Coahuila.- El gobernador de Coahuila Miguel Ángel Riquelme Solís, quien termina su sexenio en esta semana, reconoció que la relación con el gobierno federal y el presidente Andrés Manuel López Obrador fue combativa pero respetuosa.
Explicó que asumió su papel de exigir lo que a Coahuila le correspondía, como lo hizo al participar dentro de la llamada Alianza Federalista y luego cuando se quedó solo tras la desaparición de la misma.
Recordó que al frente del gobierno estatal siempre se pronunció en contra de los recortes presupuestales y en participaciones, así como de las implicaciones que enfrentaron los estados tras la desaparición de una gran cantidad de fondos y fideicomisos.
A manera de ejemplo de las complicaciones que durante los últimos años se han enfrentado, comentó que en este noviembre Coahuila sufrió un recorte de aproximadamente mil 300 millones de pesos de participaciones federales e hizo ver que este tipo de impactos los han padecido en general todos los estados.
Dejó claro que en el tiempo que queda de su administración no volverá a hacer declaraciones públicas, sin embargo, presupuestalmente, los estados fueron estrangulados con débiles argumentos para la reducción de participaciones y nunca fue posible lograr ajustes en el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Asimismo, dijo estar seguro de que aun cuando su postura ante la federación hubiera sido distinta a la que adoptó y siempre mantuvo, no se le hubiera concedido a Coahuila nada de lo que reclamó.
Agregó que se va de la gubernatura tranquilo por la manera en la que mantuvo su relación con el gobierno federal, a pesar de que no logró nada debido a que los recursos evidentemente están comprometidos en los principales proyectos de López Obrador.
En cuanto a la relación que en lo personal estableció con el mandatario nacional, sostuvo que siempre, procuró tener con él un buen trato cada vez que visitó tierras coahuilenses, donde “nunca tuve un discurso con lisonja, siempre fui directo pero al grano”.
De acuerdo con Miguel Ángel Riquelme, lo más importante es que los coahuilenses se dieron cuenta de que debido a la reducción presupuestal los recursos federales no han fluido como se debiera a esta entidad, de lo cual, apuntó, el afectado no es el gobernador sino precisamente todos a quienes les dejaron de llegar los apoyos, como son las guarderías, los campesino, los investigadores en el área de la ciencia y tecnología y las universidades públicas.
Por otra parte, aseguró que durante los seis años de su gestión se logró realizar dos reestructuras a la deuda pública estatal, como parte de las medidas que se tomaron para que, aún con esta carga el Estado saliera adelante.
Se hicieron reestructuras con las mejores tasas y se incrementaron los ingresos propios del Estado casi al doble, a cerca de nueve mil millones de pesos anuales, y eso permitió que se tuviera obra en todas las regiones, además de saldar proyectos, atender la pandemia y al final cerrar la administración sin sorpresa, explicó.
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