La Gran Huelga, la crónica de un movimiento heroico

octubre 19, 2024
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Ciudad de México.- En “La crónica de un movimiento heroico”, parte de la colección La Gran Huelga CINSA-CIFUNSA, Lilia E. Cárdenas Treviño recupera la memoria de aquellas crónicas que hizo para el periódico El Independiente en 1974 sobre el movimiento obrero que en su momento paralizó la vida económica, educativa y social de Saltillo. 

Con el periodista Arturo Rodríguez, director de El Coahuilense Noticias, como moderador, y Arturo Alcalde Justiniani como presentador en la Feria Internacional del Libro en la Ciudad de México, Lilia Cárdenas evoca aquella crónica de lo que observaba, de las conversaciones y los eventos que marcaron el proceso de lucha cuando ella era apenas una estudiante de la entonces Escuela de Jurisprudencia. 

Desde el Foro Elvia Carrillo Puerto, en el zócalo de la Ciudad de México, Lilia Cárdenas destacó el papel de la cultura en el movimiento de CINSA-CIFUNSA, que tuvo como antecedentes una obra sobre la masacre en Tlatelolco, hechos poco conocidos en Saltillo debido a la nula difusión de los medios y que fue una “bomba” tal que causó el despido del director de la Alianza Francesa de los Estudiantes. 

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El siguiente episodio cultural sobresaliente fue relacionado con la autonomía de la universidad y la primera votación de los estudiantes para elegir al rector y, finalmente, el asesinato de Salvador Allende, que en la universidad llevó a realizar la cantata de Santa María de Iquique, representación de una gran huelga en Chile. 

“Ya éramos guerrilleros de la cultura, porque atrás de cada estudiante de la universidad había una familia”, explicó Lilia Cárdenas sobre el contexto que se había desarrollado en Saltillo cuando llegó el movimiento de CINSA y CIFUNSA y que es una de las reflexiones del movimiento: la cultura como herramienta para transformar la sociedad. 

También observó la importancia de no confiar en un liderazgo único sino hacer los movimientos circulares con participación de los miembros: “Todos debemos ser líderes para transformar la sociedad, porque en el caso de CINSA-CIFUNSA hubo una traición de un líder”. Al respecto, en la crónica de Lilia Cárdenas se narra quiénes fueron los traidores, a pesar de que en su mayoría fue un movimiento muy solidario. 

Por su parte, Arturo Alcalde Justiniani narró cómo fue su participación en La Gran Huelga como miembro del Frente Auténtico del Trabajo (FAT), organización que este 2024 cumplió 64 años de lucha, y el papel fundamental de Nelly Herrera y Socorro Díaz, dos mujeres trabajadoras que fueron afectadas por la falta de garantías de seguridad que diseñaron una estrategia de defensa. 

Tras la destitución del líder sindical charro, Margarito Carranza, los obreros del Grupo Industrial Saltillo, que agrupaba unos 6 mil trabajadores en las empresas CINSA-CIFUNSA, tomaron las instalaciones de la Junta de Conciliación y Arbitraje, que de manera inédita reconoció la nueva directiva sindical y emplazaron a huelga.

En respuesta, la soberbia de los empresarios obstaculizó las negociaciones y, en respuesta al movimiento obrero, cerraron las empresas con placas de acero y comenzaron un proceso jurídico que llevaría meses desahogar, con el fin de hacer desistir a los trabajadores. 

Sin embargo, estas acciones se interpretaron como agresiones y propiciaron que la inconformidad y el encono acumulado de años comenzara a tomar una forma organizada y decidida por parte de los trabajadores, acompañada de una gran solidaridad porque el pueblo de Saltillo estaba cansado de los abusos de los empresarios. 

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El movimiento creció cada día, las esposas de los trabajadores mantuvieron la resistencia a pesar de las necesidades, los empresarios lanzaron una campaña constante de desprestigio en la que tildaba de comunistas a los obreros y la Iglesia se dividió debido al apoyo manifestado por el sacerdote Pedro Pantoja, quien sostuvo discusiones al respecto. 

Como reflexión, Arturo Alcalde criticó el actual movimiento sindical, con los mismos liderazgos, prácticas, opacidad y simulaciones, además de que una parte del sindicalismo se ha incrustado en el propio partido Morena. 

“Han pasado 50 años y no puede ser que después de toda esa energía, esa entrega, de esa lucha de los trabajadores, finalmente termine en un movimiento sindical tan imperfecto”, observó y puntualizó que es necesario reeditar la lucha desde abajo.

“Esa es la gran enseñanza de CINSA-CIFUNSA, que hay que trabajar por abajo, con grupos de jóvenes, de mujeres, con gente decidida, no por arriba no por esta ansia que tiene una parte del movimiento sindical de tratar con el Estado y de hablarle a los políticos, sino para reclamar la lucha por el salario, por la auténtica transparencia”, concluyó. 

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