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Tres prelados mexicanos estarían bajo escrutinio del Vaticano por acusaciones de abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes. Se trata del obispo de Piedras Negras, Coahuila, Alonso Gerardo Garza Treviño; el obispo de Culiacán, Jonás Guerrero Corona; y el obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz.
Anne Barret Doyle, codirectora de Bishop Accountability, una organización dedicada a investigar casos de abuso sexual en la Iglesia Católica, informó que dicha investigación arrojó evidencia que señala a estos jerarcas religiosos por encubrir y proteger a sacerdotes pederastas.
En conferencia de prensa Barret Doyle hizo un llamado a las autoridades civiles y al papa Francisco para que tomen cartas en el asunto, investiguen a fondo estos casos de encubrimiento y entreguen a los responsables a la justicia.
Además presentó una lista de obispos y arzobispos eméritos mexicanos que también están bajo sospecha de presunto encubrimiento de casos de agresiones sexuales perpetradas por sacerdotes católicos contra menores de edad.
Entre los mencionados se encuentran los obispos de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos; de Zamora, Javier Navarro Rodríguez; de Tuxtla Gutiérrez, Fabio Martínez Castilla; de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas López; así como los arzobispos eméritos José Luis Chávez Botello y Juan Sandoval Íñiguez.
La codirectora de Bishop Accountability señaló que estas investigaciones no son nuevas, ya que el nuncio apostólico Franco Coppola reveló a un diario en 2021 que al menos 12 obispos mexicanos estaban siendo investigados por el Vaticano por casos de encubrimiento.
“Coppola admitió que casi el 20% de los sacerdotes considerados culpables tuvieron la oportunidad de regresar al ministerio».
De los 328 sacerdotes acusados, dijo Coppola, 134 habían sido retirados permanentemente del ministerio, pero otros 60 que habían cometido «abusos leves y no repetidos», por lo que se consideraron «no enfermos psicológicamente de ninguna manera para retomar el sacerdocio».
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