Se ha declarado líder moral de Morena y, en efecto, ha sido la figura más visible desde la fundación de ese partido en el estado. La mayoría de las encuestas, método de su partido para elegir candidato, colocan a Armando Guadiana Tijerina en cómoda ventaja frente a sus adversarios internos y, sin embargo, la idea de un “dedazo” se extiende entre la clase política.
¿Hay línea? –se le pregunta.
No sólo no lo creo, estoy seguro de que no hay línea. En el caso de Ricardo (Mejía Berdeja) pues… el aprovecha su proximidad al presidente por la actividad que tiene, su responsabilidad como subsecretario y todas las mañanas como miembro de la mesa de Seguridad, además de los jueves, cuando tiene espacio para hablar del problema de seguridad del país. Es Guadiana quien menciona a Mejía Berdeja. Pero aún así se muestra confiado en el método porque, dice, “si el espíritu de Madero está en una persona, es en el presidente López Obrador”, quien ha respetado las 21 elecciones de gobernador que hasta ahora ha ganado su partido.
Se dice convencido de que Morena romperá con 93 años de gobiernos del PRI y va a ganar las elecciones en Coahuila con el candidato que sea. Pero añade: “Lo que sí les digo es que fui maestro de matemáticas y los números que he visto en encuestas serias no creo que cambien de aquí a octubre, ni a noviembre ni a febrero. En todas las encuestas estoy bastante arriba. No tengo duda de que van a seguir igual”.
Lo dice convencido: Luis Fernando Salazar está en segundo lugar; luego siguen Mejía Berdeja, Reyes Flores Hurtado y Lenin Pérez, parejeando.
Pero es Mejía Berdeja quien ocupa sus reflexiones: primero por “reunir una cúpula” que, según Guadiana, no tiene impacto en el electorado, y también, endureciendo su discurso al acusarlo a él y a Salazar de haber pactado con el PRI y en particular, con el gobernador Miguel Ángel Riquelme.
“Mis respetos para el gobernador Riquelme, para la función pública del estado. Mejía hizo señalamientos que no quise contestar por respeto a la ciudadanía, no entraré en polémicas de esa naturaleza, no lo quise hacer ni lo haré. No andaré en guerra sucia»
Senador Armando Guadiana
“Fueron calificativos desafortunados, probablemente lo agarraron en mal momento a aquel hombre, no lo sé. Lo que sí sé es que no merezco calificativos de esa naturaleza. Soy congruente, transparente, siempre voy de frente. Sí respeto la función pública de cualquier partido, siempre y cuando hagan las cosas bien y, en el caso, tengo una relación institucional pero no otro tipo de relación, mi respeto al gobernador, a los legisladores, a toda autoridad y representante electo”.
Para Guadiana, no sólo es necesario tener claridad en las fechas, también en dar un mensaje de unidad, un acto quizás, en el que aparezcan todos los aspirantes juntos. Luis Fernando Salazar ya aceptó, espera que Mejía Berdeja acepte y que la voluntad de la gente se imponga.
– Usted tiene la voluntad pero, ¿ve resistencias? -se le pregunta.
– Yo creo que sí, pero creo que no es de Ricardo, sino de algunas gentes que están a su alrededor, no sé. Crearon una burbujita y eso le ha afectado a Ricardo, que es una persona buena, pero no sé qué lo haya hecho cambiar, sabrá Dios.
“Lo que veo es que será difícil. Él empezó un poco tarde en esto y el arraigo no es fácil… Si yo estoy arriba en las encuestas es por mi trabajo, por andar caminando, y que viene desde 2011”.
Guadiana Tijerina advierte que Mejía Berdeja ha juntado una cúpula, con algunos liderazgos a los que da la bienvenida… o más o menos. Primero, dice, la penetración en la población es fácil; luego, plantea que los nuevos no pueden tener las mismas condiciones que los que vienen de trabajar por Morena y, finalmente, expone sin identificar casos:
“Yo he insistido en reunir a todo mundo, que todos cooperemos. Todos incluidos en el proyecto… también pienso que algunas gentes no deberían estar. Una de las cosas primordiales que necesitamos es la honradez. Yo les diría que el 23 lo va a ganar Morena y el 24 en la Presidencia. Pero les diría con interrogación ¿y el 30? Porque la permanencia dependerá de la ética con que trabajen los gobernantes que se van a decidir. Si van a hacer las corruptelas en que han caído muchos, no habrá futuro”.
El periplo de Guadiana
Hace cinco años, en 2017, Armando Guadiana tuvo su primera derrota como candidato a gobernador. Participó en el movimiento poselectoral que tuvo gente en las calles y judicializó el resultado infructuosamente. Volvió en 2018 y ganó la senaduría en el tsunami electoral que arrasó en 2018.
En 2021, Guadiana sufrió una derrota electoral en Saltillo, donde quiso contender por la Presidencia Municipal. No se amilanó. Convocó un acto masivo donde tocó el grupo Pesado, por agradecimiento y porque, dice, le gusta la música. Ahí anunció que volvería a contender por la gubernatura en 2023. En esa posición se mantiene y descarta que, al asistir a eventos de Mejía Berdeja, haya dejado de lado su aspiración. Un gesto de cortesía, dice, reprochando que el subsecretario no haya aceptado sus invitaciones aún cuando fue él, Guadiana, quien lo animó a participar.
Su trayectoria personal ha recorrido un largo camino. Gusta mencionar que fue becado por el sindicato minero al que pertenecía su padre y por el Tec de Monterrey, donde estudió su ingeniería. De entonces a la fecha, a sus 76 años ha sido empresario de distintos ramos (unas 30 empresas dedicadas a actividades mineras, constructoras, gaseras, ganaderas, portuarias) y acumula una fortuna considerable.
En la política fue diputado local en los años 70 por el PRI, partido en el que militó hasta 2011 ocupando algún cargo pero, principalmente, siendo activo en organismos como la Asociación Nacional de Pequeños Productores Mineros, que fundó junto con otros connotados priístas como Mario Eulalio Gutiérrez y el padre de Alonso Ancira Elizondo.
Aun sin participación política, siempre fue cercano a la clase política priísta. Todavía en 2011, acompañó a Humberto Moreira a postularse dirigente nacional del PRI, lo consideraba uno de los mejores gobernadores de la historia y, de repente, se convirtió en el crítico más duro del moreirato. Hoy, la deuda y los gobiernos sucesivos de los hermanos Humberto y Rubén Moreira es el tema central de su adversario interno, Ricardo Mejía.
Usted fue muy crítico a los hermanos Moreira ¿qué cambió? –se le pregunta.
No cambió nada. Yo pienso que el subsecretario (Mejía Berdeja) trae ese tema. Pero yo lo considero historia. Yo lo señalé en su oportunidad y lo señalé públicamente y nacionalmente, puse desplegados bajo mi costo como ciudadano, activista a favor de la democracia -responde.
Guadiana menciona que su movimiento fue a varios estados con la llamada “Expo Deuda”. Encontró eco en Chihuahua frente al gobierno de César Duarte; Nuevo León, por Rodrigo Medina; Veracruz, de Javier Duarte. Sigue:
“Señalé en 2011 y 2012 el mal camino en cada estado. Y lo hice nacionalmente, y aquí en Coahuila. Esa fue la historia, ese tema ya se me hace histórico. Lo señalé todo en su momento, no le veo caso de seguir machacando sobre lo mismo”.
¿Le arrebataron una bandera? -se le inquiere.
No. Todos podemos señalar, pero para mí es historia. Hay que construir el futuro. Si quedo como coordinador del comité de la 4T (figura de precandidatura en Morena), haré mi mejor esfuerzo.
No se pelea mucho –se le plantea.
No.
Lo veo muy conciliador –se le insiste.
No. Bien. Yo siempre he sido buen compañero -sostiene.
La cuestión radica en saber qué fue lo que pasó con Humberto Moreira y el cambio de actitud.
“Yo no tuve ningún problema personal con Humberto ni con Rubén. Yo no recibí más que atenciones. Yo tuve mucha amistad con quien fue prácticamente el segundo padre de ellos, que es el doctor Roberto Moreira, el de los laboratorios. En lo personal, no tengo nada contra ellos, señalé el exceso de endeudamiento del gobierno de Humberto. Fue lo de la deuda que señalé, pero en lo personal que me hayan tratado mal o algo, no, por el contrario, fueron muy respetuosos”.
La bandera anticorrupción
Es la historia de su exhibición de la deuda, así como otros señalamientos que hizo la década pasada donde funda su oferta hoy: combatir la corrupción. Suele decir que su oferta de campaña es que, si llega a la gubernatura: “no voy a robarme un peso y exigiré a los funcionarios que hagan lo mismo”.
El asunto hace propicio repasar su negocio de minería del carbón que, en estos años, ha reportado a una empresa de su corporativo al menos uno de los contratos con la Comisión Federal de Electricidad en Pasta de Conchos, así como una de sus concesiones arrendada, que es proveedora de carbón.
Pero Guadiana rechaza tráfico de influencias, destaca su papel como el mejor proveedor durante los años en que tuvo contratos, pero luego asegura que todo el carbón que produce es coquizable y se lo vende, entre otras acereras, a Altos Hornos de México (AHMSA).
Esto último es motivo de interés. El presidente de AHMSA, Alonso Ancira, es uno de los magnates más perseguidos por el gobierno morenista. Guadiana lo visitó en la cárcel en España. No es el único. También visitó al priísta Alejandro Gutiérrez cuando estuvo preso en Chihuahua.
¿Mantiene usted relaciones con personas perseguidas y hasta condenadas por la 4T?
Son amigos míos. Los amigos son en las buenas y en las malas -dice.
Contra los rumores, Guadiana dice que goza de buena salud y, aunque admite un padecimiento, asegura que está controlado y hasta consultó a su médico para saber si estaba en condiciones de entrar a una contienda, por ahora interna, y concluye:
“Yo estoy apuntado, claro, respetando la ley electoral, que es dura en Coahuila, pero hay que cumplirla, la ley es ley, se hace para cumplirse y respetarse. En ese sentido, no podemos hablar de candidaturas hasta el mes de febrero o por allá. Ahorita estamos ya luchando por una coordinación de Defensa de la Cuarta Transformación y en eso me mantengo”.
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