Guillermo Anaya: de opositor número uno del PRI a su aliado en 2023

mayo 3, 2023
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Por Arturo Rodríguez García

El panista Guillermo Anaya Llamas es el único político que ha puesto en aprietos la hegemonía priista en Coahuila. Durante dos sexenios, los encabezados por Humberto y Rubén Moreira, respectivamente, no les dio tregua ni ellos se la dieron. 

En 2017 estuvo a punto de ganar la gubernatura. Ahora, a seis años de distancia, el PAN no sólo es aliado del PRI, sino que él coordina entre panistas la campaña de un priista de cepa, el candidato a la gubernatura Manolo Jiménez Salinas.

“Yo fui el opositor número uno del moreirato: el que descubrió la deuda, el que denunció la deuda, el que denuncióa Humberto Moreira y durante 12 años estuvimos peleando para que se esclareciera, se denunciara, se castigara… Los coahuilenses estaban hartos de lo que representaba la familia Moreira”, dice Anaya.

En entrevista con El Coahuilense, sostiene que ese actuar suyo tuvo como consecuencias una persecución y “una andanada del aparato de medios que difundían calumnias”. El propósito, asegura, era someterlo, doblegarlo, al extremo de poner en riesgo su seguridad.

En 2017 el PAN judicializó la elección y Anaya detonó movilizaciones sociales que no se habían visto en décadas en Coahuila. Días antes del cambio de poderes, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) validó la ventaja para Miguel Ángel Riquelme Solís.

La deuda, los saldos de la violencia y la inseguridad durante los gobiernos de los hermanos Moreira fueron factores importantes para que ese año se presentara la posibilidad de vencer al PRI.

Esos mismos temas gravitan hoy en el discurso opositor. A pregunta expresa, Anaya analiza en retrospectiva el presente proceso electoral.

–¿Qué condiciones cambiaron para pasar de ser “opositor número uno” a ser un aliado del PRI en 2023?–, se le cuestiona.

–Las circunstancias cambiaron drásticamente porque Morena entonces era incipiente. Desde el 2018 lo que vemos es todo lo que quisiéramos que hubiera desaparecido y que luchamos mucho para que desapareciera del antiguo PRI autoritario, corrupto y perseguidor de los opositores. Hoy lo encarna Morena en su máxima expresión y viene destruyendo instituciones.

Guillermo Anaya se refiere a leyes e instituciones creadas o reformadas durante los 12 años de gobiernos del PAN (2000-2012), como el Instituto Nacional de Transparencia, las reformas electorales y otras iniciativas impulsadas por su partido desde su fundación en 1939.

“Hoy es un temor constante lo que Morena quiere hacer para destruir la democracia que tardamos 50 o 60 años en construir. Por ello las circunstancias han cambiado drásticamente del 2017 a 2023, y creo que eso es de primera importancia para hacer la coalición que hoy tenemos”.

–Esto ya es un tema que viene de lejos, al menos del 2021… que se trata de una alianza antinatural ¿cómo respondería a ese señalamiento?–, se le plantea.

–Todas las alianzas son estratégicas.

Cuando pones por delante a Coahuila, porque no puede ser de otra forma. Creo que el principal objetivo es que el PAN pone sobre la mesa temas de su agenda que le permiten llegar a esa coalición. Algo importante es que se trataría del primer gobierno de coalición.

“Entonces, lo primero es que en estas circunstancias está la amenaza de la destrucción de instituciones, pero también la amenaza de qué llegue la inseguridad a Coahuila, se ahuyenten empleos… lo más importante es poner a Coahuila como un bien superior”.

SOBRE RIQUELME Y MANOLO

La concreción de la alianza electoral PRI-PAN-PRD estuvo sujeta a diferentes vicisitudes por la ruptura temporal de los partidos en el contexto nacional de 2022, así como por los recelos locales después de décadas de enfrentamiento entre dichos partidos.

–¿Hubo personalidades clave?–, se le pregunta.

–Sí. Hay personalidades clave que trabajan hoy en el gobierno del estado, que antes trabajaban conmigo y fueron amigos míos de años, luego nos alejamos y luego nos volvimos a reencontrar.

–¿Fernando Gutiérrez Simón?–, se le insiste.

–Sí, él es una personalidad clave–, responde.

–Los hermanos Moreira eran sus principales adversarios hasta el 2017 ¿cambió algo con Riquelme?–, se le pregunta.

–El PRI antes del 2006 era otro PRI.

También habrá que decirlo con toda claridad: yo fui alcalde de Torreón (2003-2005) y el gobernador era Enrique Martínez y Martínez, con quien tuve una excelente relación. Eso y dejar a un lado a los partidos políticos para ponernos a trabajar por Coahuila y por Torreón en ese entonces permitió que lográramos hacer cambios muy importantes en crecimiento económico y modernización hasta poner a Torreón en primer plano.

“Pero luego llegó Humberto Moreira y todo eso, incluso lo que había construido el PRI de Enrique Martínez, se echó por la borda. Nosotros empezamos a hacer una oposición al régimen del moreirato, de Humberto-Rubén, que querían desaparecer a la oposición”.

Añade: “Luego, tras la sentencia del TEPJF y la llegada de Riquelme en 2017, empieza una relación diferente a la de los Moreira, una relación de respeto con el PAN, con Marcelo Torres como líder del Congreso y con el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño.

Yo creo que eso cambió la dinámica de los 12 años anteriores con Humberto-Rubén Moreira”.

–¿En este contexto de pragmatismo político hay atributos que usted observa en Manolo Jiménez y en la camada que está en estos momentos acompañándolo?–, se le cuestiona.

–Sin duda veo muchos atributos y estos atributos fueron base fundamental para que el PAN pusiera a Coahuila por delante, que fuera en una coalición–, responde.

Los “atributos” a los que se refiere se basan en temas en los que coincide con Manolo Jiménez: regresar el Seguro Popular o una política similar de atención a la salud de los más pobres; en materia de seguridad, mayor capacitación y proximidad de policía con ciudadanos; regresar las estancias infantiles, y ofrecer oportunidades para las jefas de familia y becas para los jóvenes.

“Yo creo qué Manolo pertenece a una nueva camada de jóvenes, y que en el gobierno de coalición será sumamente importante esta visión. Nosotros quisimos también hacer lo mismo en el PAN con Gerardo Aguado, Blanca Lamas, Alfredo Paredes y Edith Hernández, que todos son jóvenes candidatos a diputados, tres son mujeres jóvenes y le dan un nuevo rostro a la política de Coahuila que encabeza Manolo Jiménez.

“Eso, la juventud y la forma de hacer política, facilitó mucho estos planteamientos que el PAN puso sobre la mesa. Es una nueva camada que enfrentará retos conformando un gobierno de coalición, con ideas nuevas y frescas”.

LODOS DE 2017

Durante la entrevista Anaya Llamas no ofrece mayores detalles sobre las negociaciones que derivaron en la alianza PRI-PAN-PRD. Prefiere concentrarse en la necesidad de la coalición como única vía de frenar a Morena que, considera, es un partido ideológicamente antagónico a pesar del pasado local.

Pero la entrevista gira sobre el pasado que lo trajo a este punto después de una trayectoria que inició en el congreso local en 1997, lo llevó a la alcaldía de Torreón en 2002, al Senado de la República en 2006 y a la Cámara de Diputados en 2012. Dos veces contendió por la gubernatura, en 2011 y en 2017, llevando como aliado a Evaristo Lenin Pérez Rivera, hoy candidato de la UDC-PVEM.

–Habla usted de un trato diferente a la oposición en el gobierno de Riquelme.

¿Marcelo Torres y Jorge Zermeño no tuvieron el trato que tuvo usted?.

–Yo creo que a nadie le ha ido como a mi con los Moreira–, dice.

–¿A qué atribuye ese encono?.

–Yo creo que es lo que hicieron con el poder porque Humberto era uno cuando gobernaba Saltillo y yo gobernaba Torreón. Tuvimos una relación sana, cordial. Pero el primer día que llegó de gobernador enloqueció de poder y su hermano igual.

“Yo creo que algunos temas culturales, complejos (que vienen) de la infancia… pero enloquecen totalmente y bueno, pues ahora lo podrás ver: lo que a mí me pasó le pasó a muchos compañeros de partido de ellos mismos; yo creo que fue eso una soberbia y un enloquecimiento de poder brutal lo qué fue, deja tu que lo haya padecido yo, lo padecimos los coahuilenses”.

Guillermo Anaya hace un recuento a petición expresa del reportero: sostiene que lo culpaban de corrupción, de narcotráfico, de todo lo que pasaba en Coahuila.

“Tuve momentos muy difíciles en mi seguridad, la de mi familia, mis padres, Elisa mi hermana, por no someterme al régimen de los Moreira”, comenta.

En el recuento dice que él y su familia pudieron superar aquello con el paso del tiempo: “El lodo se seca y se cae, porque teníamos una razón y unos principios por los cuales luchar frente a todas las calumnias y enfrentamientos. Al final, el tiempo nos dio la razón y la gente se daba cuenta de los atropellos”.

En el camino, Anaya Llamas dejó a varios amigos, compañeros de partido y de su equipo: Fernando Gutiérrez Simón, quien se incorporó al gobierno de Miguel Ángel Riquelme; Luis Gurza Jaidar, que se sumó al de Moreira y sigue en la estructura gubernamental; José Ignacio Máynez, hoy magistrado; Ignacio Corona, que se fue a Morena, lo mismo que Luis Fernando Salazar. Toda una camada de panistas –jóvenes en los noventa– que terminaron apartados.

“Yo trato siempre de hacer equipo, de formar, de tratar de que compartamos proyectos comunes y que podamos ir haciendo camino en el andar. Eso ha pasado después de que por algún conflicto de intereses entre ellos –no conmigo, conmigo nunca he tenido un conflicto de intereses con esos personajes que platicamos hoy–, o con alguien más, ellos decidieron irse por otro camino, pero sin ningún agravio personal.

“Trato de nunca tomar las cosas personales. Siempre en la vida hay momentos de encuentros y distanciamientos y siempre he sido una persona totalmente abierta. Tengo poca memoria para el agravio, para el rencor, y eso me permite vivir tranquilamente. Hoy nos estamos encontrando de nuevo porque estamos en una coalición. Entonces, ahora sí que cada quien toma un camino diferente cuando se abre un espacio, y yo lo respeto”.

–¿Qué pasó con Luis Fernando Salazar?

–Platiqué yo con él semanas antes de que tomara la decisión de irse y yo consideraba que era un grave error que se fuera porque era la ideología (de Morena) diametralmente diferente de lo que nosotros pensábamos, lo que habíamos construido y trabajado durante 20 años o más. Él acababa de ganar la diputación por el PAN y eso abría un camino sumamente importante para él, para el panismo de Coahuila. 

Te estoy hablando del 2018. Pero pues… ya tenía voces cercanas que le estaban dando, ahora sí que el canto de las sirenas, que se fuera para allá (a Morena) y pues no hubo poder para convencerlo de que no diera ese paso. A partir de que lo dio, como PAN somos antagónicos de Morena, somos un partido que tiene principios totalmente diferentes a los que promulga Morena, y pues ahí nos distanciamos; platicamos dos o tres veces a lo largo del camino, pero luego ya tomamos caminos diferentes”.

DE LA GRAN DERROTA Y EL FUTURO

Para Guillermo Anaya Llamas el proceso electoral de 2021 significó una derrota estrepitosa. De haber disputado la gubernatura en 2017, cuatro años después el PAN se fue a un lejano tercer lugar. El PRI sacó la mejor parte de un proceso en el que Coahuila fue una de las escasas excepciones de coalición en el país.

–¿Controla usted el PAN? ¿Es el PAN de Coahuila de Guillermo Anaya?

–Algunos de mis detractores, sobre todo en esa época difícil con Moreira, siempre trataban de ponerme ese signo para echarme enemigos, pero el PAN es un partido diferente a otros porque somos horizontales, no se permiten las líneas. Hay ejemplos claros en las sucesiones presidenciales de 2006 y 2012, o con las dirigencias nacionales del partido.

El entrevistado sigue con su propia historia: en 2015 dejó de ser diputado federal y en 2017 consiguió la candidatura con dos años de no tener cargo público y 12 años de no contar con presupuesto. Lo hizo frente a otros panistas que en ese momento ostentaban cargo.

“Trato de ser cercano a las causas de mi partido, a las causas de la sociedad y eso me permite tener una voz importante dentro del PAN. Pero yo nunca he sido ni dirigente municipal ni dirigente estatal. Fui secretario general a nivel nacional, pero es el único cargo relevante que he tenido hace muchos años en mi partido”.

La cuestión es ¿qué le pasó al PAN y cómo llegó a la coalición que hoy integra con el PRI y el PRD?

Anaya revela que en 2021 las encuestas reflejaban que era preferible ir en alianza con el PRI y el PRD en todo el país. “En Coahuila. Todavía estaba este encono con Humberto y Rubén Moreira, y los resabios de esos enfrentamientos. Fuimos solos en el 2021 a las diputaciones federales, a las alcaldías y no nos fue bien.

De hecho, quedamos en un lejano tercer lugar por varias circunstancias: malos gobiernos, nos alejamos de nuestras causas, no comunicamos bien, pero sobre todo no escuchamos a la ciudadanía. Nos alejamos de lo que es el valor principal de Acción Nacional que es un partido lleno de ciudadanía, de democracia y nos alejamos de esos principios, y la ciudadanía también nos dijo: ‘no, no queremos por ningún motivo que Morena llegue a Coahuila’, y entonces hubo un voto útil y eso hizo que nos quedáramos en un tercer lugar”.

Agrega: “Para el 2023 pues hubo que escuchar a las voces de los ciudadanos que nos decían: ‘nos importan poco sus agravios y sus diferencias, únanse por Coahuila porque no queremos que llegue el desastre de Morena’. Entonces, esto que había pasado en el 2021 empezó a cambiar y algo sumamente importante en los seis años de Miguel Riquelme ya no tuvimos los atropellos y enfrentamientos que hubo en la época de Humberto y Rubén Moreira con el panismo.

“Y también algo sumamente importante: Manolo Jiménez, en las dos ocasiones que gobernó Saltillo, tendió puentes con los principales liderazgos del PAN de Saltillo. Entonces ya no había un agravio como lo teníamos antes; es decir, como te platiqué, en la época en que Enrique Martínez era gobernador y yo era alcalde, PAN y PRI teníamos una relación buena, respetuosa. Riquelme empezó a sanar esos agravios… Yo creo que esos puentes fueron fundamentales para poder lograr las alianzas de hoy”.

–¿Y sus aspiraciones?.

–Para 2024 estoy visualizando algunas rutas, aún no la tengo definida.

“Primero es coordinar la campaña de Manolo Jiménez. Hacer que ganemos la mayoría en el congreso local, que ganen nuestros cinco candidatas y candidatos, y la mayoría de los otros 11 distritos, y por supuesto queremos la gubernatura, que haya un buen gobierno de coalición y que el PAN contribuya a que ganemos esta elección del 4 de junio”.

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Arturo Rodríguez García

Director en El Coahuilense y Notas Sin Pauta; reportero en la revista Proceso y columnista en El Heraldo de México.

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