EL COAHUILENSE
Testigo de episodios secretos en la vida del sindicato más grande de América Latina, observador de las vicisitudes de la vida pública y miembro de una familia protagónica del poder desde hace dos décadas, Carlos Moreira Valdés ha formado parte de la cúpula del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
De sus primeros intentos por asumir la dirigencia de la Sección 5 en los 90, un exilio y su regreso para concretar esa aspiración, pasó a dirigir la Sección 38 y, posteriormente, a incorporarse a la dirigencia nacional, una posición desde la que este año decidió publicar La Maestra (Espasa. 2022), una novela en la que aborda –con la advertencia de que es una ficción– la vida pública de Elba Esther Gordillo Morales.
El relato, sin embargo, deja ver aspectos torales de la política y el sindicalismo mexicanos: la corrupción que abarca lo mismo a la disidencia que al periodismo; los conciliábulos con el gobernante en turno; la inverosimilitud de episodios públicos; la connivencia y la traición, condición frecuente en la política y que inspira el subtítulo del libro: “Su última enseñanza: nunca confíes en nadie”.
En entrevista con El Coahuilense, Carlos Moreira expone cómo es que entre lo público y lo no tan público construyó el relato sobre Gordillo.
De lo público, Carlos Moreira recorre una realidad política poco conocida por las nuevas generaciones. Recuerda por ejemplo sucesos como el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en 1993, cuando presuntamente lo confundieron con El “Chapo” Guzmán y los ejecutores viajaron impunes en vuelo comercial; o bien, el episodio sobre “La Paca” Zetina, aquella vidente que acompañó las investigaciones por el asesinato del diputado tamaulipeco Manuel Muñoz Rocha en el rancho “El Encanto” de Raúl Salinas de Gortari.
“Si lo vemos a la distancia, decimos: ‘esto no es cierto, no pudo ser posible, sería un chiste de país’, pero es la realidad que vivimos todos y quizás un día digamos lo mismo del avión que se iba a rifar y nunca se rifó. Hemos sido testigos de ciertos episodios que parecieran ficción”.
–¿Es la de Elba Esther una historia surrealista? –se le pregunta.
–Es la vida de la maestra. Desde mi punto de vista, es la vida del personaje sindical más importante que ha tenido este país, más que Fidel Velázquez–, responde.
“Fue interlocutora con gobiernos, no un instrumento de gobiernos; fue una persona que ha vivido siempre al extremo en sus decisiones y en sus actitudes. Es alguien extraordinario, no es alguien cotidiano, que tiene una biografía extraordinaria porque además ha convivido con el poder desde 1989”, dice.
LA RUPTURA
La novela recorre de manera zigzagueante la trayectoria de Elba Esther Gordillo: de su exclusión del círculo de su predecesor, Carlos Jonguitud Barrios, a su estancia en prisión; de su acercamiento con los factores de poder –del salinismo hasta su relación y ruptura con Enrique Peña Nieto–; de su relación y oferta democratizadora con la disidencia sindical a su conversión en líder casi vitalicia del SNTE; y de las traiciones, destacadamente, la de Juan Díaz de la Torre.
La novela inicia precisamente en las horas que precedieron a la detención de Gordillo, cuando recibió la invitación a encontrarse con los entonces secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, y de Hacienda, Luis Videgaray. Como antecedente de esa celada existe un proceso de deterioro con el peñanietismo que Carlos Moreira explica:
En resumidas cuentas –dice–, la maestra llegó a finales de 2011 con la mejor relación con Peña Nieto. Había trabajado con varios gobernadores (Humberto Moreira de Coahuila, Rodrigo Medina de Nuevo León, Egidio Torre de Tamaulipas, Francisco Olvera de Hidalgo, entre los más cercanos). De repente, en enero de 2012, la coalición con el Partido Nueva Alianza (Panal), controlado por Gordillo, se rompió. Moreira recuerda que esa fractura redujo el margen de victoria de Peña Nieto en la elección presidencial; es decir, el 4% obtenido por el Panal que llevaba como candidato a Gabriel Quadri.
Comenta que esa situación se vio agravada por la visión que el propio Peña tenía sobre los sindicatos y sobre la condición que su gobierno les impuso: no entrometerse en una serie de reformas estructurales, entre ellas la educativa, para la cual le estorbaba Elba Esther en el SNTE. Entonces se fue a la cárcel.
–¿Por qué novelar una historia que vivió de cerca?–, se le pregunta.
–Por tres motivos: haber estado cerca de un personaje de esa dimensión, saber su comportamiento y tomarlo como punto de partida para explicar lo que todos vivimos en estos años, en estas décadas–, dice.
Carlos Moreira admite que hay algunos episodios que pasó por alto en su relato. A pesar de su proximidad, afirma que su interés en todo momento fue matizar, evitar el maniqueísmo con el que se busca conocer a personalidades del poder que sataniza y dimensionar con justicia el papel de Gordillo Morales.
Y es que, a pesar de las críticas, Carlos Moreira sostiene que hay logros significativos que explican el largo liderazgo de Gordillo: cuando inició su dirigencia, los profesores ganaban 1.4 salarios mínimos; al dejar ésta, ganaban 4.5 salarios mínimos; es decir, triplicó el salario.
En contraste, aceptó una reforma pensionaria que tiene a las futuras generaciones de jubilados condenados a la miseria: se habrán de pensionar con el 25% de su salario.
-Entonces, ¿no es una apología?–, se le cuestiona.
–No, ni es propaganda para que ella regrese. El libro no es tampoco una crítica mordaz a la maestra. Es lo que para mí atravesó México durante un período que inició en 1989 por lo que viví como un actor más en el sindicato y lo que vi como cualquier otro ciudadano.
El autor aborda diferentes aspectos de la política mexicana, la situación de inseguridad, el contraste con otras naciones del mundo…
NI MANIQUEÍSMO NI SATANIZACIÓN
En un sindicato como el magisterial, donde la democracia es uno de los aspectos más cuestionados y la verticalidad es fondo y forma de hacer política, Carlos Moreira lanzó su libro formando parte de la dirigencia nacional y con notoria influencia en las secciones 5 y 38.
En ese contexto, el cuestionamiento obligado al autor es sobre las consecuencias de publicar el libro:
– ¿Elba Esther conoció su novela previamente?
– Le entregué una vez un primer borrador de la primera parte, pero no hubo comentario alguno. Se la entregué a su círculo más cercano. Hubo comentarios de precisión, de detalles. Sólo eso–, dice.
–¿Alfonso Cepeda (actual dirigente del SNTE) conoció su novela previamente?–, se le repregunta.
–Lo conoció el maestro Cepeda porque es amigo. Le pedí su lectura y opinión. Me dijo que el libro le había gustado. No me hizo ningún comentario, no me dijo “quítale” y eso lo valoro en él: hubo tolerancia, escribí lo que consideré, tuve garantizada mi libertad de expresión–, responde.
Según Carlos Moreira, hace unos dos años que no ve a Elba Esther Gordillo, de quien considera no se encuentra en la posición de volver a la dirigencia sindical e inclusive atribuye los anuncios de su eventual regreso a la presión que los miembros de su círculo cercano ejercen debido a la dependencia que de ella tienen en sus propias trayectorias personales.
La novela, sin embargo, no aborda más allá de lo relacionado con la vida pública del entorno de Elba Esther Gordillo, cuya biografía personal y familiar ha tenido momentos trágicos, como su temprana viudez, su segundo matrimonio, las penurias económicas, los fallecimientos de un nieto y de su hija Mónica, entre muchos otros.
Al respecto, Carlos Moreira concluye: “No quise meterme en el morbo que muchos esperaban. No quise hablar de sus problemas personales, de sus tragedias –que las vivió en todo ese tiempo–, no quise mencionarlas porque no le vi relevancia para la vida del país ni del sindicato. Eso lo dejé fuera. Y sí puntualizo las cosas positivas y negativas de su actuación sindical y política, evitando el maniqueísmo y la satanización a las que muchos son proclives”.
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