.
Los sondeos –previos al anuncio de Guadiana– apuntan a que el 47 por ciento del electorado muestra una intención de votar por el PAN, el PRI o el PRD en las próximas elecciones para gobernador del estado. El 43 por ciento opta por Morena o alguno de sus aliados, según la encuesta de El Financiero, publicada la última semana de octubre.
Si los candidatos fueran Armando Guadiana por Morena y Manolo Jiménez por la alianza, reciben 43 y 42 por ciento de apoyo, respectivamente, es decir, la distancia se revierte.
La historia del PAN en el Estado de México y Coahuila tiene claroscuros: en el primer estado, diversas maniobras lo han llevado a ser cuarta fuerza política y en el segundo, ha buscado alianzas desde 1999 para poder competirle al PRI, quien gobierna ambas entidades desde el año de 1939.
En el caso de Coahuila, la alianza del PRI y el PAN significa la conclusión de una fuerte competencia, ya que en el 2017 el PRI le ganó al PAN por solo 30 mil 860 votos. La batalla emprendida por el PAN en ese estado ha sido complicada al grado de que el blanquiazul apostó por las alianzas desde 1999.
El caso del Estado de México es distinto y ha sido más complicado para el PAN, porque, aunque ha apostado por las alianzas, actualmente es la cuarta fuerza política. La semana previa, el propio aspirante panista Enrique Vargas del Villar dijo a Milenio que la alianza perfila realizar actos de campaña conjuntos, en fórmula, entre él y la priista Alejandra del Moral.
EDOMEX, LA GUARIDA
El Estado de México es el objeto del deseo político y puede marcar la caída en picada del PRI o su resistencia; o puede significar un acto histórico para Morena, al arrebatarle la entidad que lleva 100 años gobernando.
En medio de esa algarabía está la realidad: el Estado de México es una de las entidades más inseguras, más corruptas, la que ejerce más violencia contra las mujeres y en donde está el mayor número de población en condiciones de pobreza. Todo eso sustentado con datos.
“Hay temas que le preocupan a los mexiquenses que yo creo que la precandidata y después candidata (Delfina Gómez) tendrán que ocuparse. El tema de la movilidad en el Valle de México, por ejemplo, es un tema fundamental; el tema del transporte público; el tema de la inseguridad; el tema del acceso a la disponibilidad del agua potable; el tema de la contaminación medioambiental, por ejemplo, en todo el Valle de México, son temas que deben estar en la agenda para resolverse; el tema de la producción agrícola en la región norte y el sur del EdoMex; el tema del acceso de los jóvenes a la educación y después al empleo; son temas que seguramente van a estar en las propuestas y yo estoy convencido que en su momento nuestra precandidata y después candidata harán planteamientos muy concretos, muy puntuales, de políticas públicas”, comentó Horacio Duarte, coordinador de la campaña electoral de Delfina Gómez, la semana pasada a SinEmbargo Al Aire.
Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), muestran cómo la violencia y los delitos en el Estado de México triplican en algunos casos la tasa nacional.
Si se revisan los números y tomando la medición de delitos por cada 100 mil habitantes, el homicidio doloso ha mantenido una tasa constante comparada con el comportamiento del delito a nivel nacional pero hasta 2020, pues en el país comienza a bajar pero en el Estado de México, no. Respecto a los feminicidios, la cifra nacional es igual a la de esa sola entidad.
Del delito de extorsión, durante los últimos tres años la tendencia estatal es tres veces mayor a la nacional. En 2015 ese delito se ubicó en 9.6 por ciento por cada 100 mil habitantes y para lo que va de 2022, es de 13.37.
Pero el delito en el que sobresale es el del robo a transeúnte: en 2015, los delitos en el Estado de México eran 155 por ciento más que la cifra a nivel nacional; en 2018, el 75 por ciento; en 2021 el 71 por ciento más y para lo que va de 2022, un 146 por ciento más.
En esa entidad, el PRI, desde 1993, nunca ha obtenido menos de 1 millón 300 mil votos. El año más complicado fue 1999: el único año en el que el PAN fue competencia. El candidato ganador entonces fue Arturo Montiel por solo 225 mil votos más que el panista José Luis Durán Reveles.
Ese acercamiento del PAN al PRI en su bastión fue una señal de lo que vendría en la elección del año 2000 cuando el PAN arrebató al PRI la Presidencia de México.
Sin embargo, luego vino la debacle del PAN mexiquense: en 2005, año en que ganó Enrique Peña Nieto, la batalla no fue con el PRI por el primer lugar, sino con el PRD con su candidata Yeidckol Polevnsky, quien estuvo a 18 mil votos de alcanzar al panista Rubén Mendoza Ayala.
Para 2011, la victoria de Eruviel Ávila fue abrumadora –con más de 3 millones de votos– y el PAN quedó formalmente en tercer lugar con Luis Felipe Bravo Mena.
Para 2017, la aparición de Morena cimbró al PAN, ya que lo mandó al cuarto lugar, incluso por debajo del PRD. Ese año, Alfredo del Mazo quedó como Gobernador con 2 millones 040 mil 709 votos y en segundo lugar quedó Delfina Gómez, de Morena, con 1 millón 871 mil 568 votos, quien será la candidata guinda en 2023. El PRD, con Juan Zepeda obtuvo 1 millón 084 mil 549 votos y el PAN, con Josefina Vázquez Mota, quedó en cuarto con 682 mil 520 votos.
Ahora parece que la apuesta de la alianza es Alejandra del Moral, funcionaria del Gobierno de Del Mazo, quien fue denunciada en días pasados ante la autoridad electoral ante los espectaculares que ha desplegado en todo el estado con su imagen.
“El número de espectaculares de esta señora Ale es directamente proporcional a su miedo de que van a ser derrotados en las urnas, eso de que van a proteger al Edomex, pues la pregunta es proteger, pues que se cuide de los militantes y los dirigentes de su partido que son los que han sido rapaces en el Edomex con actos de corrupción. Yo creo que en ese sentido, e insisto, esta señora Ale tiene bastante temor por eso despliega una campaña anticipada cuando, desde mi punto de vista, sí hay elementos que pudieran ser sancionados por la autoridad electoral”, apuntó Horacio Duarte.
UNA COAHUILA INDEFINIDA
En Coahuila, el PRI busca colocar a Manolo Jiménez, un joven político cercano al actual Gobernador Miguel Riquelme y al exgobernador y actual Secretario General del PRI, Rubén Moreira. El PAN no ha anunciado a un posible abanderado hasta el momento y por el lado de Morena el candidato será el Senador Armando Guadiana.
Al igual que en el Edomex, quien quede se enfrentará a problemas que se arrastran desde hace años.
Los ciudadanos de Coahuila ocupan el cuarto lugar de los más endeudados del país. En los últimos años la deuda que han adquirido los gobiernos estatales coloca a la entidad como la quinta más endeudada del país, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En 2021, según las mismas cifras, la deuda ascendió a los 39 mil 896 millones de pesos y cada coahuilense debería pagar 11 mil 971 pesos para poder saldarla.
En entrevista para SinEmbargo, la priista Dulce María Sauri declaró que ambas elecciones son cruciales para definir el futuro del partido, pues dependiendo los resultados se deberá trazar la ruta a seguir.
“Yo considero que hay todos los elementos para que la coalición electoral compita exitosamente en las elecciones de Coahuila y el Estado de México; considero también que van a ser elecciones altamente disputadas, pero que una vez que pase el 4 de junio, una vez que se haya realizado el proceso electoral, se va a abrir una baraja nueva. ¿Qué trae esa baraja? Si la baraja trae triunfos habrá nuevos actores políticos que se sienten a la mesa, la candidata triunfadora en el Estado de México, el candidato triunfador en Coahuila, un priismo y una coalición electoral con ánimos renovados hacia el 2024. Y si la decisión no favorece a la coalición también se abre otra baraja. Esa baraja va a llevar a revisar la pertinencia de las coaliciones electorales hacia el 2024: dónde, cómo, bajo qué circunstancias, es decir hay otro escenario también”, expuso.
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