Mayra Arenas: valentía cocinada a fuego lento

marzo 8, 2025
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Por Kristel Reyes 

Por años el mundo restaurantero y gastronómico a escala local ha sido liderado principalmente por hombres. Pese a ello, la chef Mayra Arenas se ha abierto camino con pasión, talento y determinación. Desde hace siete años es dueña de La Mare Mestiza.

Su historia comenzó al norte de la ciudad, con un local de 35 metros cuadrados donde apenas cabían 18 personas. Más tarde el local creció para recibir a 50 comensales. Ahora, La Mare Mestiza tiene un espacio para 100 personas y es el primer restaurante liderado por una mujer ubicado en el Parque Centro.

Mayra Arenas es una nómada: tiene corazón saltillense, pero su origen es tabasqueño; aunque su niñez la vivió en territorio michoacano y poblano. Después, a los 17 años, migró al norte de México: a Piedras Negras, Reynosa, Laredo, Monterrey y, como último lugar de aterrizaje, Saltillo, donde actualmente es una de las principales empresarias de la Cámara de Comerciantes del estado. “Siempre he dicho: no soy ni de aquí ni de allá, pero Saltillo ya es mi lugar”, dice.

Su amor por la cocina nació desde que Mayra era pequeña. Recuerda que durante muchos años su mamá se dedicó a “monetizar” el oficio. Vio cómo ella sacaba adelante a tres niñas y a sí misma. Fue a partir de la admiración por su madre que nació su amor por la gastronomía nacional.

“Crecí en la cocina; yo le digo a mi mamá que nací en una olla de barro. Ella es mi maestra de vida y, sobre todo, en este ámbito de la cocina. Mi mamá llegó a tener cafeterías: una era la cooperativa de la primaria donde yo estudiaba, otra en una alberca olímpica que se puede comparar al campestre de aquí de Saltillo. Con eso, ella sacó adelante a tres hijas y, a raíz de la gastronomía, supo monetizar estos grandes sabores que, más que alimentar la panza, nutren el alma”, explica Mayra.

Sueño casi intangible

La chef Mayra reconoce que la creación de su propio restaurante nació de un sueño que “no era tangible”, debido a las brechas de género y a la construcción social que dicta que los líderes de las empresas siempre son hombres.

Como principal objetivo de emprendimiento Mayra había pensado en establecer un spa. “Ya estaba a punto de firmar los papeles para poner una franquicia y dije: ‘No, yo no me veo como dueña de un spa; yo me veo yendo al spa’. Ahí me di cuenta de que eso no era lo mío”.

Así que decidió juntar dinero de otro de sus emprendimientos: la venta de bolsas para dama. Gracias a los recursos que logró reunir, decidió irse a la ciudad de Guadalajara a comprar vasos, platos y jarritos de barro que serían el inicio de su gran sueño. “Muchos comensales de La Mare, que en ese entonces me compraban bolsas, ahora vienen aquí al restaurante”.

Retoma que al regresar de su viaje se contactó con una agente de ventas de una reconocida televisora en la ciudad para preguntarle los costos de la publicidad. Fue ahí cuando Mayra, con determinación, creyó en la frase: “Si es posible en tu mente, es posible en tu vida”.

La chef recuerda que al principio no tenía ni idea de lo que se debía hacer. Fue la persona de ventas quien comenzó a bombardearla con cuestionamientos sobre el giro del negocio: “Me empezó a preguntar dónde estaba ubicado y cómo se llamaba, y yo ahí le dije que no tenía nada, pero creía que se llamaría ‘México lindo’ o ‘Cielito lindo’. Realmente no tenía nada, pero me quería preparar para juntar dinero para la publicidad”.

Viaje de sabores

El andar de Mayra por distintas regiones del país marcó su visión culinaria, la pasión por los aromas, los sabores y aspectos. Eso es La Mare Mestiza, dice orgullosa, y explica: “Mare” surge de la combinación de su nombre, y “Mestiza” hace referencia a la fusión de culturas y sabores que ofrece.

“Siempre he sido muy inquieta, de explorar más y más. Nadie pone freno a mi rebeldía, cocino a mi manera. Ser propietaria te da esa libertad creativa y de decisión”.

Otra clave del éxito de La Mare es que siempre busca que el comensal tenga una experiencia gratificante. “Que las personas se sientan como en casa y como si fueran las dueñas del restaurante; porque si algo no está en el menú y yo tengo los ingredientes, trataré de consentir a las personas que vienen a comer. Yo creo que La Mare somos como el abuelito que consiente a sus nietos y les da todo lo que ellos quieran”.

“No se le ocurra cerrar”

La chef Mayra Arenas siempre está metida en la cocina, una vocación que se cocinó a fuego lento desde el seno familiar. Sin embargo, también enfrenta los desafíos que representa ser (desde el 20 de febrero último) la vicepresidenta de Vinculación Turística ante la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) de Saltillo.

Ella lo cuenta así: 

“En la toma de protesta dije una frase que me define: ‘Ocupa tu lugar. Liderazgo en tacones’. Siento que hasta hoy las estadísticas en cualquier ámbito nos muestran que el espacio de toma de decisiones sigue siendo ocupado por hombres, y cuando ven a mujeres liderando entra la duda de si vamos a poder o si tenemos experiencia. 

“El simple hecho de ser mujer te resta un poco de credibilidad por la experiencia porque a lo mejor nos ven como una pieza débil, con menos aguante, cuando la realidad es que la mujer es la digna representante de la resiliencia”, asegura.

“Cuando una propone algo nos piden pruebas sobre si funcionará; pero si un hombre lo hace, simplemente se le acepta sin cuestionarle nada”, cuestiona.

“La cámara de restauranteros sigue siendo liderada por caballeros, y es ahí cuando entra la duda sobre si vamos a poder o no”.

Mayra Arenas también recuerda que, en sus inicios, hubo gente que dudó de ella y de la viabilidad del negocio liderado por una mujer. “Hasta la fecha hay gente que no cree en el proyecto. Hace siete años Saltillo no desayunaba mole por la mañana, no desayunaba chilaquiles bañados, y llegué yo con mi propuesta de frijoles negros con chilaquiles. Obviamente, pensaban que no pegaría, y justo en el momento más bajo de mi vibración, mis ángeles terrenales me alentaban a seguir con mi sueño y a no rendirme”.

Su perseverancia, la motivación y el apoyo de clientes fieles la ayudaron a seguir… Incluso, recuerda con mucho cariño uno de los comentarios que, hasta el día de hoy, la sigue emocionando: “Nunca se le vaya a ocurrir cerrar este lugar, porque Saltillo necesita más espacios como éste”.

“Yo creo que, cuando entraba esa duda de que creía que no iba a poder, siempre llegaba alguien que me inyectaba un poquito de energía, y aquí es donde para mí nace la frase de ‘Dios nunca abandona’”.

El futuro de La Mare Mestiza

Consolidada como un referente gastronómico en Saltillo, Mayra Arenas no se detiene. Si bien aclara que no busca convertir a La Mare Mestiza en una franquicia, sí visualiza la expansión de su marca con nuevos proyectos. “Estoy desarrollando una unidad de negocio para la venta de productos propios, como mermeladas, salsas machas e infusiones para té que sean como los hijitos de La Mare”.

Uno de los consejos que Mayra Arenas le ofrece a cualquier mujer que quiera emprender dentro del mundo gastronómico es “aprender a creer en uno mismo, porque si tú no lo haces, nadie lo va a hacer”.

“Normalmente asociamos el miedo con la falta de poder hacer algo. Entonces, yo les digo que abracen el miedo porque es buenísimo: el miedo es clave para todos los emprendedores. Debes abrazar tu miedo y hacerlo tu mejor amigo, ya que el miedo es nuestro mejor auditor, esa parte métrica de la autoexigencia sirve para que algo nos pueda salir aún mejor”.

Para Mayra, el éxito va más allá de los logros financieros. Su verdadera satisfacción radica en dejar un legado y en que cada persona que la conoce se lleve una experiencia positiva.

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